Un Juzgado de Distrito de Procesos Penales Federales sentenció a pasar 11 años en prisión a Nicolás Andrés Caletre López y/o Nicolás Andrés Caletri López, identificado por el gobierno federal como uno de los secuestradores más peligrosos en los últimos años.
Fue condenado al ser culpable del delito de secuestro y portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Permanece recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 1 El Altiplano en el Estado de México desde el año 2000.
Esta condena se suma a otra con la que cuenta, por lo que continuará preso, ya que tiene distintos procesos en su contra relacionados con el plagio de empresarios, principalmente en los Estados de México, Morelos y el entonces Distrito Federal.
Caletri López, era considerado por la extinta Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía General de la República (FGR), como un criminal de alta peligrosidad.
Antes de secuestrar, formó parte de la agrupación criminal de Alfredo Ríos Galeana, un asaltabancos. Fue detenido en varias ocasiones, pero se fugó de prisión, la última de ellas en 1995, del Reclusorio Oriente.
Tras separarse formó su agrupación. Después de la detención de Daniel Arizmendi, “El Mochaorejas”, fue el principal objetivo del gobierno federal hasta el 21 de febrero del año 2000, cuando fue capturado.
Entre los empresarios que secuestró en coordinación con otras personas, se encuentran: Elio Margolis, directivo de Chrysler en México; a un dueño de la cadena de hoteles Presidente, a industriales textileros, e incluso a un familiar de Daniel Arizmendi, “El Mochaorejas”.
Nicolás Andrés Caletri López fue detenido el 21 de febrero en el municipio de Pinotepa Nacional, en el estado de Oaxaca, cuando realizaba una llamada telefónica. La captura la efectuaron elementos de la extinta Policía Federal Preventiva (PFP), y de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), hoy Unidad Especializada en Investigación de Delitos en Materia Secuestro.
Las autoridades determinaron que Andrés Caletri tenía comunicación constante con su familia, a través de llamadas telefónicas hechas en casetas públicas de telefonía rural, en los poblados de Rancho Viejo, Mancuernas y La Estancia, en Oaxaca, sobre la carretera Pinotepa Nacional-Acapulco.
rgg