Morena no vio lo duro, sino lo tupido del golpeteo de la oposición en un tema tan sensible como lo es la situación que prevalece en seguridad pública.
No, no fue un buen día para el partido oficialista porque el debate que se registró en el Senado para que esta coalición pudiera ampliar por 4 años más el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad evidenció dos hechos. Primero que no fue suficiente el cabildeo que realizó el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en un hotel ubicado frente la Cámara alta para que los opositores le dieran los votos necesarios; trascendió que solo le faltaron 5 para concretar la reforma constitucional al artículo quinto transitorio de la Ley General de Guardia Nacional.
Y segundo, que al coordinador de los morenistas Ricardo Monreal, sí le pesó negociar el tema al mismo tiempo que aspira a ser (oficialmente) corcholata de la 4T para la sucesión presidencial de 2024. Por eso cambió de parecer en menos de 24 horas y buscó operar políticamente a favor de la reforma que propuso el PRI desde la Cámara de Diputados, misma que complace al Poder Ejecutivo para que las Fuerzas Armadas sigan hasta 2028 realizando labores de seguridad pública, a falta de profesionalización de policías municipales y estatales.
Te podría interesar
Sí; Monreal tuvo que “aguantar vara” y sonreír mientras la oposición le recriminó directamente su “golpe de timón”. "¿Cuánto tiempo más quiere para que el secretario Adán Augusto agarre a más (senadores) o le dé la candidatura a usted y le da un codazo a Claudia Sheinbaum y baje a Ebrard?", le cuestionó Germán Martínez.
Tic tac, tic tac…
Desde que inició la sesión parlamentaria antes de las 11 horas, Morena y los legisladores oficialistas sabían que no contaban con los votos necesarios; esto, a pesar de que un día antes Morena sumó a sus filas al senador Raúl Paz quien dejó la bancada panista luego de que, trascendió, alcanzó un acuerdo político para que su hermano no tuviera consecuencias penales por un caso judicial en Yucatán.
Aunado a ello los ex gobernadores que se alinearon con la 4T intentaron "apretar las tuercas" a legisladores de sus entidades. Ejemplo de ello fue el ex gobernador sinaloense, Quirino Ordaz -hoy embajador en España con aval de la 4T-, quien llamó al senador Mario Zamora para dar su voto a favor de la Reforma.
La operación política de López, el de Bucareli, no pasó desapercibida y así lo señaló el Grupo Plural con Emilio Álvarez Icaza quien acusó al secretario de Gobernación y su equipo de llamar directamente a gobernadores y senadores para preguntar ¿Qué quieres para votar a favor? "Eso es una vileza y una derrota política, un intento de compra coacción y amenaza".
El panista Damián Zepeda enfatizó "doblaron a legisladores y por eso estamos aquí… Lo que está planteando el presidente López Obrador es entregar la seguridad a las Fuerzas Armadas, pero eso ya fracasó en sexenios anteriores ¿Por qué habría de resultar distinto?", cuestionó. "Mientras él sea presidente no le vamos a dar un cheque en blanco para que use las fuerzas armadas".
Además, señaló que Morena chantajea con la idea de que, sin militares, no habrá seguridad. “La legislación ya permite en este momento el uso de Fuerzas Armadas en tareas de seguridad, pero sólo como tarea excepcional más no definitiva”.
Álvarez Icaza remató y aseguró que tener más soldados en la calle no es garantía de seguridad. "Con esas actitudes el presidente López Obrador se acerca más a Santa Anna que a Benito Juárez... Es inaceptable que amenace con retirar a las fuerzas armadas de quienes no se repliegan y es inaceptable el uso del presupuesto y la seguridad como instrumento de extorsión".
Inevitable, hablar de Alito Moreno
El debate duró 4 horas y media; senadores oficialistas y de oposición discutieron si se debía o no, aprobar la minuta que envió la Cámara de Diputados para ampliar este plazo hasta 2028 gracias a una iniciativa que presentó el PRI en el contexto de un probable desafuero de su dirigente nacional, Alejandro Moreno.
