“¡Qué curioso! Se supone que es hasta octubre, pero algunos ya empezaron, como esa marca”, dijo sorprendida Angélica al ver el nuevo etiquetado de advertencia en una lata mientras hacía sus compras en el supermercado.
En esta tienda de la alcaldía Cuauhtémoc, una lata de crema para sopa resaltaba en el anaquel. Aunque estaba en medio de otras, los tres octágonos negros impresos en su etiqueta contrastaban con el color rojo de su empaque y la hacían llamar la atención. El artista pop Andy Warhol tendría que haber algunas modificaciones a algunas de sus obras más famosas si todavía viviera.
“Exceso de calorías”, “Exceso de azúcares” y “Exceso de sodio” son las tres etiquetas de advertencia que tiene esa lata de crema de chile poblano, información que todos los alimentos procesados y bebidas no alcohólicas deberán tener a partir del 1 de diciembre (aunque estaba planeado para el 1 de octubre) para que la población conozca de manera clara qué es lo que va a llevar a su boca y los riesgos que conlleva para su salud.
“Somos bien extraños los mexicanos. Los que ya lo saben hasta se van a reÍr porque ni consumen esos productos, los que no lo sabían y que de repente empiecen a escuchar es que mira, tiene esto, esto y esto, van a empezar de borregos de ‘ay, ya no lo voy a consumir”, pero también están los vale madre, si antes no leyeron la etiqueta, menos lo van a hacer”, comentó Angélica, quien sólo observó la nueva etiqueta con curiosidad y siguió su camino.
Algunas empresas se adelantaron y ya empezaron a colocar las etiquetas de advertencia al frente de sus empaques, como algunas mermeladas que alertan que tienen “Exceso de azúcares” o unas galletas que con una estampa pegada en su empaque le indican al consumidor que tienen “Exceso de calorías”, “Exceso de azúcares”, y “Exceso de grasas saturadas”.
Aún son pocos los productos que ya tienen el etiquetado de advertencia al cual la industria se opuso con gran resistencia, pero es posible imaginar que a inicios de octubre los pasillos de los supermercados estarán repletos de octágonos.
“Yo creo que pocas veces somos conscientes de lo que comemos”, señaló Brenda quien en su carrito de llevaba unas galletas integrales, un paquete de salchichas y varias palomitas para microondas, entre otras cosas.
La joven mujer comentó que está bien que se hagan estos cambios porque así será más fácil saber qué es lo que está comprando, aunque no está tan segura de que dejará de adquirir los productos que le gustan.
“Si tengo antojo de un pastelito o de unas papas, creo que me las voy a comprar aunque vea que tienen las etiquetas. Quizá lo que haría es comer un poco menos para que no me hagan daño”, declaró.
En cinco años se podrían ver resultados positivos del etiquetado de advertencia, se resalta en una reciente investigación del Instituto Nacional de Salud Pública. Se estima que con este cambio se podrían prevenir 1.3 millones de nuevos casos de obesidad en el país, lo que representa una reducción del 14.7%.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, organizaciones de la sociedad civil como la Alianza por la Salud Alimentaria y expertos en el tema han impulsado este cambio a la Norma Oficial Mexicana 051 para combatir la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas a este problema de salud.
Con estos cambios en el empaque de los productos denominadas “chatarra” y las bebidas azucaradas, ahora el balón está en la cancha de los consumidores, queda por ver si aceptarán cambiar sus hábitos alimenticios o si pasarán por alto los riesgos que podrían causar a su salud.
fmma