En febrero de 2016 el papa Francisco vino a México y en la Catedral Metropolitana se reunió con los 19 arzobispos de las arquidiócesis y el primado de México, en una de las capillas y ahí los regañó, recuerda el experto en religión, Felipe Gaytán.
Entrevistado por La Silla Rota, explica que el regaño del máximo representante de la Iglesia Católica fue para los jerarcas que se encerraban en sus palacios -en este caso en sus catedrales- y se olvidaban de su feligresía.
“Es cuando les dijo ‘dejen de ser príncipes y vuélvanse pastores, salgan a recorrer las calles’. Ese fue un regaño muy fuerte, que les deja muy claro por dónde era su línea y que no le gustó nada al entonces Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera y a todos los demás. Pero ese fue el regaño, decirles ‘a ver, ustedes están pensando más en estar con las élites del poder que en estar acompañando a su pueblo”, continúa Gaytán, quien es catedrático en la Universidad La Salle.
SUCESIÓN EN EL VATICANO – COBERTURA COMPLETA
Contexto: La molestia entre la jerarquía católica de entonces caló, debido a que había personajes como Norberto Rivera o el obispo de Ecatepec, estado de México, Onésimo Cepeda, que eran cercanos al poder. Incluso, en 2021, Cepeda, quien ya estaba retirado, intentó ser diputado, pero el Papa Francisco le pidió desechar esa idea.
Aunque el regaño del papa Francisco a la jerarquía católica fue a puerta cerrada, al final se filtró.
Gaytán aclara que la iglesia en nuestro país no es monolítica. Está el clero diocesano, las órdenes religiosas, los laicos, las organizaciones del laicado. Pero a un sector del obispado de la Conferencia del Episcopado Mexicano les cayó mal el mensaje y "empezaron a hacerle la vida de cuadritos al papa".
“Empezaron a aliarse con ciertos sectores, desde la iglesia más conservadora de Europa y de Estados Unidos, precisamente para contener a Francisco en todos los cambios que había querido introducir a la iglesia”.
Pero el papa Francisco también encontró un sector que lo acompañó, incluso al obispo de Morelia, Michoacán, Alberto Suárez Inda, que era un obispo en retiro, lo nombró cardenal y lo mantuvo unos años más.
“Entonces, también él supo jugar las piezas, pero perfectamente”.
Le enmendó la plana a Peña Nieto
El papa Francisco también se reunió en Palacio Nacional con el entonces presidente de México, el priista Enrique Peña Nieto, quien dijo que México era guadalupano y católico. La reacción del Sumo Pontífice fue la de aclarar que si bien acompañaban a los católicos, entendía las diferencias que hay entre la política y la religión.
“Decir que todos los mexicanos son guadalupanos era meterlos a todos en un mismo costal. Si no eres guadalupano, no eres mexicano. El papa no se quiso meter en esos rollos porque sabía, siendo un papa latinoamericano, la distinción de los conflictos que se habían dado entre iglesia y el Estado y entre religión y política”.
Reivindicó a figuras hechas a un lado por Juan Pablo II
El papa Francisco se distanció de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, quienes también visitaron México, y reivindicó a figuras latinoamericanas que habían abogado por la labor social o de derechos humanos de la Iglesia.
Uno de ellos fue monseñor Arnulfo Romero, obispo de El Salvador quien fue asesinado a causa de su defensa de los derechos humanos.
Otro personaje que fue reivindicado fue el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, quien hizo suya la defensa de las comunidades indígenas y sirvió de enlace entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno federal en los primeros días de 1994, cuando el EZLN se levantó en armas.
Actuó contra abusos sexuales de sacerdotes, pero lo hizo obligado
Aunque José Mario Bergoglio, que es como se llamaba el papa Francisco, estaba en contra de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos, actuó contra esos casos no porque él quiso, sino que fue obligado a hacerlo.
