La prolongada guerra en Ucrania no sólo ha tensado las relaciones de Rusia con Occidente, también comienza a mostrar fracturas dentro de la sociedad rusa. Una de las más sensibles proviene de los soldados y veteranos que, tras participar en el frente, regresan a un país en crisis económica y bajo sanciones internacionales.
De acuerdo con el diario HuffPost, el propio Kremlin ha reconocido que la reintegración de veteranos representa un problema de seguridad interna. Entre los riesgos señalados se encuentran la proliferación de armas ilegales, el consumo de alcohol y drogas, la falta de oportunidades laborales y el trauma psicológico.
"La guerra está generando un ejército de hombres traumatizados que podrían convertirse en un problema social", publicó el medio citando fuentes oficiales rusas HuffPost, en 2024.
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El peso de la guerra en Ucrania
Desde febrero de 2022, Rusia ha movilizado a cientos de miles de hombres hacia el frente en Ucrania. Aunque Moscú reporta disciplina y patriotismo, organizaciones civiles y medios independientes como Meduza han documentado deserciones, quejas por falta de equipo y tensiones entre oficiales y soldados.
El portal Meduza informó que algunos combatientes y familiares han expresado públicamente su inconformidad por la falta de pagos o indemnizaciones prometidas. Aunque no se trata de un movimiento organizado, estas protestas locales reflejan un malestar latente en las bases militares.
Putin frente al riesgo político
Analistas consultados por BBC News coinciden en que, aunque no existe un desafío directo a la figura de Vladimir Putin, el descontento de soldados y veteranos podría erosionar la legitimidad del Kremlin.
"El Kremlin es consciente de que los veteranos pueden convertirse en una fuerza impredecible si sienten que el Estado los abandona," explicó la BBC en un análisis sobre la situación de Rusia tras más de dos años de guerra.
Voces desde la sociedad civil
Colectivos de derechos humanos como Memorial —organización rusa disuelta por el gobierno pero activa en el exilio— han advertido que la represión y el control informativo sólo ocultan, pero no eliminan, el creciente descontento en los sectores militares.
Aunque es exagerado afirmar que “los soldados quieren que Putin se vaya”, como lo sugieren algunos titulares, las fuentes coinciden en que existe una vulnerabilidad real para el Kremlin en el manejo del regreso de los veteranos.
