El gobierno de Estados Unidos suspendió un arancel del 40% aplicado a diversos bienes procedentes de Brasil. La orden fue instruida por el presidente Donald Trump tras negociaciones con el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Diferentes fuentes indicaron que la firma del documento ocurrió entre el 18 y el 20 de noviembre.
La disposición cubre mercancías ingresadas desde Brasil o retiradas de almacenes desde el 13 de noviembre. La medida incluye dos listas amplias de bienes que antes enfrentaban el cargo.
El retiro del gravamen forma parte de los ajustes que la Casa Blanca ejecuta en su política comercial. El gobierno estadounidense señaló que la decisión busca aliviar costos para los consumidores, en especial durante el periodo previo a la celebración de Acción de Gracias.
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Las autoridades estadounidenses también revisan otros instrumentos comerciales que influyeron en los precios internos durante los últimos meses.
Bienes incluidos y efectos comerciales
El beneficio arancelario abarca productos agrícolas de consumo frecuente en Estados Unidos. Entre ellos se encuentran carne de res y sus derivados, frutas tropicales como piña, banano y coco, además de granos y artículos derivados del café y el cacao.
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La medida también cubre bienes no agrícolas. Entre estos se listan combustibles fósiles, productos de carbón, gases licuados, compuestos químicos, pulpas de madera y piezas utilizadas en el sector de aviación civil.
De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la reducción de estos cargos busca disminuir costos en la cadena de suministro. Los aranceles previos incrementaron los precios finales y motivaron diversas solicitudes de revisión por parte de importadores.
El comercio bilateral reflejó variaciones desde la aplicación de los gravámenes. Con la nueva decisión, Washington pretende estabilizar la oferta de bienes que forman parte de la demanda interna.
Antecedentes de los cargos
Los aranceles formaron parte de decisiones anteriores vinculadas a la política comercial del gobierno de Trump. En una primera etapa, se aplicó un 10% a productos brasileños. Después se sumó un 40% adicional, lo que elevó el total al 50%.
La tarifa de 40% respondió a la condena judicial del expresidente Jair Bolsonaro. El exmandatario brasileño recibió una sentencia de 27 años por un intento de revertir el resultado electoral que llevó a Lula nuevamente a la presidencia. La administración estadounidense consideró ese caso como un factor que justificó la imposición de la tasa.
La decisión provocó tensiones entre ambos gobiernos. A partir de ese momento, Brasil expresó su intención de retomar el diálogo para modificar los aranceles.
El retiro actual marcó el primer ajuste significativo a esas medidas desde que los cargos originales entraron en vigor.
Rondas de diálogo y acuerdos
Los contactos entre Trump y Lula comenzaron en septiembre durante un encuentro informal en los pasillos de la Asamblea General de la ONU. Ese acercamiento abrió la puerta a conversaciones posteriores entre ambos gobiernos.
Días después, los mandatarios sostuvieron una llamada para explorar posibles modificaciones en la política comercial bilateral. Las delegaciones continuaron los intercambios técnicos en las semanas siguientes.
El 26 de octubre, Trump y Lula coincidieron en Kuala Lumpur, Malasia, donde revisaron puntos específicos relacionados con los aranceles. Tras ese encuentro, los equipos negociadores avanzaron en un posible acuerdo.
Brasil evaluó la eliminación del 40% como un paso que facilitará nuevas gestiones para ampliar el comercio. El país sudamericano mantiene desde hace quince años un saldo deficitario en su intercambio con Estados Unidos.
VGB
