El gobierno de Nayib Bukele en El Salvador desarrolló “tácticas antiterroristas de vanguardia” enfocadas en el combate contra las pandillas o maras. El plan incluye encarcelamiento masivo y control penitenciario como parte de su estrategia de seguridad.
Estas tácticas se presentaron como un modelo diseñado para desmantelar a estructuras criminales consideradas transnacionales. El gobierno salvadoreño sostiene que este enfoque consolidó un cambio en la dinámica del crimen organizado en el país.
Las autoridades destacaron una reducción del 98% en la tasa de homicidios como resultado de la implementación de estas tácticas antiterroristas . Con esta cifra, el gobierno afirmó que el país pasó de una situación de violencia generalizada a una de control territorial más amplio.
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El senador estadounidense Ted Cruz calificó el resultado como un “éxito asombroso” durante su visita a El Salvador el martes 26 de agosto. La reunión con el presidente Nayib Bukele y el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, ocurrió ese mismo día.
El Cecot como símbolo de la estrategia
Durante su visita a El Salvador, Cruz recorrió el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad creada para pandilleros. Esta instalación se convirtió en el principal referente de la estrategia gubernamental contra las maras.
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En el Cecot también permanecen más de 200 venezolanos expulsados desde Estados Unidos, señalados por presunta pertenencia al Tren de Aragua. La presencia de estos internos reforzó la narrativa de coordinación binacional en materia de seguridad.
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Alianza estratégica con Estados Unidos
El ministro Villatoro indicó que la experiencia salvadoreña será “clave para compartir logros alcanzados en materia de seguridad y fortalecer nuestras estrategias contra el crimen organizado transnacional y el terrorismo”.
La alianza con Estados Unidos se enfocará en “golpear duramente a las pandillas transnacionales y en las cárceles”, según los acuerdos presentados durante la visita del senador republicano.
EU respalda a Bukele
Contexto: El presidente Donald Trump ha respaldo públicamente las medidas de seguridad tomadas por la administración de Nayib Bukele en El Salvador. Su apoyo incluye la reforma para su reelección indefinida y el rechazo a denuncias sobre derechos humanos, lo que facilita la proyección internacional del modelo salvadoreño.
La visita de Cruz evidenció un interés en mantener vínculos estrechos con la actual estrategia de seguridad de El Salvador. Para Washington, esta cooperación se centra en el combate a organizaciones delictivas que operan a ambos lados de la frontera.
Implicaciones y críticas
En contraste, Organizaciones como Cristosal señalan que la coordinación entre Estados Unidos y El Salvador en materia de deportaciones y encarcelamientos podría derivar en “graves violaciones a los derechos humanos”.
El acuerdo documentado sobre más de 200 venezolanos deportados desde EU a El Salvador y su reclusión en el Cecot marcó un precedente dentro de esa cooperación, al tiempo que abrió cuestionamientos internacionales sobre garantías legales.
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Exportación del modelo salvadoreño
La experiencia de Bukele y sus ministros se proyecta ahora como un modelo posible de replicar en otros países. La visita de Cruz sugirió un interés estadounidense en adoptar o adaptar estas prácticas frente al crimen organizado transnacional.
El gobierno salvadoreño definió sus métodos como “tácticas antiterroristas de vanguardia” y planteó que la cooperación futura con Estados Unidos fortalecerá la ofensiva regional contra las pandillas y redes criminales.
VGB