SISMOS CDMX

¿Cuándo va a temblar en México? La UNAM trabaja para saberlo

Con el uso de inteligencia artificial, un científico de la UNAM busca desarrollar un logaritmo que haga posible pronosticar los sismos

Daños por temblores
Daños por tembloresCréditos: Cuartoscuro
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Los habitantes de la Ciudad de México vivimos en alerta máxima todo el tiempo, y más en septiembre, por los hechos traumáticos derivados de los sismos del19 de septiembre de 1985 y de 2017, que dejaron miles de heridos, muertos y destrucción de edificios e infraestructura.

Con el uso de inteligencia artificial, un científico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) busca desarrollar un algoritmo que haga posible pronosticar los sismos.

De acuerdo con UNAM Global TV, el investigador del Instituto de Geofísica de la máxima casa de Estudios, Víctor Velasco, lleva 25 años analizando fenómenos naturales con precisión.

“Hasta el momento se están cumpliendo todos los pronósticos que hemos publicado”, reveló.

El especialista ha desarrollado algoritmos para pronosticar huracanes. “Actualmente estamos trabajando para el pronóstico de sismos moderados, que serían entre magnitud 5 y 7”, señaló el investigador de la UNAM.

“La UNAM es pionera y está a la vanguardia en el pronóstico de terremotos”, presume Víctor Velasco cuyo trabajo ayudaría a que los gobiernos implementaran acciones preventivas efectivas.

En su trabajo, Víctor Velasco pronostica con base en datos y estadísticas y se determina un patrón de cierto fenómeno, en este caso, los sismos.

“No se puede decir con exactitud cuándo y dónde ocurrirá un terremoto. Los sismos son acontecimiento abruptos y por eso es necesario analizarlos de una manera especial: a través de la identificación de patrones, al analizar con algoritmos datos de los movimientos telúricos más intensos”.

Los trabajos para pronosticar sismos de la misma manera en que se pueden pronosticar sequías o lluvias va muy avanzado. Tanto que el propio Velasco presume que se han podido pronosticar sismos en varias partes del mundo.

SISMOS DEL 19 DE SEPTIEMBRE

El epicentro y la magnitud del sismo del martes 19 de septiembre de 2017 fue de 7.1 grados, en Axochiapan, Morelos, en los límites con Puebla.

De acuerdo con informes, tanto del Sismológico Nacional, como del doctor Miguel Ángel Jaimes, de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, el sismo de éste 19 de septiembre de 2017 tuvo una aceleración sísmica de casi el doble que el de 1985.

Para entender este dato, se debe diferenciar entre aceleración sísmica y magnitud. La primera corresponde al tamaño del sismo, la energía que éste libera en el lugar donde se origina; mientras que la aceleración se refiere a la intensidad, al movimiento del terreno.

La aceleración sísmica (cm/s*s) es una de las medidas que se utiliza en un terremoto, y está directamente relacionada con los daños en edificios e infraestructuras.

Según datos registrados en 1985, esta medida fue de 32.54 y 161.63 cm/s*s; el de 32 años después, es de 58.8 a 220 cm/s*s.

En la Ciudad de México, la aceleración fue de 58.8 cm/s*s, que en la escala de Mercalli, la percepción del sismo es severo y el potencial de daño es de moderado a fuerte.

Sin embargo, hubo zonas, principalmente en el centro, que fue de 135 cm/s*s, que significa una percepción de violento y un daño fuerte.

En esto tiene que ver el tipo de movimiento en las placas tectónicas que provocaron el sismo de este martes.

Se trató de un movimiento de falla normal, de profundidad intermedia; quiere decir que la placa de Norteamérica y la Placa de Cocos chocaron, pero con un movimiento de deslizamiento: una placa se hundió y la otra se elevó. Este tipo de sismos no generan tsunamis.

La placa de Norteamérica cubre todo el país, excepto la península de Baja California, que pertenece a la del Pacífico. La placa de Cocos comienza en las cosas de Colima hasta Guerrero.

El temblor de 1985 fue un sismo de subducción: en la zona del epicentro, el movimiento telúrico fue hacia adentro.

Para explicarlo con flechas, en una falla normal una va hacia arriba y otra hacia abajo; en el sismo de subducción, las flechas van hacia abajo en un mismo punto.