Con más de 15,7 millones de chilenos llamados a votar, el país podría experimentar un giro profundo este domingo: sumarse a la ola ultraderechista que avanza en América o brindar un respiro a una izquierda regional que viene perdiendo terreno. En el centro de esta decisión están dos figuras radicalmente opuestas: José Antonio Kast y Jeannette Jara.
José Antonio Kast: el rostro de la ultraderecha que busca llegar a La Moneda
Kast, abogado ultraconservador, padre de nueve hijos y ferviente católico, es uno de los líderes más visibles de la derecha dura en América Latina. Durante 16 años fue diputado de la UDI, partido ligado al legado de Augusto Pinochet, y luego fundó el Partido Republicano.
Su ideología defiende el modelo neoliberal instaurado en dictadura, y su familia tiene un vínculo directo con ese periodo: su hermano fue ministro del régimen militar.
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Ha sido una presencia constante en espacios de la derecha internacional, desde Political Network for Values hasta la CPAC, donde comparte agenda con líderes como Donald Trump, Javier Milei y Giorgia Meloni.
Aunque quedó en segundo lugar en la primera vuelta con el 23,9 %, recibió de inmediato el apoyo de toda la derecha tradicional y sectores aún más radicales, agrupando más del 50 % de los votos.
Jeannette Jara: la opción de la izquierda que busca frenar el avance conservador
Exministra de Trabajo del gobierno de Gabriel Boric, Jara sorprendió al imponerse en la primera vuelta con el 26,8 %. Sin embargo, los expertos coinciden en que sus posibilidades son reducidas: su coalición progresista ya habría alcanzado su techo electoral.
De ganar —algo que analistas tachan de improbable— la izquierda democrática latinoamericana recibiría un impulso tras derrotas recientes en Bolivia, Ecuador y Argentina.
Una elección que puede reordenar la región
Especialistas señalan que un eventual triunfo de Kast reforzaría la estrategia hemisférica de Trump y alinearía a Chile con gobiernos como los de Milei, Bukele, Peña o Novoa.
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En contraste, una victoria de Jara mantendría a Chile dentro del bloque progresista junto a México, Brasil, Uruguay y Colombia, aunque sin grandes cambios en la política exterior.
La región observa
Mientras el voto castigo al gobierno de Boric pesa sobre la izquierda, la derecha radical busca capitalizar el hartazgo social.
Chile, nuevamente, podría marcar un antes y un después en el rumbo político latinoamericano.
LSHV