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Adriana caminaba un metro y debía descansar. Caminaba otro metro y volvía a descansar. Tomaba aliento y repetía el proceso de trasladarse de un lugar a otro, una actividad sencilla para la mayoría de las personas.
Además, no debe comer harina y nada que pueda tener exceso de grasa, un reto presente en la gastronomía mexicana. ¿Por qué? No para conservar la figura y tampoco para ser saludable. Lo que sucede es que, de consumir esos alimentos, el cansancio sería paralizante.
El resultado es inminente. Es hepatitis, pero no es A, B o C. Los doctores no saben qué hacer.
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