Transparencia Internacional alertó de las graves consecuencias en la lucha contra el soborno internacional, que tendrá la orden ejecutiva firmada este lunes por el presidente estadounidense, Donald Trump, para poner pausa a toda aplicación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA).
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Con esta medida, advierte la organización, se “corre el riesgo de socavar décadas de progreso en la lucha contra la corrupción transfronteriza y se pone en peligro la estabilidad internacional”, beneficiando a “actores empresariales inescrupulosos de todo el mundo”, quienes hasta ahora, “temían las persecuciones criminales de Estados Unidos”.
Transparencia Internacional recalca que la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, aprobada en 1977, “prohíbe a las empresas estadounidenses, a los individuos y a las entidades extranjeras con vínculos con Estados Unidos sobornar a funcionarios públicos extranjeros”.
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Esta ley se internacionalizó en 1997 con la adopción de la Convención Antisoborno de la OCDE, que ahora cuenta con 46 partes, por lo que, al suspender su aplicación, Donald Trump pone en riesgo los compromisos internacionales de EU con la OCDE y con las Naciones Unidas.
Retroceso en Estados Unidos
La organización señala que con esta medida, Estados Unidos dejará de ser el líder mundial en materia de lucha contra el soborno en el extranjero, función que ha desempeñado desde hace casi dos décadas.
Pero además, el Departamento de Justicia de EU, dejará de ser un elemento disuasorio para las empresas nacionales y extranjeras por igual, pues dejará multar a las empresas sin escrúpulos que sobornen a gobiernos corruptos.
Con esto, se “revertirán años de progreso en la promoción de la competencia justa entre el sector privado en sus relaciones con las instituciones públicas a nivel mundial”, alerta Transparencia Internacional.
El papel de la FCPA
Transparencia Internacional señala que la FCPA desempeña un papel fundamental para “exigir responsabilidades a las empresas, garantizar que afronten las consecuencias de sus actos corruptos y garantizar que las víctimas tengan un sentido de justicia”.
Pone como ejemplo, el caso reciente de una empresa minera multinacional que pagó sobornos a funcionarios de países como la República Democrática del Congo y Nigeria para conseguir lucrativos acuerdos comerciales.
En dicho caso, las autoridades estadounidenses sancionaron a la empresa que cotiza en bolsa por socavar la competencia justa, así como también, por provocar daños ambientales y explotar a sus trabajadores locales, aprovechándose de estar en las regiones más pobres del mundo.
Trump incentiva el soborno
François Valérian, presidente de Transparencia Internacional, afirmó que “la aplicación de la FCPA por parte de Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo un modelo de referencia en la lucha contra la corrupción. Debilitarla fortalecerá a los malhechores y enviará una señal peligrosa de que el soborno está de nuevo sobre la mesa”.
Y agregó que “el soborno internacional no es en modo alguno, como lo sugiere la decisión de anoche, una práctica empresarial rutinaria. Es una traición al liderazgo de Estados Unidos en los esfuerzos globales contra la corrupción y un regalo a quienes se benefician del soborno y los flujos financieros ilícitos. Es necesario revertir de inmediato este peligroso rumbo”.