La historia de Pol Deportes —nombre real Cliver Huamán Sánchez— se convirtió en una de las narrativas más emotivas del futbol sudamericano. Con solo 15 años, un celular prestado y un equipo improvisado, logró narrar la final de la Copa Libertadores desde lo más alto del cerro San Cristóbal, un acto que lo catapultó como uno de los jóvenes más inspiradores del deporte.
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Un viaje de 18 horas para perseguir un sueño
Originario de Andahuaylas, Pol emprendió un trayecto de 18 horas hasta Lima con un objetivo claro: cubrir la final entre Flamengo y Palmeiras como todo un reportero. Sin embargo, al no contar con acreditación, se le negó el acceso a las zonas de prensa y al estadio Monumental.
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En lugar de abandonar su sueño, tomó una decisión audaz: subir el cerro San Cristóbal cargando un tripié, su micrófono económico y un smartphone prestado. Desde ese punto, con vista panorámica de Lima, comenzó a narrar cada jugada con la pasión que lo caracteriza.
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Una transmisión que se volvió sensación continental
Sin cabina profesional, sin cámaras de alta calidad y sin apoyo técnico, Pol relató la final con una emoción tan auténtica que miles de usuarios se unieron en vivo. En pocas horas, los clips de su narración superaron millones de reproducciones, convirtiéndolo en tendencia en varios países de la región.
Usuarios destacaron que su energía y espontaneidad transmitieron más emoción que muchas coberturas oficiales.
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El niño cuya pasión superó cualquier obstáculo
Las imágenes de Pol narrando a la intemperie, con el viento golpeando su ropa y un aro de luz encendido, se volvieron un símbolo de esfuerzo y determinación. Su voz temblaba por emoción, no por miedo, y logró capturar la esencia del verdadero narrador: transmitir sentimientos.
Una historia que ya forma parte del futbol sudamericano
Entre lágrimas, el joven agradeció todo el apoyo recibido en redes sociales. Su historia cruzó fronteras y hoy es vista como una de las noticias más inspiradoras del año. Pol Deportes demostró que la pasión no necesita credenciales: solo ganas, corazón y la valentía de perseguir un sueño.
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LSHV