La ofrenda de Día de Muertos es ese ritual que año tras año las familias mexicanas colocan desde mediados del mes de octubre para cuando llegue el 2 de noviembre ya tengan todo preparado para sus difuntos.
Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.
La ofrenda del Día de Muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl).
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La ofrenda de Día de Muertos, tal y como la conocemos hoy, significa recibir a los muertos con elementos naturales, frugales e intangibles, incluyendo aquí las estelas de olores y fragancias que le nacen a las flores, al incienso y al copal.
Después de todo lo dicho, se puede pensar que eso es todo lo que debe de contener la ofrenda de Día de Muertos, pero no, hay varios elementos esenciales que hacen especial esta tradición.
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¿QUÉ NECESITAS PARA ARMAR TU OFRENDA DE DÍA DE MUERTOS?
- El vaso de agua: Es la fuente de la vida y se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y así, fortalecer su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
- La sal: Es un elemento de purificación que sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
- Velas y veladoras: Los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote. En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. La flama que producen significa "la luz", la fe, la esperanza. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
- Copal e incienso: El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
- Las flores: Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños.
- El pan: El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el "Cuerpo de Cristo". Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar.
- El retrato: La foto del recordado sugiere el ánima que nos visitará, pero este debe quedar escondido, de manera que solo pueda verse con un espejo, para dar a entender que al ser querido se le puede ver, pero ya no existe.
- Las calaveras de azúcar: Son alusión a la muerte siempre presente. Las calaveras chicas son dedicadas a la Santísima Trinidad y la grande al Padre Eterno.