El juicio contra García Luna en la corte de Nueva York inició con un beso del ex-superpolicía del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa dirigido a su esposa e hijas que están en la sala del tribunal.
El juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública acusado de aceptar sobornos millonarios para ayudar a narcotraficantes, comenzó este lunes con los alegatos iniciales en una corte de Nueva York.
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(Foto: Cuartoscuro)
En los primeros alegatos, Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, exjefe en el cartel de Sinaloa, declaró que Arturo Beltrán Leyva
“El Barbas” entregó millones de dólares en sobornos a García Luna por años.
“El Grande” dijo que él mismo tuvo una credencial falsa de la Agencia Federal de Investigación (AFI), con el grado de segundo comandante y el nombre Gerardo Maynez.
Villarreal Barragán, que se declaró culpable de narcotráfico en Estados Unidos y cumple una condena rebajada, aseguró que desde su grupo criminal se fomentaba la corrupción de los funcionarios del Ejército y del Gobierno, tanto municipal como estatal y federal de dos formas.
"Hay dos tipos de corrupción, el que se voltea para un lado y deja pasar, y otra, la de los funcionarios forman parte de las actividades de la organización", dijo el Grande, antes de aclarar, a instancias de la fiscal, que García Luna era del segundo tipo.
En concreto, apuntó que el antiguo máximo responsable de Seguridad Pública daba información sobre operativos de seguridad e investigaciones en contra de miembros del grupo, facilitaba el nombramiento y el cese de agentes en cualquier parte de México y compartía información para golpear a los grupos enemigos.
Asimismo, la Agencia Federal de Investigación (AFI) que García Luna dirigió entre 2001 y 2005 ayudó al cártel de Sinaloa en varios estados mexicanos en su guerra contra el rival cártel del Golfo.
Según el Grande, en estos ataques, los sicarios del cartel atacaban las propiedades y los agentes de la AFI vigilaban el perímetro impidiendo que cualquier otra fuerza local o estatal acudiera.
En dichas "redadas" o en puestos de control de carretera, siempre según el testigo de la Fiscalía, si se incautaba droga, esta se repartía a partes iguales entre el cártel y la AFI y los narcos le compraban su parte a la AFI.
Preguntado sobre si la colaboración de García Luna había servido a los fines de su agrupación criminal, el testigo declaró: "Era de gran ayuda porque pudimos crecer y minimizar a nuestros rivales".
El Grande precisó que el encargado de los pagos a García Luna era Arturo Beltrán Leyva, amigo suyo y uno de los líderes del clan de los Leyva (parte del cartel de Sinaloa), y agregó que él "estuvo en algunas ocasiones" presente en dichas transacciones, que, según su declaración, aumentaban a medida que el cártel crecía.
El narcotraficante detalló que cuando comenzó a trabajar para el clan de los Leyva en el año 2001, García Luna ya estaba en la nómina del cartel y se le siguió pagando hasta la muerte de Arturo Beltrán Leyva (2009).
Según su testimonio, cuando García Luna era el director de la AFI, él y otros altos cargos de seguridad recibían entre un millón y un millón y medio de dólares mensuales por sus servicios.
"Los pagos eran puntuales" dijo desde la tribuna el Grande, que aseguró que Beltrán Leyva y García Luna hablaban frecuentemente.
En una ocasión escuchó una conversación entre Beltrán Leyva y García Luna en la que, según explicó, el entonces funcionario le agradeció el regalo de una moto Harley Davidson.
También apuntó que en sus conversaciones, otros líderes del cartel se referían a Genaro García Luna como "El Compa" o "El Tartamudo".
CAO