CONFLICTO ISRAEL-IRÁN

Contaminación y riesgo nuclear: las secuelas invisibles de la guerra en Irán

A casi un mes de la ofensiva militar a las principales bases nucleares de Irán, hasta el momento se desconocen los efectos ambientales que generaron los bombardeos

Las instalaciones estratégicas como Fordo, Isfahán y Natanz fueron el blanco de los ataques el pasado mes de junio.Créditos: EFE
Escrito en MUNDO el

A casi tres semanas del inicio de una ofensiva militar contra instalaciones nucleares y militares en Irán, persisten la incertidumbre sobre la magnitud de los daños y la preocupación por los efectos ambientales que podrían extenderse durante décadas.

Tras la ofensiva de Estados Unidos a las instalaciones estratégicas como Fordo, Isfahán y Natanz que fueron blanco de intensos bombardeos. Solo el 22 de junio, según informes, se lanzaron 14 bombas antibúnker de 13,600 kilos cada una y 30 misiles de crucero Tomahawk impactaron en instalaciones nucleares clave. Sin embargo, los verdaderos efectos aún no han sido evaluados de forma independiente.

La experta Gaukhar Kukhatzhanova, del Centro de Desarme y No Proliferación de Viena, declaró al medio DW que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) no ha podido verificar completamente los daños, especialmente en las instalaciones subterráneas de Fordo. Se teme que cientos o miles de centrifugadoras hayan sido destruidas por cortes de energía, lo que representa un riesgo químico y radiológico considerable, ya que estas operan con hexafluoruro de uranio, un gas tóxico y altamente reactivo.

Aunque afuera de las instalaciones no se han registrado niveles peligrosos de radiación, el OIEA advierte sobre posibles fugas y una contaminación química latente, con consecuencias sanitarias y ecológicas aún no dimensionadas.

Contaminación persistente y falta de transparencia

Rozbeh Eskandari, experto en medioambiente iraní residente en Canadá, destacó la opacidad informativa del gobierno iraní y la ausencia de alertas o medidas para proteger a la población cercana. "No hay información clara sobre los riesgos, ni siquiera para quienes viven cerca de los lugares bombardeados", afirmó.

El especialista también recordó un antecedente reciente: la explosión en el puerto de Bandar Abbas en abril, que liberó sustancias tóxicas como hollín, óxidos de nitrógeno (NO) y dióxido de azufre (SO2), deteriorando la calidad del aire durante días. Tras los ataques recientes, se han observado nubes similares, lo que agrava el impacto ambiental.

Según Eskandari, estas sustancias contaminan el suelo por décadas, reduciendo su fertilidad y afectando la seguridad alimentaria a largo plazo. Este tipo de contaminación —frecuente en contextos bélicos— socava los ecosistemas locales y afecta el desarrollo agrícola.

Heridas del pasado 

La historia ambiental de Irán revela que estos efectos no son nuevos. Durante la guerra Irán-Irak (1980-1988), regiones como Juzestán, Ilam y Kermanshah sufrieron bombardeos intensivos. El uso de armamento y maquinaria pesada liberó metales pesados y residuos tóxicos, dejando suelos improductivos y elevadas tasas de enfermedades como cáncer y afecciones respiratorias.

Juzestán, rica en petróleo y patrimonio histórico, ha visto en los últimos 20 años la mayor tasa de emigración interna del país. Ciudades como Shush y Shushtar, testigos de antiguas civilizaciones, se han vaciado progresivamente, afectadas por el deterioro ambiental, la mala gestión política y el cambio climático.

Contexto: el pasado 21 de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump confirmó que las fuerzas armadas estadounidenses llevaron a cabo un ataque aéreo en tres sitios nucleares en Irán, las zonas atacadas serían Fordow, Natanz y Esfahan.

El ataque se dio tras el despliegue de bombarderos B-2 Spirit, una aeronave que combina capacidades ofensivas de largo alcance con tecnología furtiva, diseñada para operar en entornos altamente defendidos.

Las instalaciones nucleares de Natanz y Estefan fueron destruidas con 30 misiles Tomahawk lanzados por submarinos estadounidenses a unos 640 kilómetros de distancia, así como desde navíos de la Armada.

¿Por qué es importante el tema de los ataques a instalaciones nucleares en Irán?

Atacar instalaciones nucleares implica un alto riesgo de liberación de materiales radiactivos y químicos peligrosos. Aunque no se ha confirmado una fuga masiva, la posible afectación a las centrifugadoras con hexafluoruro de uranio puede provocar una emergencia ambiental o sanitaria de alcance internacional.

La negativa o imposibilidad de que el OIEA inspeccione los daños impide conocer la magnitud real de los riesgos. La opacidad informativa del gobierno iraní agrava el problema, ya que ni la población cercana ni la comunidad internacional saben con certeza a qué se enfrentan.
 

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Los contaminantes liberados por las explosiones y bombardeos pueden permanecer décadas en el suelo y el aire, afectando la fertilidad de la tierra, la biodiversidad y la salud humana.

Además de que las poblaciones cercanas a las instalaciones bombardeadas están potencialmente expuestas a sustancias tóxicas sin protección, información ni atención médica adecuada. Esto plantea una grave violación al derecho a la salud y a un medio ambiente sano.

*Este material fue generado con apoyo de la inteligencia artificial

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