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The Economist advierte: AMLO todavía puede hacer daño

La revista especializada señala que su reforma electoral politizaría aún más al INE y frenaría su independencia y si no se aprueba, le recortaría más presupuesto

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La revista The Economist publicó un artículo en su sección The Americas donde advierte que la propuesta de reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador politizarían al Instituto Nacional Electoral (INE) y frenarían su independencia.

Además, también alerta que haría más difícil la competencia de los partidos pequeños.

“Si el presidente estuviera realmente preocupado por la equidad electoral, debería esforzarse más para evitar que los candidatos sean asesinados en las contiendas locales y estatales, dice Edna Jaime de México Evalúa, para The Economist.

De acuerdo con la revista, que también evalúa como poco probable que se aprueben las enmiendas constitucionales, dado que se necesitan dos terceras partes del Congreso, Andrés Manuel López Obrador “todavía puede hacer daño” con reducciones presupuestales y golpes verbales en su conferencia mañanera.

Para The Economist, las teorías de la conspiración “pueden reunir a sus seguidores en el período previo a las elecciones presidenciales de 2024, pero amenazan con socavar la confianza en la democracia mexicana”.

LA PROPUESTA

El presidente presentó hace una semana su propuesta de reforma "democrática" para reemplazar al autónomo Instituto Nacional Electoral (INE) y eliminar a legisladores de representación proporcional, entre otras medidas.

La propuesta de López Obrador, que modificaría 18 artículos de la Constitución, crearía el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas para sustituir al INE, y federalizaría las elecciones para desaparecer los órganos electorales autónomos de los 32 estados.

La iniciativa también elimina los legisladores de representación proporcional o plurinominales, por lo que la Cámara de Diputados pasaría de tener 500 a 300, mientras que el Senado transitaría de 128 a solo 96.

Los congresos locales tendrán ahora un mínimo de 15 y un máximo de 45 integrantes, mientras que los regidores de los ayuntamientos también decrecerían.

A diferencia del INE, que tiene 11 consejeros elegidos en consenso por el Congreso, el nuevo instituto electoral tendría siete integrantes que deben elegirse por voto popular entre una lista de 60 candidatos presentados por los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

La reforma, que deberá aprobarse por dos tercios del Congreso por ser constitucional, causa controversia porque desaparece al INE, antes Instituto Federal Electoral (IFE), que surgió en los 90 como órgano autónomo para quitar el control de las elecciones a los Gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“No hay la intención de que se imponga un partido único, lo que queremos es que haya una auténtica, una verdadera democracia en el país, y que se termine con los fraudes electorales", justificó López Obrador en su conferencia matutina.

El gobierno argumenta que la reforma permitiría ahorrar 24,000 millones de pesos.

La iniciativa también reduciría el financiamiento de los partidos políticos, que ahora solo podrán usar recursos políticos en campañas.

Al mismo tiempo, se redefine la propaganda gubernamental para que funcionarios del Gobierno puedan pronunciarse durante las campañas, algo que ahora está prohibido por las vedas electorales.

El mandatario justificó que la reforma elimina el fraude, algo que él insiste que padeció en 2006, cuando perdió la elección presidencial ante Felipe Calderón.

"Nosotros venimos de una lucha por la democracia, y hemos padecido durante años de fraudes electorales, de imposiciones, somos víctimas de la antidemocracia, del fraude, llegamos a la presidencia por voluntad del pueblo", indicó.

El Gobierno también prometió crear el voto electrónico y facilitar el sufragio de los ciudadanos en el extranjero.

Aunque el presidente ganó la elección de 2018 con más del 50 % de los votos y su alianza de partidos controla ahora la mayoría en el Congreso y la mitad de las gubernaturas estatales, López Obrador insistió en la urgencia de la reforma porque el INE está "en su contra".

“Sí, pero no fue por decisión del INE, podría decir que hasta en contra del INE, fue por voluntad del pueblo. Entonces ahora lo que queremos es que se acople, se ponga en correspondencia esa voluntad del pueblo de México", respondió el mandatario a cuestionamientos.