Los líderes del Grupo de los 7 (G7) se reúnen en el idílico complejo turístico de las Montañas Rocosas, en una cumbre marcada por la tensión geopolítica, la sombra de Donald Trump y las crecientes crisis interconectadas que ponen a prueba la unidad global. La cita anual, que convoca a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, junto con la Unión Europea, busca puntos en común en un escenario mundial cada vez más volátil.
Según reportes del Financial Times y el New York Times, la cumbre de este año se presenta como un desafío sin precedentes. John Kirton, del Grupo de Investigación del G7 de la Universidad de Toronto, señaló al Financial Times que "nunca antes una cumbre del G7 había afrontado tantas crisis graves e interconectadas, con tantos líderes nuevos y un presidente estadounidense impredecible".
El G7: foro clave en tiempos de crisis
El G7 es un foro intergubernamental compuesto por las siete economías más avanzadas del mundo, que se reúne anualmente para discutir y coordinar políticas sobre importantes cuestiones globales como la economía, la seguridad internacional y el medio ambiente. Tradicionalmente, estas cumbres han servido para forjar consensos y tomar acciones conjuntas, como las sanciones coordinadas contra Rusia por su invasión a Ucrania en años recientes.
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Sin embargo, el enfoque de la administración Trump hacia el comercio mundial y la política exterior ha modificado la dinámica del grupo. Los funcionarios canadienses, que ostentan la presidencia del G7 este año bajo el liderazgo de Mark Carney, han expresado al New York Times que se están descartando las esperanzas de emitir un comunicado conjunto tradicional, una señal de la dificultad para lograr acuerdos unificados.
La incómoda presencia de Donald Trump
La presencia del expresidente estadounidense Donald Trump es un factor central que define la cumbre. Un funcionario del gobierno canadiense, de forma anónima, describió su llegada como "preparar la alfombra roja para Godzilla", en declaraciones al Financial Times. La relación entre Trump y Canadá ha sido tensa desde la cumbre de 2018, también en territorio canadiense, que culminó en un desacuerdo público con el entonces primer ministro Justin Trudeau. Trump ha continuado expresando que Canadá debería convertirse en el "estado 51" de EU, una postura que el Primer Ministro del Reino Unido, Sir Keir Starmer, ha refutado enfáticamente, reafirmando la soberanía canadiense.
Los líderes asistentes, más allá de la agenda oficial, tienen un objetivo primordial: reunirse con Trump y evitar cualquier desavenencia que pueda agravar la ya compleja situación global, según el New York Times.
La agenda: Medio Oriente, Ucrania y T-MEC
La cumbre abordará la economía mundial, pero estará inevitablemente bajo la sombra de la escalada del conflicto entre Israel e Irán, que amenaza con desestabilizar aún más los mercados. La preocupación por el apoyo de Irán a Rusia también es un tema clave para los funcionarios de la UE.
La guerra en Ucrania también figura prominentemente en la agenda. Se espera que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, busque garantías de Trump. Si bien Ucrania sigue siendo un tema espinoso para discutir con Estados Unidos, los socios del G7 "están avanzando con presión adicional sobre Rusia", informó un funcionario de la Unión Europea al Financial Times.
Además, la cumbre del G7 representa la primera oportunidad para que Estados Unidos, México y Canadá discutan el futuro de su pacto comercial T-MEC. Este acuerdo, que será revisado el próximo año, se ha visto socavado por los aranceles impuestos por Trump a sus socios comerciales, desestabilizando décadas de integración en Norteamérica. Hay rumores de una reunión informal entre Trump, Carney y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aunque no ha sido confirmada, buscando un encuentro presencial para abordar el tema.
Fue a finales de mayo pasado que el Primer Ministro canadiense, Mark Carney, lanzó la invitación para que la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum asistiera como invitada a la reunión de los 7 poderosos. Dicha convocatoria fue aceptada por la mexicana días después, todo esto en el marco de lo que ocurre en Estados Unidos con las redadas en contra de migrantes, en su mayoría mexicanos, y la imposición de aranceles por parte del gobierno estadounidense.
Más allá del G7: invitados y protestas
La cumbre contará con una asistencia inusualmente numerosa de líderes no miembros, invitados por Carney como parte de su estrategia global para mejorar las relaciones. Entre ellos se encuentran dirigentes de India, Brasil, Sudáfrica, México, Ucrania, Australia y Corea del Sur. La invitación al primer ministro indio, Narendra Modi, es vista como un "cambio significativo en la perspectiva global de Canadá bajo el liderazgo de Carney", aunque su asistencia también genera expectativa debido a las acusaciones canadienses sobre la implicación de la India en un asesinato de un separatista sij. Se esperan protestas en Calgary y Banff por la presencia de Modi.
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Esta cumbre del G7 en Kananaskis se perfila no solo como un foro para abordar las crisis más urgentes del mundo, sino también como una prueba de fuego para la capacidad de las principales potencias para encontrar unidad en un panorama geopolítico fragmentado y bajo la impredecible influencia de Donald Trump.