Las redes sociales son las plataformas ideales para explotar y hablar mal de tu ex sin decir su nombre, contra un equipo de futbol o contra servicios de diversa índole, como las aplicaciones de transporte o para pedir comida a domicilio y sus cobros excesivos; muchos de ellos se vuelven virales.
Y esta historia habla de las apps delivery, de comida a domicilio.
Una usuaria de Facebook textualmente explotó al darse cuenta que su cuenta quedó en ceros por pedidos que dijo ella no realizó, pese a que lo ha reportado a la aplicación, sin obtener buenos resultados.
Las apps delivery, como Uber Eats, Didi Food y Rappi, son de las categorías de apps que más crecieron durante la pandemia; según el estudio de venta online 2020, 62% del total de los internautas en México usaron estas plataformas a lo largo de 2020 y la categoría es una de las favoritas del eCommerce mexicano.
La consultora Statista Digital Market Outlook calcula habrá 34.4 millones de usuarios de apps de entrega a domicilio en México, 134% más que en el 2017. De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), del 83% de usuarios mexicanos que utilizan alguna app de delivery:
- 76% ordena comida.
- 60% pide productos del supermercado.
- 53% realiza envíos.
- 14% adquiere medicamentos.
“ESTOY HARTA, MUUUY ENOJADA”, EXPLOTÓ POR COBROS “A LO IDIOTA”, EN UBER EATS
“Los de Uber Eats me empezaron a hacer cobros a lo idiota, ya estoy harta, muuuuy enojada, no sé qué más hacer…”, posteó una usuaria de Facebook.
¿SON SEGURAS LAS APPS DELIVERY?
Puede considerarse que son muy seguras, pero no perfectas, por lo que puedes llegar a tener problemas con alimentos, repartidores, o con el método de pago.
“NO LO VUELVO A HACER”
La semana pasada se hizo viral Nelson, quien es chofer de taxi de la plataforma DiDi. Un día, narró, le llegó una notificación para un nuevo viaje: el destino era el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Nelson decidió aceptar el recorrido de 8 kilómetros, porque estaba cerca de la zona y porque le daba curiosidad conocer el nuevo aeropuerto. Sin embargo, le tomó unas tres horas, recorrió unos 35 kilómetros, entre la ida y el regreso, y solo ganó 85 pesos.
El problema –platicó– es que cuando todavía faltaban como cuatro kilómetros para terminar el recorrido, el teléfono se quedó sin señal, la aplicación se cerró y terminó el viaje abruptamente. Además, la ruta inicialmente marcada de 8 kilómetros, desde el punto de partida en San Jerónimo, Tecámac, casi se duplicó (al final fueron 19 kilómetros) porque la entrada al aeropuerto no estaba bien señalizada y hubo que rodear toda la base militar de Santa Lucía.