El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que la estrategia de “abrazos, no balazos” lograría traer la paz a México, pero la “carnicería” de la violencia continúa a lo largo y ancho del país, señala en reportaje el diario estadounidense The New York Times.
El diario de la Unión Americana el asesinato de un taquero a plena luz del día en Celaya, Guanajuato, una de las ciudades más peligrosas de México, de acuerdo a datos del Inegi.
“Sus compañeros de trabajo y familiares lloraron y bebieron tequila para calmar sus nervios, mientras un perito forense caminaba entre mesas aún cubiertas con comida dejada por clientes que habían huido durante el tiroteo”, detalla el reportaje del NYT.
Se destaca en el texto que Celaya es una de las muestras en México del empeoramiento de la situación de seguridad. Los policías de este municipio confiesan que son superados en número por las células del crimen organizado y también en armas dentro de una guerra que van perdiendo, en tanto las fuerzas federales aparecen al terminar los tiroteos.
Funcionarios y analistas atribuyen la debacle a la estrategia de “abrazos, no balazos” que implementó López Obrador al tomar presidencia en 2018, a partir de la cual destruyó la inteligencia, las operaciones y no han logrado sofocar la “carnicería”.
El mes de agosto fue especialmente caótico para México con sicarios de los cárteles disparando contra policías y tropas, quemando negocios y vehículos, y cerrando carreteras y negocios.
En el caso de Celaya, uno de los hechos más recordados de agosto fue el asesinato del hijo del alcalde de Celaya afuera de una farmacia.
Incluso, en esta semana de regreso a clases a nivel nacional, la violencia obligó a varias escuelas y universidades a cancelar la vuelta a las aulas en el estado de Zacatecas.
AMLO MINIMIZA LA “CARNICERÍA”
El presidente López Obrador minimiza de forma constante la violencia que ocurre en su gobierno y regularmente culpa a administraciones anteriores, incluso, en las últimas mañaneras ha insistido en que no dejará de repartir culpas a sus antecesores.
“Nuestros adversarios están exagerando”, dijo el presidente en una conferencia de prensa reciente. “Es como una puesta en escena, es propagandístico. No hay mayor problema, pero sí quieren agarrar esa bandera de la violencia”, lanzó.
¿EL GIRO VIOLENTO EN CELAYA?
Celaya fue una vez un centro próspero y pacífico en el estado de Guanajuato, con importantes carreteras nacionales y vías férreas que lo conectan con los Estados Unidos. Una industria automotriz vibrante atrajo a familias japonesas a vivir en medio de su hermosa arquitectura colonial, viajando a las fábricas de Honda y otras compañías internacionales, preció el diario NYT.
Pero Celaya dio un giro brutal hace unos cuatro años, cuando uno de los cárteles más poderosos de México, el de Jalisco Nueva Generación, luchó con una organización criminal local por el territorio. Ahora, el gobierno local lucha por afirmar el control sobre la seguridad, y muchos extranjeros y mexicanos adinerados se han mudado.
“Se llama el efecto cucaracha, están cruzando las fronteras de un estado a otro”, dijo sobre los cárteles Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, obispo católico de Celaya. Dijo que la violencia lo obligó a hablar, lo que la iglesia suele evitar. Este verano, la nación quedó atónita cuando hombres armados ejecutaron a dos sacerdotes en el norte de México después de que una persona a la que perseguían se refugiara en su iglesia.
El problema, dijo el obispo, era la falta de un plan efectivo del gobierno a nivel nacional, una evaluación compartida por los oficiales de la policía municipal y el jefe de seguridad del estado de Guanajuato.
DECISIONES ERRADAS DE AMLO
López Obrador dijo que su estrategia de seguridad sería "abrazos, no balazos": invertir en las comunidades para combatir la pobreza que alimenta la criminalidad y disolver la Policía Federal para construir una fuerza policial de la Guardia Nacional dirigida por civiles que sería “incorruptible”
Pero bajo estos cambios, México perdió casi la mitad de su capacidad de inteligencia para investigar y desmantelar las vastas redes criminales del país, alimentando la impunidad que permite el crimen.
"¿Qué debería hacer el gobierno? Regir. ¿Y qué debe hacer un médico? Cuida a los enfermos. ¿Un ingeniero civil? Construir caminos”, dijo el obispo.
El presidente niega que México se haya vuelto más violento durante la primera mitad de su mandato de seis años, que termina en 2024. Los homicidios cayeron casi un 3 por ciento desde 2018, año en que asumió el cargo, hasta fines de 2021, pero los cárteles ampliaron su alcance.
El año pasado, la violencia provocó eventos de “desplazamiento masivo” que llevaron a 44,905 mexicanos a huir de sus hogares, casi cinco veces más que el año anterior, según la Comisión para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos de México.