“Se vio obligado a actuar con más rapidez porque precisamente eso le había pegado muchísimo entre los laicos. Aparte, tenía el antecedente de lo que vendría siendo todos los curas que en Estados Unidos, en Europa, en Australia y había tenido el problema del líder de los Legionarios de Cristo, el mexicano Marcel Maciel que venía desde el papado de Juan Pablo II y luego Joseph Ratzinger intentó resolverlo, pero al final le tocó al primer Papa latinoamericano”.
Respecto a la homosexualidad, el papa Francisco al inicio de su papado expreso “¿quién soy yo para juzgar?”, lo que desató toda una serie de elementos que permitían avizorar que había dentro de la iglesia la fuerza para reivindicar las identidades y orientaciones de género y sexuales.
“Pero dentro de la iglesia hubo un sector que se opuso de manera radical y lo que hizo el papa Francisco simplemente allanarse a decir, ‘yo lo dije’. O sea, no fue una orden dentro de la iglesia. Incluso hace 2 años, mandó un memorándum a las diócesis diciéndole que podrían dar la bendición a personas parejas del mismo sexo, que no era reconocerlas, era simplemente darle su bendición porque son hijos de Dios”.
Ante ello muchos obispos se negaron a seguir esa línea.
Respecto al aborto, si bien recibió a mujeres del pañuelo verde y a colectivos feministas, que le generó críticas de sectores conservadores, el papa Francisco, siendo sacerdote, no iba a ceder.
“Lo que pasa es que tienes una iglesia que puede ser muy avanzada socialmente, pero muy conservadora en temas del cuerpo”, explica Gaytán.
Su legado
El papa Francisco es el último que cierra la era del del Concilio Vaticano II, ya que por la edad, es difícil que se elija a alguien que haya estado ahí, considera Felipe Gaytán.
Respecto a su legado, lo describe en tres líneas principales.
Una tiene que ver con volver a comprometer a la iglesia con su pueblo, y volver a la evangelización y a sacar a los líderes de sus catedrales para volverlos a ver en las calles.
“A diferencia de Juan Pablo II que era un papa político, que se ligaba con opciones de poder o Ratzinger que era un teólogo inteligente, pero no carismático en términos de liderazgo religioso, Francisco sí lo intentó hacer”.
La segunda tiene que ver con el tema de la pederastia, los abusos dentro de la iglesia. El papa Francisco intentó intervenir varias órdenes, no le dio el tiempo ni el poder. El poder del Sumo Pontífice es unipersonal, o sea, no se transfiere y sólo él lo ejerce. Dentro de la estructura de la iglesia hubo y hay muchas resistencias.
“El tercero tiene que ver con esta cuestión de conciliar con el mundo no católico. Él intentó mediar y acercarse con iglesias que nada tenía que ver, por ejemplo con la Iglesia Ortodoxa. Él fue y los visita con diferentes opciones, incluso con los imanes musulmanes llegó a tener un encuentro, cosa que no habían tenido anteriormente otros papas”.
Fueron reuniones en términos de iguales, no de que los recibiera en San Pedro, en El Vaticano, sede de la Iglesia Católica.
“Él va y los busca. Entonces, tiene más una línea ecuménica, le llamaríamos. Intentó abrir una línea ecuménica precisamente en ese sentido”.
Entre su legado y el conservadurismo
Gaytán pronostica que luego de la muerte de Francisco lo que se va a ver es un sucesor que estará entre dos opciones.
Una progresista tipo Francisco, que continúe su obra, o la otra que intenta volver a los principios teológicos de la iglesia, que es la más conservadora, más dura.
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“Hay varios nombres que se manejan. Pero más allá de los nombres, lo que vas a encontrar es una disputa entre dos modelos de iglesia. La continuidad de Francisco, que no creo, ya que va a haber una resistencia enorme o la otra, la de los conservadores que van a intentar obtener y echar para atrás muchísimos de los avances que tuvo Francisco. Entonces, esa es la disputa”, concluye Gaytán.
