PEPE MUJICA

Mujica, el "Nelson Mandela latinoamericano"; sencillo que predicaba con el ejemplo

José Mujica fue el equivalente a Nelson Mandela en América Latina, afirma el periodista argentino José Vales, quien desde hace años siguió la trayectoria del guerrillero que se convirtió en diputado, luego senador y posteriormente presidente de Uruguay

Muere Pépe Mújica alos 89 añosCréditos: EFE
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El expresidente de Uruguay, José Mújica murió este martes a los 89 años de edad, en su casa de Montevideo, Uruguay. EL actual presidente de la República Oriental del Uruguay, Yamandú Orsí confirmó la noticia.

"Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo", escribió el presidnete Orsi.

El expresidente de Uruguay Pepe Mujica, fallecido este martes a los 89 años, era un "ejemplo", un "faro" y hasta un "amigo" para muchos de los líderes latinoamericanos que enviaron sentidos mensajes para despedir a quien fue una inusual voz de consenso y de integración en la región gracias a su coherencia y a su humanidad.

América Latina se une en las condolencias por Mujica

Su rival en Uruguay, el exmandatario Julio María Sanguinetti, expresó su "profundo pesar" y reconoció los "tiempos de enfrentamiento" que se transformaron en "horas de sembrar concordia y tolerancia".

Uno de los grandes amigos de Mujica en la región, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció que la muerte del uruguayo lo deja "lleno de tristeza".

"Su vida fue un ejemplo de que la lucha política y la ternura pueden ir de la mano. Y de que el coraje y la fuerza pueden ir acompañados de humildad y desapego", expresó en una nota Lula.

En tanto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, definió a Mujica como un "ejemplo para América Latina y el mundo entero por la sabiduría, el pensamiento y la sencillez que lo caracterizaron".

Más condolencias en la región

Desde Argentina, la expresidenta Cristina Fernández describió a Mujica como "un gran hombre que dedicó su vida a la militancia y a su patria", mientras que el exmandatario Alberto Fernández (2019-2023) lo definió como "un ejemplo de austeridad en una sociedad que premia a quienes amasan fortunas".

Las dos voces de la izquierda argentina contrastan con el silencio del actual gobernante, Javier Milei, en las antípodas ideológicas de Mujica.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, que visitó a Mujica en febrero de este año, se sumó a los homenajes: "Pepe querido, te imagino partiendo preocupado por la ensalada amarga que hay hoy en el mundo. Pero si algo nos dejaste fue la esperanza incombustible de que es posible hacer las cosas mejor -'pasito a pasito para no desbarrancarnos' como nos decías-".

Las condolencias también llegaron por parte de Nicolás Maduro, un líder venezolano que Mujica tachó de autoritario pero que aun así expresó sus "condolencias" y hasta su "cariño" hacia el expresidente uruguayo, que recordó como un "hombre humilde e incansable luchador social".

Un declarado admirador del expresidente uruguayo es Gustavo Petro, mandatario colombiano, quien despidió al "gran revolucionario" recordando su vocación de integración regional y deseando que "ojalá América Latina, algún día, tenga himno".

Desde Bolivia, el presidente, Luis Arce, dijo ver en el "hermano y compañero" Mujica "un verdadero faro de esperanza, humildad y lucha por la justicia social".

Desde Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel resaltó la "extraordinaria vida" del uruguayo como un testimonio de "la oscura era de las dictaduras militares apadrinadas por Washington, pero también" de la "esperanzadora etapa de las izquierdas en el poder y el sueño irrealizado de la integración".

El gobierno peruano destacó su "humildad, su cercanía al pueblo y su compromiso con el bien común" y extendió sus condolencias "a todos quienes compartieron con él el sueño de un mundo más justo y solidario".

El mandatario paraguayo, el conservador Santiago Peña, reconoció las "diferencias enormes" que lo distanciaban de Mujica, pero subrayó "el pensamiento común, que era que teníamos que estar unidos en América Latina".

Centroamérica también expresa pesar

Las alabanzas también llegaron desde Guatemala, de la mano del presidente Bernardo Arévalo de León, que lo recordó como un  "liderazgo entendido como servicio siempre a quienes más lo necesitan".

