En las últimas semanas, se han aprobado importantes modificaciones a la Ley Federal de Derechos en México que afectan directamente a los grupos aeroportuarios del país. Estas reformas buscan garantizar la operación del sistema aeroportuario y fortalecer la infraestructura aeroportuaria bajo el control de las Fuerzas Armadas; sin embargo, estas medidas generan preocupación en cuanto a su impacto en el costo de los boletos de avión y en la competitividad de los concesionarios aeroportuarios.
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La Cámara de Diputados aprobó una serie de modificaciones a la Ley Federal de Derechos que afectan directamente a los grupos aeroportuarios. Una de las principales modificaciones es el aumento en la contribución que los concesionarios privados deben realizar a través de un fideicomiso. Anteriormente, los concesionarios pagaban el 5% de sus ingresos brutos por servicios aeroportuarios, complementarios y comerciales. Con la nueva enmienda, esta tasa se incrementa al 9%.
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Los recursos recaudados a través de esta contribución adicional se destinarán a un fideicomiso administrado por las Fuerzas Armadas, específicamente la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina. Estos recursos se utilizarán para fortalecer el sistema aeroportuario bajo el control de estas instituciones.
Impacto en los grupos aeroportuarios
Esta reforma ha generado preocupación entre los grupos aeroportuarios, ya que se espera que tenga un impacto significativo en sus ingresos y operaciones. Uno de los principales temores es que el aumento en la contribución pueda resultar en un incremento en el costo de los boletos de avión para los pasajeros.
Además, los concesionarios aeroportuarios también se ven afectados en términos de competitividad. Ahora tendrán que destinar una mayor cantidad de recursos para subsidiar el sistema aeroportuario bajo el control de las Fuerzas Armadas, lo que podría limitar su capacidad para invertir en el desarrollo de infraestructura y servicios aeroportuarios.
Las reformas aprobadas ya se ven reflejadas en una caída de la capitalización de mercado en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) de los grupos aeroportuarios durante el mes de octubre. Las emisoras del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) más castigadas por los inversionistas son Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA), con un retroceso de 27.2% en su precio accionario, y Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), que perdió 26.6%. Para ambos grupos, se trata de la mayor caída mensual desde el parón de labores en marzo de 2020, en el marco del estallido de la pandemia de covid-19 señala información de El CEO.
El Grupo Aeroportuario del Sureste (BMV:ASURB) (ASUR), por su parte, aún analiza el impacto que tendrá la medida del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, pese a que también registró una caída de sus acciones que fue más moderada, de 8.9%. No obstante, la operadora aeroportuaria hila 7 meses consecutivos con retrocesos.
Análisis de expertos
Expertos en aviación han expresado su preocupación ante estas reformas y han señalado posibles consecuencias negativas. Juan Antonio José, experto en aviación, ha mencionado que las fuerzas armadas tendrán menos recursos para el desarrollo de infraestructura, lo cual podría afectar la calidad de los servicios ofrecidos a los pasajeros.
Por otro lado, Carlos Torres, otro experto en aviación, ha señalado que es poco probable que la reducción en la Tarifa de Uso de Aeropuertos (TUA) se traduzca en una disminución en el precio final de los boletos de avión. Es posible que los grupos aeroportuarios busquen compensar las pérdidas de ingresos a través de otros medios, como el aumento en los costos de arrendamiento y publicidad, lo cual recaería en los usuarios.
Un análisis realizado por la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA) revela que las tarifas de los aeropuertos mexicanos se encuentran entre las más altas de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, los aeropuertos de Ciudad de México y Monterrey cobran aproximadamente 1,200 pesos por pasajero en vuelos internacionales, mientras que en otros países de la región, como Panamá y Colombia, las tarifas son considerablemente más bajas.