CINE MEXICANO EN YUGOSLAVIA

La razón por la que los yugoslavos lloraron con joya del cine mexicano

La principal razón de esta atracción de los yugoslavos por el cine mexicano era la música, la cual era asociada con nostalgia o tristeza. En este filme, Las Mañanitas juegan un papel muy importante en Un día de vida

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En México una de las canciones más populares son Las Mañanitas, las cuales siempre, en su mayoría se cantan en los cumpleaños de seres queridos, por eso son entonadas con entusiasmo, a menos que se trate de la emoción de que los mexicanos se sientan festejados, sería muy poco probable que alguien asocie a “Las Mañanitas” con sentimientos de tristeza o muerte.

No obstante, en los países que formaron el régimen comunista de Yugoslavia, la historia es muy diferente. De acuerdo con el portal México Desconocido, todo inició en 1952, cuando el régimen del del dictador Tito importó el filme Un día de vida, la cual fue dirigida por Emilio, El Indio Fernández, la cual fue transmitida en las salas de cine mexicano en 1949.

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La película Un día de vida, traducida como Jedan dan života fue reconocida especialmente por “Las Mañanitas”. La cinta cuenta la historia del viaje de Belén Martí, una periodista cubana que viaja a México para documentar la Revolución Mexicana quien se encuentra con la historia de Lucio Reyes, un revolucionario del ejército de Venustiano Carranza que se revela por el asesinato de Emiliano Zapata y es condenado a muerte en consecuencia.

En este sentido, gracias a su amistad con Felipe, un alto mando del ejército, Lucio Reyes consigue posponer su sentencia de muerte un día más, lo cual le permite cantar “Las Mañanitas” a Juanita, su madre, quien finge estar feliz y no saber algo sobre la sentencia de muerte. No obstante, el sentimiento invade a los dos personajes, aunque Reyes tiene la posibilidad de huir con Belén o retractarse.

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Sin embargo, pese a que la antigua Yogoslavia se disolvió en 1991 y provocó una serie de guerras entre los países de los Balcanes, el cine mexicano forjó un movimiento artístico conocido como Yu-Mex en la década de 1960, en el que músicos yugoslavos interpretaron música mexicana.

El filme, protagonizado por Roberto Cañedo, Fernando Fernández y Columba Domínguez fue bien recibido en Yugoslavia, donde fue vista por uno de cada dos yugoslavos. En este sentido,  más de 250 mil personas fueron a ver Un día de vida al cine entre mayo de 1952 y mayo de 1953.

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En tanto, la principal razón de esta atracción de los yugoslavos por el cine mexicano era la música, la cual era asociada con nostalgia o tristeza, de acuerdo con Brana Mijatovic, doctora en Etnomusicología por la Universidad de California (UCLA).

Según Mijatovic, la pasión por México dio inicio cuando la URSS expulsó a Yugoslavia de la Oficina de Información Comunista, por lo cual los yugoslavos se quedaron sin cine soviético y las restricciones tampoco les permitieron tener acceso al cine europeo y estadounidense, Así, las obras del nacionalismo mexicano comenzaron a ser una opción que tocaba las fibras sensibles de una nación en guerra.

“A través de Un día de vida, México se entregó, dijo todo sobre sí: dijo su historia y predijo su futuro, nos mostró su corazón; lo vimos y lo sentimos. Es la primera vez cuando, al ver a México, pensé en Yugoslavia. Tal vez fue el sentimiento subconsciente de conexión, tal vez la similitud en los corazones y los personajes: sus canciones y bailes parecían similares a los nuestros, su país al nuestro, su gente a la nuestra”, explicó el escritor Voja Rehar, quien colaboró en la revista Film.

BV