Xiomara Castro, presidenta de Honduras, lo calificó de "gigante de la política". El presidente panameño, José Raúl Mulino, le envió su "más sentido pésame al pueblo uruguayo" mientras que la cancillería costarricense subrayó el "compromiso democrático y la lucha por la justicia social" de Mujica.

El exmandatario uruguayo llegó a calificar al régimen de Nicaragua como "monstruoso", pero ni siquiera eso evitó que los esposos y copresidentes del país, Daniel Ortega y Rosario Murillo, lo recordaran como un "ser humano excepcional".

"Hoy despedimos a un amigo y compañero, con quien compartimos, entre tantos desconciertos, desaciertos y frágiles entendimientos, lo esencial que es la batalla de los pueblos contra la injusticia", destacaron Ortega y Murillo en su mensaje.

 

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Equivalente a Nelson Mandela

José Mujica fue el equivalente a Nelson Mandela en América Latina, afirma contundente el periodista argentino José Vales, quien desde hace años siguió la trayectoria del guerrillero que se convirtió en diputado, luego senador y posteriormente presidente de Uruguay, aunque nunca dejó de vivir en su casa como campesino, sembrando plantas.

“Todo lo que hizo, en el mundo que vivimos, fue revolucionario. A veces, si busco una comparación para que la gente pueda entender la dimensión del personaje, les digo que fue nuestro Mandela, porque perdonó. A él lo torturaron, lo tuvieron 15 años en un pozo y sin embargo él se encontró con uno de sus torturadores una vez y ya como presidente lo saludó, le dio la mano, no hubo rencor”, dijo el periodista desde Buenos Aires a La Silla Rota.

No solo no fue rencoroso. Fue un hombre sencillo, austero, con mucha calle, que amaba a sus plantas, lector de Eduardo Galeano, Mario Benedetti y poetas uruguayas, así como de marxismo y filosofía. Además, era respetado a nivel nacional e internacional por su coherencia política y por no guardarse opiniones, pero también recordado por respetar a sus adversarios.

Para la internacionalista María Pía Taracena, Mujica con su sencillez, coherencia, carisma y propuestas innovadoras y no tan ideologizadas para reducir la pobreza y combatir el cambio climático, puso a Uruguay en el candelero no sólo de América, sino del mundo, pese ser un país pequeño, casi asfixiado por Brasil y Argentina.

Pero el exmandatario uruguayo también se distinguió de otros líderes regionales de la izquierda, porque en él no había un talante autoritario ni intolerante. También fue un crítico implacable del capitalismo y las desigualdades que genera, destacó la académica de la Universidad Iberoamericana, en entrevista con La Silla Rota.

“Lo catalogaron como el presidente más pobre del mundo. Otro atractivo fue su forma de comunicar muy sencilla y atractiva a la vez. Él pensaba que se podían mejorar las cosas usando la ciencia y tecnología para combatir el cambio climático. Pero sobre todo lo distinguía su bondad que lo reflejaba en sus acciones y dichos. Fue una persona muy interesante y que sí generó un liderazgo muy fuerte en la región”, explicó.

Austero y sin pretensiones

Vales recordó que desde que inició su trayectoria periodística comenzó a cubrir a José Mujica, a quien vio por última vez en la toma de protesta de Alberto Fernández como presidente de Argentina, en el 2019. Cree que al paso de los años ese episodio debió molestar al uruguayo al conocerse que Fernández maltrataba a su esposa.

El periodista argentino dijo que su primer contacto con Mujica fue cuando éste era diputado. El entonces legislador le contó una anécdota de su primer día, a mediados de los noventa del siglo pasado.

Le compartió que ese día estaba trabajando en el campo. Portaba un pantalón para hacer gimnasia, ya corroído por el uso, unas sandalias y un cinturón llamado hilo de cerdo, porque prácticamente son solo un cordón.

Como se le hizo tarde, así se fue vestido a la Cámara de Diputados para tomar protesta. Tomó su moto, llegó al estacionamiento de los legisladores y se estacionó. Un policía se le acercó y le preguntó si iba a tardar mucho. Mujica, ocurrente como era, le respondió, “bueno, si no me echan antes, me quedo cuatro años”.

