INDEPENDENCIA DE MÉXICO

¿Cómo era el verdadero aspecto de Miguel Hidalgo?

El “Padre de la Patria” con aspecto avejentado, calvo y siempre túnica negra “no es como lo pintan”

'el grito de Dolores', de Juan O'Gorman's
"el grito de Dolores", de Juan O'Gorman's
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A sólo unos días de cumplirse más de 212 años del Día de la Independencia, donde Miguel Hidalgo y Costilla es uno de los personajes más emblemáticos y representativos de la historia de México, aún, en pleno siglo XXI, se desconoce a ciencia cierta cómo lucía en realidad el Padre de la Patria.

A pesar de que por tantas décadas hemos visualizado imágenes de Miguel Hidalgo y Costilla en libros de texto, murales e incluso billetes, donde se le retrata como un hombre viejo, calvo, con algunas secciones de cabello blanco y largo coronando los costados de la cabeza, de nariz alargada, delgado y vestido siempre de túnica negra.

Aquí sí aplica la frase de Miguel Hidalgo y Costilla “no es como lo pintan”, pues se desconoce cómo lucía en realidad el emblemático cura.

Miguel Hidalgo es una de las figuras más emblemáticas y representativas de la historia de México, en todos los niveles educativos se reitera la importancia de su lucha, en todas las ciudades del país existen múltiples calles, avenidas o colonias que llevan su nombre, monumentos, pinturas y estatuas creadas o edificadas en su honor. Reiterando el concepto de independencia, valor, justicia y unión cívica.

En la escuela nos enseñaron a ubicar a los héroes nacionales con determinada imagen. La mayoría de los casos corresponden con su descripción en la vida real, pero no así del cura Hidalgo.

A inicios del siglo XIX la única manera de preservar la imagen de una persona en la Nueva España era a través de un retrato, pero Hidalgo no ocupaba un puesto significativo dentro del clero mexicano, así que no tenía el dinero suficiente para contratar a un pintor que inmortalizara su imagen.

Cuando comenzó el movimiento independentista, la figura de Miguel Hidalgo fue tomada como un referente, así que los realistas hicieron todo lo posible porque su imagen no se reprodujera. La censura era tal que hasta se prohibió hablar del cura Hidalgo.

Las versiones de Miguel Hidalgo

Los retratos de Miguel Hidalgo comenzaron a surgir después de la Independencia de México. El más antiguo data de 1823 y se trata de una ilustración en el “Calendario Histórico y Pronóstico Político. Por el Pensador Mexicano. Para el año bisiesto de 1824”, que fue publicado por José Joaquín Fernández de Lizardi.

El segundo retrato es de 1826 y fue publicado en el periódico El Iris. La obra fue hecha por el litógrafo y periodista italiano Claudio Linati de Prévost. Se dice que se basó en el Hidalgo “real”, pero no se tienen datos que lo demuestren.

Posteriormente, el mismo Linati mostró otra versión del cura Hidalgo, la cual cobró mayor popularidad como el verdadero rostro del héroe de la Independencia de México, pero tampoco hay pruebas de que en realidad lo sea. En esta imagen de 1828 muestra a Hidalgo alejado de su faceta de cura, pues porta sombrero y una enorme espada a su costado; su tez es morena y su melena blanca y abundante.

La única imagen que se habría hecho en vida de Miguel Hidalgo y Costilla es una pequeña estatuilla que le habrían hecho tras ganar la batalla de las cruces, al menos así se aseguraba en el diario El Imparcial, en 1900, donde fue presentada como “el único retrato auténtico de Hidalgo que se conoce”.

La figura atribuida a Clemente Terrazas muestra a un hombre moreno, de nariz ganchuda y el rostro lleno de arrugas, el cual lleva un sombrero de copa, traje y botas de montar.

La descripción física de Hidalgo más completa y confiable para los historiadores es la del libro “Historia de Méjico”, escrito entre 1849 y 1852, por Lucas Alamán, quien conoció a Hidalgo. Así lo describe:

“De mediana estatura, cargado de espaldas, de color moreno y ojos verdes vivos, la cabeza algo caída sobre el pecho, bastante cano y calvo, como que pasaba ya de sesenta años, pero vigoroso, aunque no activo y pronto en sus movimientos...poco aliñado en su traje, no usaba otro que el que acostumbraban entonces los curas de los pueblos pequeños”.

En este contexto, la pintura de Antonio Serrano, de 1831, una de las que más se acerca a la descripción de Alamán. Esta se encuentra en el Museo Nacional de Historia.

¿De dónde surgió la imagen de Miguel Hidalgo que todos conocemos?

La imagen de ese hombre canoso, calvo y europeo fue creada por órdenes de Maximiliano de Habsburgo. Como su gobierno carecía de legitimidad, quiso contrarrestarlo creando símbolos patrios asociados a su corona.

El emperador mandó hacer un retrato del Padre de la Patria y ahí fue cuando surgió el problema, pues Miguel Hidalgo no había sido retratado en vida. Para ese entonces, en 1865, Hidalgo y Costilla tenía más de 50 años de fallecido.

Como no había absolutamente nada que mostrara con certeza la imagen de Miguel Hidalgo, Joaquín Ramírez, el pintor oficial de la corona se “inventó” la imagen del Padre de la Patria) al menos así lo deja saber Guillermo Brenes en el artículo “Miguel Hidalgo a la luz del arte”).

Esta versión masivamente aceptada de Miguel Hidalgo y Costilla habría sido lograda gracias a que el modelo del óleo de Ramírez fue un botánico alemán, o un sacerdote francés… al parecer nunca lo sabremos.