Lisa Junker, editora médica de 52 años, vivió en carne propia lo devastador que puede ser el herpes zóster. Lo que comenzó como un dolor de oído terminó en vértigo incapacitante, pérdida de audición y daño en el equilibrio. A pesar de recibir tratamiento antiviral, las secuelas la obligaron a pasar meses en rehabilitación, era herpes zóster, publicó el sitio WebMed.
Su experiencia resalta la importancia de vacunarse antes de presentar síntomas. Junker tenía planeado vacunarse al cumplir 50, pero el virus se adelantó. Hoy, tras compartir su historia, muchas personas de su entorno decidieron vacunarse.
Contexto: en México, se estima que 220 mil personas padecen cada año el Herpes Zóster, comúnmente conocido como “culebrilla”, una enfermedad cutánea altamente dolorosa, con secuelas que pueden durar meses y que afecta gravemente la calidad de vida de quienes la padecen. Esta enfermedad afecta principalmente a adultos mayores de 50 años y personas con el sistema inmunológico comprometido.
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¿Qué es el herpes zóster?
Es una reactivación del virus de la varicela, que permanece latente en el cuerpo. Al debilitarse el sistema inmunológico —algo común a partir de los 50 años— puede reaparecer. Afecta principalmente los nervios y la piel, causando dolor intenso, sarpullido y, en casos graves, daños neurológicos o sensoriales.
El doctor Ankush Bansal, internista en Miami, explica que el envejecimiento natural, enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 o situaciones de estrés intenso aumentan significativamente el riesgo.
La vacuna: doble protección
Los CDC recomiendan la vacunación para todos los adultos mayores de 50 años, incluso si ya tuvieron herpes zóster. La vacuna se administra en dos dosis con dos meses de diferencia. Una sola dosis tiene cerca del 50% de efectividad tras tres años, mientras que la segunda aumenta la protección al 90%.
Según el Dr. Paul Sax, profesor de Harvard y experto en enfermedades infecciosas, esta es la vacuna que más recomienda a sus pacientes mayores. “La gente no entiende lo debilitante que puede ser el herpes zóster”, advierte.
Más que una erupción: riesgo de demencia y afecciones cardíacas
Un reciente estudio presentado por el Dr. Ali Dehghani reveló que la vacuna reduce en un 50 % el riesgo de demencia vascular y en 25 % los eventos cardiovasculares como infartos o embolias. Incluso las personas que se vacunaron poco después de un brote experimentaron beneficios similares.
Esto convierte a la vacuna en una herramienta preventiva clave, no solo contra el herpes zóster sino contra complicaciones que afectan la calidad de vida de millones de adultos mayores.
¿Cómo y dónde vacunarse?
Se puede acceder a la vacuna en consultorios médicos o farmacias. Aunque algunos reportan efectos secundarios leves como fatiga o fiebre, los médicos recomiendan tomar paracetamol o ibuprofeno preventivamente. “El riesgo de un par de días incómodos vale la pena frente a años de dolor crónico”, afirma Sax.
