La astronomía tiene ese “algo” que nos atrapa porque nos hace mirar hacia arriba y preguntarnos cosas enormes: ¿de dónde venimos?, ¿estamos solos?, ¿qué hay más allá de las estrellas? Desde niños, ver el cielo lleno de puntitos brillantes nos despierta la imaginación, y ya de grandes, conocer cómo se mueve el universo mezcla emoción, ciencia y mucha curiosidad.
Es como si el cielo nocturno fuera un escenario lleno de misterios esperando a ser descubiertos. Y no solo se trata de ver estrellas por gusto. La astronomía también nos ayuda en cosas súper prácticas como saber cuándo cambiar de estación, entender eclipses o hasta tener GPS en el celular.
Es una ciencia que mezcla lo útil con lo fascinante, y por eso encanta tanto: porque une lo cotidiano con lo cósmico. Al final, nos recuerda que somos parte de un universo gigantesco… y eso siempre será motivo para soñar.
Te podría interesar
¿Por qué es importante la astronomía?
Contexto: La astronomía no solo se trata de mirar estrellas por gusto, ¡va mucho más allá! Gracias a esta ciencia podemos entender cómo funciona el universo: desde cómo nacen los planetas hasta por qué ocurren los eclipses o cambian las estaciones. Además, muchas cosas que usamos todos los días, como el GPS o los satélites que nos dan internet y clima, existen por los avances en astronomía.
Pero quizá lo más especial es cómo nos hace sentir. Nos empuja a preguntarnos de dónde venimos, si hay vida en otros planetas y qué hay más allá del cielo que vemos. Es una mezcla de ciencia, emoción y mucha imaginación, que nos recuerda que somos parte de algo inmenso y fascinante.
¿Qué capturaron recientemente los astrónomos?
¡Un vistazo al nacimiento de otro sistema solar! Por primera vez, astrónomos lograron captar en tiempo real cómo empiezan a formarse planetas alrededor de una estrella bebé llamada HOPS-315. Este increíble logro fue posible gracias al trabajo en conjunto del famoso Telescopio Espacial James Webb y el poderoso observatorio ALMA, que está en Chile. Ver esto es como asomarse al pasado y presenciar los primeros pasos de algo que podría convertirse en un sistema solar completo… como el nuestro.
TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR LEER: “En 1945, iniciamos un verdadero sueño”: Roberto Servitje Sendra
Este descubrimiento es una joya para la ciencia, porque nunca antes se habían detectado señales tan claras —químicas y físicas— del inicio de la formación de planetas fuera de nuestro vecindario cósmico. HOPS-315 está a unos 1,300 años luz de distancia y es muy parecida a lo que fue nuestro Sol cuando recién comenzaba su historia. El estudio fue publicado en la revista Nature y abre nuevas pistas para entender cómo nacen los mundos, incluido el nuestro.
¿Qué encontraron los astrónomos alrededor de HOPS-315?
El foco de esta emocionante investigación es HOPS-315, una estrellita en pleno crecimiento que está rodeada por un disco de gas y polvo, como si fuera una nube mágica de donde nacen nuevos planetas. Ese anillo, conocido como disco protoplanetario, es básicamente el taller cósmico donde se empiezan a armar los mundos. Al echarle un vistazo con el poderoso telescopio James Webb, los astrónomos notaron algo muy interesante: señales químicas de monóxido de silicio (SiO), tanto en forma de gas como en partículas sólidas.
TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR LEER: ¿Cuánto cuesta ser aficionado del Cruz Azul?
¿Y por qué esto es tan importante? Pues resulta que el SiO es uno de los primeros ingredientes que se forman cuando las temperaturas son súper altas, y a partir de ahí surgen cristales minerales. Esas pequeñas partículas calientes son como las piezas de Lego con las que, poco a poco, se construyen cosas más grandes: primero rocas, luego planetesimales… y eventualmente, planetas enteros. Lo más increíble es que minerales como estos ya los habíamos visto antes en meteoritos súper viejitos de nuestro propio sistema solar. Así que verlos ahora en HOPS-315 es como ver una película en vivo de cómo pudo haberse formado la Tierra hace miles de millones de años.
¿Por qué este hallazgo es tan relevante para la astronomía?
Hasta ahora, los astrónomos habían podido observar discos de polvo alrededor de estrellas y planetas ya bien formaditos, pero nunca habían logrado ver el arranque del proceso: ese preciso momento en el que los granitos de material sólido empiezan a juntarse para crear nuevos mundos. Eso es justo lo que lograron captar con HOPS-315, algo que muchos científicos soñaban ver desde hace años.
Según los expertos, esto se parece muchísimo a cómo debió lucir nuestro Sistema Solar cuando apenas daba sus primeros pasos. Merel van ’t Hoff, parte del equipo, dice que es como mirar al pasado de nuestra propia casa cósmica. Y no solo eso, Melissa McClure, quien lideró el estudio, explicó que este hallazgo muestra la etapa más temprana que se ha detectado hasta ahora de formación de planetas fuera del vecindario solar.
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE LA SILLA ROTA DE GOOGLE NEWS
Los investigadores también compararon el lugar donde se detectaron estos minerales con el cinturón de asteroides que tenemos entre Marte y Júpiter, y encontraron similitudes sorprendentes. Esto sugiere que tal vez la manera en que nacen los planetas no sea tan diferente en otras partes del universo. Todo esto fue posible gracias a dos herramientas top de la astronomía moderna: el telescopio espacial James Webb (JWST) y el observatorio ALMA en Chile.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Mientras uno detectó las señales químicas, el otro ubicó exactamente dónde estaban en el disco. Lo que encontraron fue claro: los materiales sólidos apenas están empezando a juntarse en esa zona, como si estuviéramos viendo el inicio de la construcción de un sistema solar desde cero.
LSHV
