Tomás Patlán Martínez es uno de los 65 mineros que quedaron atrapados en la mina 8 de Pasta de Conchos, Coahuila, el 19 de febrero de 2006 y cuyo cuerpo, junto con el de 62 trabajadores más, no ha sido rescatado desde entonces.
A 16 años de ocurrida la tragedia, su primo Ricardo Patlán aún recuerda que Tomás pudo haber faltado a trabajar, ya que el 18 de febrero tenía una fiesta de quince años a la que había sido invitado por otro primo, Maximino Moreno Martín, otro minero que el 25 de enero de 1988 sufrió un accidente en la mina 4 y Medio de Esperanza que explotó.
(Fotografía ilustrativa: Cuartoscuro)
Aunque Maximino fue el más quemado de los que quedaron vivos, perdió las falanges de una mano y quedó tan desfigurado que su mamá no lo reconoció cuando fue a visitarlo a una clínica del Seguro Social, sobrevivió.
“Su mamá fue a verlo y no lo reconoció. Él le gritó ‘mamá’ y ella no lo reconoció y mejor le tuvo que gritar ‘Lucha’. Lo reconoció, salieron y se fueron a Monterrey, Nuevo León. Regresó y con el tiempo y un ganchito sus hijos crecieron y para el sábado 18 de febrero, celebraba a su hija quinceañera y le dijo a Tomás que fuera”, recuerda Raúl.
Tomás quería ir, pero una semana después, el 25, su papá celebraba su cumpleaños, entonces como también quería festejarlo, haber ido a los dos compromisos hubiera implicado faltar dos fines de semana a trabajar, por lo que prefirió no ir a los quince años.
“Dos fallas seguidas pega bastante en el bolsillo”, concluyó Tomás y decidió no ir a la fiesta de su primo, añade Ricardo.
Tomás fue a trabajar el fatídico 19 de febrero en la mina 8 de Pasta de Conchos y una explosión causó un derrumbe donde quedaron atrapados los 65 mineros, y a la fecha sólo dos han sido rescatados.
“Hubiera faltado, pero estaría vivo”, musita Ricardo.
IBA A SER PADRE POR TERCERA VEZ
Tomás, quien ya tenía dos hijas, sabía que su esposa estaba embarazada de tres meses, lo que no sabía es que ya estaba en camino su anhelado hijo varón, quien está a punto de cumplir 16 años.
“Alguien que lo vio días antes de la tragedia le preguntó qué onda Tomás, como estás, y él le contestó que bien. Y le preguntó si estaba embarazada la señora. Cuando le contestó que sí, le dijo ‘a ver si ahora sí se te hace el niño’, pero ya no se le hizo conocerlo. Él quería niño”.
Su hijo se llama Tomás Patlán de Anda. Vive con su mamá en La Esperanza.
Ricardo Patlán desde entonces forma parte de la Organización Familia Pasta de Conchos. Le tocó ver la indiferencia de los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto para organizar el rescate de los cuerpos de los mineros, bajo el argumento de que era imposible.
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Andrés Manuel López Obrador hizo del tema una promesa de campaña y ya como presidente el 1 de mayo de 2019 anunció el inicio de los trabajos. Sin embargo, la fecha se ha pospuesto tres veces, primero en febrero de 2020, luego octubre del mismo año, octubre de 2021 y apenas comenzaron el 15 de febrero pasado.
(Fotografía ilustrativa: Cuartoscuro)
Sin embargo, los trabajos avanzan de manera lenta, observa Ricardo Patlán, quien es ingeniero de minas, y ha observado que lo que se ha comenzado a extraer de tierra para los trabajos es poco, algo que incluso podía haberse hecho con trabajadores con pala.
“Hicieron una excavación y van al 0.71 por ciento y a un operario el hueco le llegaba a las rodillas”, dice, basado en una lámina que les mostraron y lo que él mismo vio y de la que tomó una imagen, donde se ve una retroexcavadora, prácticamente en la misma posición que el 15 de febrero.
“Nos presentaron un programa muy genérico, no venía detallada la excavación, sólo actividades preliminares”.
(Fotografía ilustrativa: Cuartoscuro)
SE LO DEBO A MI PRIMO
Lo que sí les han dicho es que en 20 meses estarían listas las obras para ya entrar de manera directa por el primer grupo de los cuerpos de los mineros.
“Yo les insisto que se me hace demasiado el tiempo y que hayan empezado las lumbreras no nos beneficia, sino mejor que sean primero los inclinados”, dice, y recuerda que la empresa encargada de las obras, Desarrollo de Terracerías y Proacon México, tiene experiencia en la construcción de caminos.
A 16 años de que aún no han sido rescatados los mineros, pero que los trabajos ya comenzaron, Ricardo Patlán describe lo que siente ante la posibilidad de que por fin, sus familiares puedan recuperar el cuerpo de su primo Tomás Patlán.
“Es una mezcla de esperanza y desesperación. Lo primero porque vemos movimiento, pero lo segundo es que como ingeniero de minas me tocó hacer varias obras como esta y se me hace que van muy lento”, dice basado en su experiencia.
También cree que ha tardado en llegar equipo, que puede ser fijo o incluso móvil.
“Es para que ya lo estuvieran armando”.
-¿Tendrán reuniones informativas?
-Cada 15 días vamos a acudir a la mina para ver el avance del programa, por qué se hizo. Lo que falte, hay que verlo y ayudar con la experiencia y les dije que estoy dispuesto a ayudarlos. Se lo debo a mi primo que quedó atrapado -concluye.
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