El cuarto año de gobierno de la 4T estuvo marcado por el bateo que la oposición le dio a las reformas constitucionales que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso al Congreso de la Unión y una marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) que puso “contra las cuerdas” a los simpatizantes morenistas.
El primer mandatario mandó 3 propuestas de reforma constitucional y ninguna fue aprobada en la Cámara de Diputados o el Senado, ya que los partidos de oposición formaron un bloque de voto en contra de: la Reforma Eléctrica, reformas a la Guardia Nacional y, en ese escenario, es posible que la propuesta de Reforma Electoral no sea aprobada la próxima semana.
El contexto de estas 3 reformas estuvo marcado también por acentuadas diferencias de la 4T con diputados y senadores. Tocó a los coordinadores parlamentarios en ambas cámaras, Ignacio Mier y Ricardo Monreal, buscar los acuerdos necesarios para negociar con la oposición y no contravenir al titular del Ejecutivo.
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Destacó también la intervención del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, como negociador en la búsqueda de votos para intentar aprobar estas reformas. El funcionario federal –a quien el presidente ha calificado como uno de sus mejores elementos– también debutó como “corcholata presidencial” rumbo a 2024.
Finalmente, sin los votos necesarios, 2 de estas reformas constitucionales no se concretaron; el presidente tuvo que conformarse entonces con reformas a leyes secundarias en los ramos eléctrico y de seguridad, lo mismo adelantó ya para la Reforma Electoral.
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El PRI… ¿amigos o enemigos?
En el entramado político destacó el rol que jugó el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, quien al final destrabó la reforma a la Guardia Nacional abriendo al presidente una ruta alterna para que este cuerpo de seguridad pudiera continuar bajo el cobijo del Ejército hasta 2028.
Esto fue gracias a la iniciativa de reforma a un artículo transitorio en la Constitución que impulsó la entonces diputada del PRI Yolanda de la Torre.
Cabe recordar que esta alternativa ocurrió al mismo tiempo que Morena abrió un probable desafuero contra el también diputado priista, acusado de probable desvío de recursos públicos durante su administración al frente del gobierno de Campeche.
El PRI era otra carta bajo la manga para Morena en el tema de la Reforma Electoral, pero a partir de la marcha en defensa del INE –convocada el 13 de noviembre– el partido tricolor se vio obligado a marcar su postura en contra de cualquier modificación a la ley en esa materia.
El mismo día de la marcha, Alejandro Moreno fue interceptado por un grupo de ciudadanos que le reclamaron haber entregado al PRI a los intereses de Morena, “a cambio de salvar su pellejo”, según le dijeron dentro de un restaurante.
En los días posteriores y ese mismo día, Moreno Cárdenas aseguró que el PRI votaría en contra de cualquier Reforma Electoral, con el fin de afianzar la alianza Va por México. Esa misma semana, el presidente López Obrador anunció su “plan b” de Reforma Electoral.
De la Revocación a Guacamaya Leaks…
El cuarto año de gobierno de López Obrador también estuvo marcado por la consulta de Revocación de Mandato, misma que organizó el INE y que aumentó los diferendos del gobierno federal con el Instituto.
Primero, por el recorte presupuestal que la Cámara de Diputados aprobó al órgano autónomo y que equivalieron a 4 mil millones de pesos en el PEF 2022, lo que impactó directamente en reducir el número de mesas receptoras de opinión durante aquella jornada.
Los resultados arrojaron que no se reunió el número suficiente de participantes, por lo que la encuesta no fue vinculante –en términos legales, fue como si no se hubiera hecho–; pero en términos políticos, sirvió como mensaje de promoción del presidente.
Además, el presidente se dio a la tarea de inaugurar las obras emblemáticas de su gobierno: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA),en el Estado de México; y la inauguración de la primera parte de la Refinería Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco.
En contraste, el proyecto del Tren Maya avanza lento, después de que amparos interpuestos y cuestionamientos de grupos ambientalistas sobre su funcionalidad e impacto ambiental en la selva.
Otro hecho a resaltar es que, este año, la 4T sufrió la revelación de los Guacayama Leaks. Una base de datos de 6 terabytes, de correos electrónicos con información interna del Ejército, se hizo pública a través de una filtración a la prensa.
Entre esas primeras revelaciones –después la organización Guacamaya liberó los archivos de manera pública–, se supo el verdadero estado de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador y análisis internos relacionados con la operación de grupos del crimen organizado en diversas zonas del país.
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Cabe recordar que en marzo se dio a conocer que el primer mandatario elaboró un testamento político con la ruta a seguir en caso de que él debiera ausentarse de sus funciones como mandatario.
El balance de 4 años
Julio Jiménez, constitucionalista y vicepresidente del Colegio Nacional de Abogados, evaluó así este cuarto año de la administración pública:
“Ha sido un gobierno que ha dado muestra de su incapacidad de no avanzar en ninguno de los sectores prioritarios y áreas fundamentales del país, que se ha dedicado a generar un escenario de incertidumbre y persecución política a sus adversarios pretendiendo, a costa de lo que sea, tomar por asalto las instituciones”.
Agregó que, en el marco comercial, a la 4T “no le importa violentar tratados internacionales” y describió que las actitudes del presidente desde sus conferencias mañaneras aumentan la polarización entre la población.
“Este gobierno está encabezado por un presidente mesiánico, un hombre lleno de rencores y frustraciones personales, que utiliza calificativos contra sus adversarios como machucones, fifís, conservadores, aspiracionistas de la clase media. Incluso ha descalificado a representantes de los medios de comunicación”.
El abogado y analista político también evaluó los enroques dentro del gabinete morenista. “Es un gobierno que intenta imponer a sus cuotas y cuates, aun cuando estos no sean capaces. Es un equipo con un 80% de lealtad y 20% de capacidad”.
Respecto a las obras emblemáticas de esta administración afirmó que el presidente Andrés Manuel López Obrador “decidió construir y echar andar un negocio personal –me parece– con sus cuates”.
“Hizo un aeropuerto en una base aérea militar que no tiene ni reúne las condiciones técnicas, ni la ubicación geográfica, ni el aval de seguridad internacional para contar con mayores vuelos internacionales a gran escala. Al parecer no hubo un plan estratégico serio; y si se caracterizó más por convertirse en un elefante blanco”.
“Además tenemos una refinería que no refina, aunque ya fue inaugurada; y al mismo tiempo compra una refinería en Estados Unidos que los expertos califican como una chatarra obsoleta que contraviene acuerdos medioambientales”.
Añadió que el Tren Maya es más “un capricho presidencial que garantiza negocio para sus amigos. El titular del Ejecutivo crítica y descalifica a Porfirio Díaz, pero está tomando acciones de dictador, de autoritario como el que más”.
A nivel político, consideró que no es menor la discusión de las tres reformas constitucionales en el Congreso. “En la reforma se seguridad doblaron al líder nacional priista para votar a favor de una militarización, que constitucionalmente es improcedente que las fuerzas armadas hagan labores de seguridad pública”, dijo.
“Y la reforma electoral pretende a todas luces tomar por asalto el control del árbitro electoral para vulnerar su autonomía, afectar su presupuesto y colonizarlo imponiendo a consejeros afines a Morena. La reforma en cuestión parece más un hace un pago de cuotas para cuates y amigos, para que ocupen cargos de consejeros en el INE; y de paso, terminar con los órganos electorales estatales”.