La cumbre del G20 en Johannesburgo, celebrada este sábado, dejó un inesperado consenso entre los jefes de Estado y de gobierno de las principales economías del mundo. A pesar de la ausencia de los líderes de Estados Unidos, China y Rusia, los líderes respaldaron una declaración que enfatiza la defensa de la soberanía nacional, la integridad territorial y el respeto a la Carta de las Naciones Unidas.
El documento final, aprobado por 40 delegaciones, incluidos países invitados como España, subraya que todos los Estados deben abstenerse del uso de la fuerza para adquirir territorios por la vía militar.
La declaración también condena el terrorismo “en todas sus formas” e insta a trabajar por una paz “justa, integral y duradera” en conflictos como los de Ucrania, Sudán, la República Democrática del Congo y los territorios palestinos.
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Aval ruso y tensiones en torno al contenido del texto
Uno de los elementos más significativos fue el visto bueno de la delegación rusa, así como el apoyo de países con estrechos vínculos con Moscú, como Arabia Saudita. La representación de Sudáfrica anunció el acuerdo antes de la intervención de Argentina, cuyo presidente Javier Milei, ausente en apoyo a Trump, había expresado su rechazo a un texto vinculante sin Washington e intentó eliminar referencias a Palestina.
El gobierno sudafricano, además, envió un mensaje político contundente al negarse a pasar la presidencia rotatoria del G20 a Estados Unidos, en respuesta a las acusaciones de Trump sobre una supuesta persecución contra agricultores blancos en el país.
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Rusia acusa al Banco Mundial y denuncia “fragmentación severa” de la economía global
Durante la plenaria, el subjefe de la Administración presidencial rusa, Maxim Oréshkin, acusó al Banco Mundial y a otras instituciones financieras internacionales de desviar fondos destinados al desarrollo hacia “gastos militares” en Ucrania. Según sus declaraciones, el organismo otorgó más ayuda a Kiev en tres años que “a todos los países africanos juntos”.
Oréshkin criticó a las economías avanzadas por “acciones unilaterales ilegítimas” —como sanciones y restricciones tecnológicas— que, según Moscú, están generando una creciente fragmentación de la economía global y obstaculizando los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El funcionario subrayó que África y el Sur Global necesitan mayor acceso a financiamiento y tecnología, y alertó que el endeudamiento de los países del G7 alcanzará este año casi tres billones de dólares, equivalente al PIB total del continente africano.
Putin asegura que el plan puede ser una base de acuerdo
Contexto: En paralelo a la cumbre, el foco internacional se centró en el plan de paz estadounidense para Ucrania, cuya versión actualizada de 28 puntos fue presentada esta semana a Kiev.
El presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó haber recibido el documento y aseguró que podría servir como base para un arreglo “definitivo”, recordando que se trata de una versión revisada de la iniciativa discutida con Donald Trump antes de su cumbre en Alaska el pasado agosto. Moscú, dijo, está dispuesta a mostrar “cierta flexibilidad”, aunque responsabilizó a Ucrania del estancamiento actual.
No obstante, Putin advirtió que el rechazo ucraniano podría desembocar en pérdidas territoriales adicionales, citando avances militares rusos recientes como la toma de Kúpiansk en la región de Járkov.
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Kiev y Europa expresan reservas
Según el Kremlin, Ucrania y sus aliados europeos siguen aspirando a una “derrota estratégica” de Rusia, lo que para Moscú dificulta el diálogo. El portavoz Dmitri Peskov insistió en que continuar la guerra “carece de sentido” para Kiev y llamó a negociar “ahora mismo”.
Por su parte, la UE anticipó que el plan será debatido al margen del G20. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró que cualquier iniciativa debe contar con la participación activa de Ucrania. El ministro noruego Espen Barth Eide consideró “injusto” que Kiev deba ceder territorio, mientras que el primer ministro británico, Keir Starmer, afirmó que solo Ucrania puede decidir su futuro.
A pesar de las ausencias de Trump, Xi Jinping, Putin, la cumbre dejó un mensaje común: la ONU sigue siendo el marco esencial para la resolución de conflictos y para evitar el uso de la fuerza. La declaración final identifica a Ucrania, Palestina, Sudán y la RDC como los cuatro conflictos más graves del mundo.
AJA
