A pesar de que se cuenta con recetas muy específicas para poder hacer tamales, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México han señalado que existen otros ritos y pasos que se deben de seguir para obtener un tamal verdaderamente sabroso.
De acuerdo con lo señalado por un video del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, existen en México alrededor de 500 tamales.
Dentro de los ritos más comunes a la hora de realizar esta comida mexicana es el que señala que la masa solo debe de ser amasada por una sola persona, o también se incluye el hecho de colocar un par de aretes en la olla y con ello evitar que los tamales escuchen los “chismes” de las cocineras.
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“No se deben de enojar cuando se está haciendo todo esto, no se cuecen los tamales de verdad. Otros acostumbran también en la familia, para no pelear, bailarle al caso”, indicó Jair Sosa, quien es el actual responsable de la mayordomía de la Virgen de la Candelaria, en Coyoacán.
INVESTIGACIONES DE LA UNAM
De igual forma se ha señalado que la UNAM ha dedicado alrededor de una década para poder analizar todos los ritos que se llevan a cabo y los cuales se incluyen en el trabajo “Sobre atoles y tamales”, del Instituto de Investigaciones Antropológicas.
“Lo que estamos buscando es que no sean mitos, que haya verdad detrás de ellos. Un ingeniero en alimentos nos explicó algo que se considera un mito, y es la necesidad de ponerles cáscara de tomate. Lo que él encontró es que el tomate verde tiene enzimas que ayudan a que los tamales queden más esponjosos”, señaló Luis Alberto Vargas quien es integrante del Grupo Mexicano Antropología de la Alimentación, UNAM.
De igual forma, dentro de estas labores de investigación universitarias se han incluido diversas ramas, como la química con la cual se ha podido demostrar que el sabor, la textura y el olor de una misma masa puede cambiar si se utilizan hojas distintas para envolver el tamal.
Finalmente, cada tamal existente en México, busca contar con características muy específicas con la finalidad de poder tener una personalidad muy clara. Desde las corundas, en el estado de Michoacán; los negos, en Guerrero, los de Chipilín, en Tabasco; los barbados, en Sinaloa; hasta las tortas de tamal de la Ciudad de México, todos guardan su identidad personal y regional.