La administración del presidente Donald Trump ha comenzado a elaborar, de manera silenciosa y bajo estricta confidencialidad, planes para el escenario posterior a una eventual salida de Nicolás Maduro del poder en Venezuela. De acuerdo con altos funcionarios estadounidenses y fuentes cercanas a las discusiones, estas estrategias se resguardan en la Casa Blanca y contemplan múltiples cursos de acción ante un posible vacío de poder.
El diseño de estos planes ocurre tras meses de presión diplomática y militar de Estados Unidos, que incluyó el despliegue de miles de tropas, el envío de un grupo de ataque de portaaviones al Caribe y reiteradas advertencias públicas de Trump contra el gobierno venezolano.
Escenarios de transición y uso del poder estadounidense
Las opciones analizadas abarcan desde una salida negociada de Maduro hasta un escenario más abrupto derivado de acciones directas de Estados Unidos contra objetivos en territorio venezolano. Aunque el discurso oficial sostiene que la presencia militar busca combatir el narcotráfico, fuentes internas reconocen que Washington evalúa seriamente la posibilidad de forzar un cambio de régimen.
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Dentro del gobierno estadounidense existen posturas encontradas. Mientras Trump no ha descartado una escalada, altos funcionarios aseguran que actualmente no hay intención de profundizar una intervención militar directa y prolongada.
Contacto directo y presión política
A finales del mes pasado, Trump sostuvo una conversación telefónica con Maduro, en la que —según fuentes de la Casa Blanca— le transmitió que sería conveniente abandonar el país. La llamada ocurrió poco antes de que Estados Unidos designara a Maduro y a miembros de su entorno como integrantes de una organización terrorista extranjera.
El Consejo de Seguridad Nacional, encabezado por Stephen Miller y en coordinación con el secretario de Estado interino Marco Rubio, lidera la elaboración de estas estrategias, manteniendo abiertas las opciones del presidente ante cualquier desenlace.
El papel de la oposición venezolana
Paralelamente, la oposición venezolana, encabezada por María Corina Machado y Edmundo González, lleva años trabajando en propuestas para una transición política. Estos planes incluyen acciones inmediatas para las primeras “100 horas” y “100 días” tras un cambio de gobierno, con énfasis en seguridad, economía, energía, infraestructura y educación.
Estados Unidos ha reconocido a González como el “presidente legítimo” tras las elecciones del año pasado, aunque no está definido hasta qué punto los planes opositores han sido incorporados en la estrategia estadounidense.
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Desafíos del reconocimiento internacional
Expertos advierten que el mayor reto será definir el tipo de gobierno que emergería tras la salida de Maduro y cuándo se otorgaría el reconocimiento internacional. Este paso será determinante para el levantamiento de sanciones y la llegada de apoyo económico.
Analistas también recuerdan experiencias pasadas, como Irak en 2003, para subrayar la importancia de contar con un plan sólido desde el primer día. Para Washington, la preparación anticipada refleja que el futuro político de Venezuela ya se discute como un escenario real, aunque su desenlace aún es incierto.
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LSHV