Las condiciones en los centros de detención para migrantes en Estados Unidos, bajo la supervisión del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), están generando una creciente alarma nacional e internacional, y es que un reciente informe interno del mismo ICE, revelado por The Washington Post, expone graves violaciones normativas y de derechos humanos en el recién inaugurado centro de detención Camp East Montana, ubicado en la base militar de Fort Bliss, Texas.
La instalación, considerada ya el centro de detención migratoria más grande del país, registra 60 infracciones documentadas en apenas 50 días de funcionamiento, afectando directamente a más de 1.400 migrantes, entre adultos y menores, detenidos en condiciones que organizaciones defensoras de derechos humanos califican de "inhumanas".
Falta de supervisión, hacinamiento y violaciones al debido proceso
Según el informe, Camp East Montana, operado por la empresa privada Acquisition Logistics LLC con un presupuesto de 1.200 millones de dólares, presenta múltiples fallas estructurales y operativas. Las inspecciones detectaron falta de atención médica, hacinamiento, suministro inadecuado de alimentos, y ausencia de procedimientos básicos de seguridad.
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“Te tiran al piso en una colchoneta de 5 cm, sin almohada, con 20 reclusos más, y permaneces encerrado las 24 horas… No soportaba más la cárcel”, relató Ricardo Quintana, inmigrante peruano de 59 años que, tras 24 días de detención, solicitó su deportación voluntaria.
Los módulos de detención dentro de dos enormes carpas blancas, cada una del tamaño de un campo de fútbol, carecen de techos individuales y presentan fallas sanitarias. Algunos inodoros y lavabos no funcionaban durante las primeras semanas. Además, los detenidos no podían contactar a sus abogados ni presentar denuncias, en abierta violación a las políticas internas del ICE.
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Migrantes detenidos "ilegalmente"
Aunque el contrato del centro establece que los migrantes solo pueden permanecer allí por un máximo de dos semanas, múltiples testimonios y reportes legales documentan estancias prolongadas de hasta un mes o más, lo que representa una violación directa al Acuerdo Flores y a las propias normativas del ICE.
La antigua norma de 12 horas de detención en salas de espera fue extendida a 72 horas, pero incluso ese nuevo límite no se está cumpliendo.
“Una de las peores cosas de la detención migratoria es simplemente no entender por qué estás allí, cuánto tiempo vas a quedarte en ese lugar, qué puedes hacer para avanzar en tu caso”, declaró Denise Gilman, codirectora de la Clínica de Inmigración de la Universidad de Texas.
Además, durante días, el rastreador web del ICE, herramienta usada por familiares y abogados para localizar a personas detenidas, no registró a los inmigrantes recluidos en Fort Bliss, obstaculizando aún más el acceso a la justicia.
Casos similares en otros centros: Dilley y la salud de los niños migrantes
Las malas condiciones no se limitan a Fort Bliss. En el centro de detención familiar de Dilley, Texas, también se han reportado problemas sanitarios graves. Abogados de la organización Children’s Rights alertaron que el agua en la instalación causa malestares estomacales y el jabón disponible ha provocado erupciones cutáneas en niños.
“Nunca había oído hasta ahora que los niños tuvieran que comprar agua”, declaró a la agencia AP Leecia Welch, subdirectora jurídica de Children’s Rights. Las familias deben pagar 1,21 dólares por una botella de agua, mientras que la atención médica es deficiente.
Un niño con apendicitis esperó seis horas para ser atendido por una enfermera, y fue trasladado a un hospital solo después de vomitar. Estas condiciones fueron documentadas en un informe legal que forma parte de la defensa contra la iniciativa de la Administración Trump de eliminar el Acuerdo Flores, que limita el tiempo que los menores migrantes pueden estar detenidos.
Aunque el ICE asegura que el número de niños migrantes detenidos por más de 72 horas ha disminuido de seis a cinco días, organizaciones legales y de derechos humanos desmienten esta afirmación, asegurando que hay menores que llevan semanas o meses recluidos, sin justificación legal ni acceso adecuado a asistencia jurídica.
La creciente red de centros de detención para inmigrantes en la unión americana. enfrenta hoy una crisis de legitimidad. Las revelaciones sobre violaciones sistemáticas de derechos humanos, falta de supervisión, condiciones inhumanas y obstáculos legales en instalaciones como Fort Bliss y Dilley, ponen en entredicho la política migratoria del país.
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AJA