No perdió la sencillez

Cuando llegó a la presidencia de Uruguay, entre 2010 y 2015, Mujica no perdió la sencillez. Continuó viviendo en su casa y no dejó de cuidar sus amadas plantas. También recibió ahí a quienes le pedían entrevistas o consejos, entre ellos a expresidentes y amigos como Luiz Inacio “Lula” Da Silva, actual mandatario de Brasil.

Una de las virtudes del entonces presidente fue que no tuvo una fachada para el electorado y otra de puertas adentro y eso lo hizo tan distinto, remarcó Vales.

Pero cuando dejó la presidencia, sus palabras parecían tener el mismo peso.

“Se trata del hecho de que no decía nada que no pudiese decir un señor en el café de la esquina, pero a su vez lo expresaba con una profundidad y con la estatura moral de haber pasado por el gobierno y haber vivido siempre de la misma manera, sin importarle el estatus económico”, añadió el periodista, que ha sido corresponsal de periódicos como El Universal y Reforma.

Mujica empujó la legalización de la marihuana en Uruguay, un tema que a nivel de América Latina siempre resulta espinoso por las presiones que Estados Unidos ejerce en el continente por su llamada guerra contra las drogas. Pero el mandatario salió adelante.

Lo hizo gracias a su estatura moral y popularidad, que aún mantiene, y además porque su partido tenía mayoría, dijo Vales, que comentó que dicha política continúa vigente, y se traduce en una industria de punta que ha generado empleos con un comercio legal de la marihuana.

Sus medidas tuvieron tal impacto que sus pasos fueron replicados por algunos estados estadounidenses, como Nueva York.

Se caracterizaba por su coherencia

Un rasgo que caracterizó a Mujica fue su coherencia, que vivía como pensaba. Otro fue que por su estatura moral podía criticar a otros países o mandatarios sin causar suspicacias.

“Era muy respetado, muy escuchado, con Lula la comunicación era permanente. Fue muy crítico con el régimen de Venezuela; con Argentina tuvo buena llegada, aunque Cristina Kirchner no era mucho de escuchar”.

Recordó que por ejemplo una vez en un evento, en abril de 2013 y siendo presidente, Mujica no se dio cuenta de que el micrófono estaba abierto e hizo un comentario. ‘Esta vieja es peor que el tuerto’, lo que fue leído como una alusión a Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner. Mújica después negó que fuera para ellos. Pero el comentario no pasó a mayores.

Mujica podía hacer esos comentarios, pero su trato siempre fue respetuoso, remarcó Vales, quien rememoró que cuando se retiró del Senado de su país, en 2020, coincidió con la misma decisión de su rival político José María Sanguinetti, quien también presidió Uruguay. Ambos lo hicieron acorralados por la pandemia de la Covid19, que se ensañaba con los de mayor edad. Mujica tenía 85 años y Sanguinetti tenía uno menos.

Pese a la rivalidad pública de años, ambos se fueron ese día del Senado, no sin estrechar sus manos y abrazarse. Posteriormente, escribieron un libro a cuatro manos, llamado El horizonte. Ese era José Mujica.

Puso a Uruguay en el escenario mundial: Taracena

Mujica logró que Uruguay destacara en una región donde tiene de vecinos a Brasil y a Argentina, gracias a su liderazgo y a su soft power, poder blando para incidir con sus ideas, sus políticas innovadoras, consideró María Pía Taracena.

Bajo el mando del exguerrillero, Uruguay se vio como una nación en progreso y con un discurso contrario de la polarización. Una nueva forma de liderazgo en Latinoamérica. Lo hizo con esta idea de cómo un país pequeño puede aportar propuestas para tratar de cambiar la cara de la región, agregó la internacionalista.

Otro rasgo de Mújica fue la conexión que tenía con los jóvenes, algo que incluso se observó en México, cuando en 2019 visitó la Universidad Iberoamericana para recibir un doctorado honoris causa, lo que causó una conmoción entre los estudiantes.

Durante su presidencia, Mujica logró reducir la pobreza de los uruguayos, pero además lo hizo con programas sociales pero sin agresividad, agregó la académica.

Para Taracena, en la región se requieren más liderazgos refrescantes como el de Mujica y no los de autócratas populistas que polarizan a la sociedad.

“Hombres que tengan visión, que tengan bondad, que sean atractivos sobre todo para los jóvenes, para ver que las cosas se pueden hacer de diferente manera”, concluyó.