Fue inevitable que también saliera a relucir su situación jurídica después de que, bajo el anunció de un probable desafuero, en solo dos semanas Alito cambió su discurso y argumentó que la iniciativa del PRI en la Cámara baja era en favor de la seguridad de los mexicanos. Esto impactó en lo político y significó un retroceso de año y medio en trabajos de la coalición legislativa y electoral Va por México.
TAMBIÉN LEE: Sacude Alito a Va por México al punto de ruptura
Por eso, fue el PAN quien puso el dedo en la llaga. "Si Moreno era culpable como decía Morena, entonces esto fue un pacto de impunidad; y si no era culpable, entonces fue un abuso de poder usando la justicia, para obtener los votos. Ambos son igual de indignos... Jamás voy a dar mi voto a esos acuerdos oscuros.... ¿Qué ha hecho el gobierno? Arrodillarse frente al crimen organizado porque la Guardia Nacional ni Fuerzas Armadas han cambiado esa realidad", acusó Zepeda.
Después Claudia Ruiz Massieu contextualizó "aquí hay mucha simulación, simulación en el debate y argumentos, y simulación en muchos de ustedes que dicen estar de acuerdo, pero que en el fondo saben que tenemos razón... Simulación al decir que representan al pueblo y ciudadanía cuando en realidad están representando intereses lesivos para el país".
El discurso panista se enfocó en señalar el fracaso de la estrategia de seguridad de la actual administración. Kenia López Rabadán afirmó "Señores de Morena ¿Creen que porque hoy están de lado del presidente están a salvo?... Esta reforma no ofrece la paz... Esta discusión de fondo tiene que ver con la pésima estrategia de seguridad de 'abrazos no balazos' que no ha funcionado".
Su coordinador, Julen Rementería, retó a la 4T "¡Voténlo ya! Tengan los tamaños para reconocer que no alcanzaron los votos. Y abramos la discusión de una nueva estrategia de seguridad ya que ésta no ha funcionado".
En el mismo tono el senador emecista Clemente Castañeda sumó "si el presidente de la República y el Gobierno Federal hoy sienten que no pueden, que lo digan y que pidan ayuda... Aquí nadie quiere que el crimen organizado siga ganando territorio... Que reconozcan que no han podido y que hay que corregir”.
Segob: “¡Retirada, retirada!”
Fue después del mediodía que Morena cambió de estrategia y reculó al no conseguir los votos que faltaban. Como en la guerra medieval, la 4T emprendió la retirada. El anuncio llegó disfrazado de propuesta cuando Monreal ofreció a la oposición dos veces, desde la tribuna, devolver el dictamen a comisiones bajo promesa política de discutir “ampliamente” el artículo quinto transitorio.
Rotundamente, la oposición se negó pues en términos legislativos convenía más que Morena perdiera la votación del dictamen y se abriera la puerta a una nueva propuesta legislativa.
Entonces el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, el morenista Eduardo Ramírez, envió dos oficios a la Mesa Directiva para solicitar que el dictamen fuera devuelto para su análisis; el problema fue que un oficio estaba incompleto y no cumplió con los requisitos que marca la ley, pero el otro sí estaba completo y fue el que la Mesa Directiva recibió y tramitó.
La oposición acusó violaciones a la normativa interna porque, además, el documento se presentó a destiempo, luego de que Morena rechazó la moción suspensiva que presentó el PAN dos horas antes para posponer el debate parlamentario.
Entrampados en un trámite legislativo, la presidencia de Eduardo Armenta (operada por el propio Monreal) dio fastrack al oficio bueno y en menos de 15 minutos lo sometió a votación, a sabiendas de que sería avalado por la mayoría simple de Morena. Solo así, lograron frenar la discusión del tema y en minutos concluyó la sesión legislativa.
Minutos después el senador tricolor Mario Zamora, comunicó “oportunamente” en su cuenta de Twitter que siempre sí votaría en contra del dictamen “porque así se lo pidieron sus electores”.
Horas después de perdida esta batalla, en un último intento, Mario Delgado imploró en un tuit a la oposición: que le den los votos.
(djh)