El nombre 3I/ATLAS ha empezado a sonar fuerte en redes sociales y medios generando todo tipo de rumores, especialmente por la idea de que podría tratarse de una “nave alienígena” rumbo a la Tierra. Todo esto tomó fuerza luego de que el astrofísico Avi Loeb, junto con Adam Hibberd y Adam Crowl, publicaran un estudio donde analizan a fondo este objeto interestelar recién detectado. Su trabajo despertó tanto curiosidad como alarmas, sobre todo por su enfoque en posibles orígenes no naturales.
Sin embargo, antes de pensar en escenarios sacados de una película de ciencia ficción, vale la pena ver lo que dicen los expertos. La NASA ya se pronunció al respecto y dejó claro que no hay razones para entrar en pánico. De hecho, este objeto pasará a una distancia segura de unos 240 millones de kilómetros de nuestro planeta, y por ahora no hay evidencia alguna de que sea una nave o tecnología extraterrestre. La recomendación es mantener la mente abierta, sí, pero sin dejarse llevar por el drama.
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¿Qué es 3I/ATLAS y por qué generó revuelo en redes sociales?
El objeto llamado 3I/ATLAS se ha vuelto el nuevo protagonista del espacio y no es para menos: es el tercer visitante interestelar que detectamos desde la Tierra. Fue descubierto el 1 de julio de 2025 desde un observatorio en Chile que usa el telescopio ATLAS (financiado por la NASA), cuando los astrónomos notaron un cuerpo desconocido dentro de la órbita de Júpiter, a unos 670 millones de kilómetros de distancia. Desde entonces, varios observatorios en todo el mundo le han echado el ojo.
Este objeto fue clasificado como cometa por su estructura: tiene un núcleo congelado y una coma, esa nube brillante de gas y polvo que lo rodea. El nombre 3I/ATLAS no es al azar: "ATLAS" por el telescopio que lo encontró, la "I" significa "interestelar", y el "3" es porque es el tercero en la lista de este tipo, después de los conocidos 1I/‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Lo que ha encendido las alertas (y también el interés en redes) es que, según el astrofísico Avi Loeb y su equipo, 3I/ATLAS viaja a más de 221 mil km/h, una velocidad tremenda, y su trayectoria es bastante inusual: ha pasado cerca de Júpiter, Marte, Venus, y ahora se dirige hacia el Sol. Todo eso hace que Loeb lo vea como un posible candidato a ser una sonda tecnológica enviada por alguna civilización avanzada del espacio.
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El estudio fue publicado el 16 de julio en la plataforma científica arXiv, y no tardaron en surgir las teorías más intensas. Entre ellas, la idea de que este objeto podría estarse acercando al Sol para "esconderse" y lanzar dispositivos hacia la Tierra sin que nos demos cuenta. Aunque Loeb reconoce que lo más probable es que se trate de un cometa común y corriente, también insiste en que no deberíamos ignorar ciertos comportamientos raros del cosmos. Porque, como él dice, con que una sola anomalía sea real, eso podría cambiar para siempre lo que creemos saber sobre la vida en el universo.
¿Cuál es la postura de la NASA sobre la verdadera naturaleza de 3I/ATLAS?
La astrónoma Samantha Lawler, de la Universidad de Regina en Canadá, ha salido a poner los pies en la Tierra: todo apunta a que 3I/ATLAS se comporta como un cometa más, probablemente expulsado de otro sistema solar, y no hay pruebas de que tenga algo que ver con tecnología alienígena. Incluso Avi Loeb, quien impulsó la idea más controversial, admite que la explicación más lógica es natural, aunque defiende que vale la pena explorar otras posibilidades, por muy extrañas que parezcan.
Por otro lado, algunos colegas no han sido tan pacientes. Chris Lintott, de la Universidad de Oxford, calificó la hipótesis de Loeb como un disparate y hasta como una falta de respeto al trabajo serio de la astronomía. Para varios expertos, insistir demasiado en teorías poco probables solo distrae de la ciencia real, esa que se basa en datos duros, observaciones concretas y evidencia comprobable.
La NASA también tiene su postura muy clara: para ellos, la verdadera duda está en saber cuál es exactamente el tamaño del núcleo de este objeto. Davide Farnocchia, ingeniero de navegación de la agencia, explicó que el brillo que estamos viendo puede deberse tanto al tamaño como a cómo refleja la luz solar, pero nada más allá de lo común.
Además, todo indica que no hay riesgo alguno para la Tierra. Según los cálculos más precisos, 3I/ATLAS ni siquiera se va a acercar: su paso más próximo será a 1.5 unidades astronómicas, lo que equivale a unos 240 millones de kilómetros de distancia. Y para rematar, las imágenes obtenidas por el Observatorio Gemini en Hawái muestran que tiene la clásica forma de un cometa, con su nube de gas y polvo flotando a su alrededor, sin señales raras que nos hagan pensar en tecnología alienígena.
¿Cuál es la importancia de la NASA al detectar estos objetos?
Contexto: La NASA juega un papel clave en la detección, análisis y monitoreo de objetos interestelares como 3I/ATLAS gracias a su avanzada infraestructura científica y tecnológica.
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A través de programas como el Near-Earth Object Observations (NEOO) y telescopios como ATLAS, Pan-STARRS y el Observatorio Espacial James Webb, la agencia ha identificado miles de cuerpos celestes, incluidos los tres únicos objetos interestelares registrados hasta ahora: 1I/‘Oumuamua (2017), 2I/Borisov (2019) y 3I/ATLAS (2025).
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Su labor permite estudiar estos fenómenos con precisión, descartar riesgos para la Tierra y, sobre todo, reunir evidencia científica confiable que ayuda a entender el origen y comportamiento de estos visitantes cósmicos, sin caer en especulaciones sin fundamento.
LSHV