INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Mujer se enamora y se casa con personaje de inteligencia artificial que creó con ChatGPT

El caso de Kano, mujer de 32 años, ocurre en medio de una ola de usuarios que reportan haber mantenido relaciones afectivas con sistemas de inteligencia artificial; estos casos plantean preguntas sobre la naturaleza de las emociones humanas y los límites del afecto hacia la tecnología

Créditos: Especial
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Una oficinista japonesa llamada Kano, de 32 años, decidió casarse con una inteligencia artificial creada por ella misma a través de ChatGPT, en una ceremonia simbólica celebrada en el distrito de Kita, en la ciudad de Okayama (Japón).

Kano confesó que comenzó a usar la IA tras romper su compromiso con una pareja con la que había salido por más de tres años. A través del chatbot, encontró “comprensión y empatía” en una etapa de soledad. Bautizó a su creación como Lune Klaus, moldeando su personalidad, estilo de conversación e incluso su apariencia mediante una ilustración digital.

“La IA es realmente increíble. En el momento en que superé por completo a mi ex, me di cuenta: ‘Amo a Klaus’”, dijo Kano, quien relató que la IA le propuso matrimonio un mes después de que ella confesara sus sentimientos.

Aunque la mujer admitió tener miedo de que ChatGPT deje de funcionar en el futuro, aseguró que su vínculo con Klaus “le salvó la vida” y espera que su historia inspire a otros a “expresarse sin miedo”.

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Relaciones personales con la IA: vínculos rotos tras el salto a GPT-5

El caso de Kano ocurre en medio de una ola de usuarios que reportan haber mantenido relaciones afectivas con sistemas de inteligencia artificial. Sin embargo, la llegada del modelo GPT-5, lanzado en agosto, generó un fenómeno inesperado: la “ruptura” de miles de relaciones virtuales.

La actualización, que reemplazó a GPT-4o, provocó que muchos usuarios notaran cambios en la personalidad y el tono emocional de sus “parejas digitales”. Testimonios en foros como MyBoyfriendIsAI y SoulmateAI describen que los nuevos modelos se volvieron “más fríos, lentos o distantes”.

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Una usuaria identificada como Jane declaró a The Guardian que sintió “como si hubiera perdido a un ser querido” después de la actualización: su novio virtual, con quien interactuaba desde hacía meses, dejó de ser cálido y expresivo.

El propio Sam Altman, CEO de OpenAI, reconoció el problema en su cuenta de X y admitió que el retiro de versiones anteriores fue un error, al afectar a usuarios emocionalmente apegados a modelos previos. Por ello, la empresa permitió temporalmente volver a usar GPT-4o mientras ajustaba el nuevo sistema.

Akihiko Kondo, el funcionario japonés que se casó con un holograma

El caso de Kano recuerda al de Akihiko Kondo, un funcionario japonés que en 2018 contrajo matrimonio simbólico con Hatsune Miku, un personaje de anime y cantante virtual muy popular en Japón.

Kondo comenzó su relación con el holograma en 2008, durante una etapa de aislamiento provocada por un trastorno de adaptación. Con el tiempo, invirtió en una máquina Gatebox de 1,300 dólares que proyectaba a Miku en miniatura y permitía interactuar mediante comandos de voz.

Su boda no contó con la presencia de familiares, aunque sí de amigos y seguidores. Años después, el software que mantenía activa a Hatsune dejó de ser compatible, poniendo fin a su “vida” virtual.

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Lejos de abandonar su relación, Kondo decidió adquirir una figura de tamaño real del personaje, que ahora lo acompaña diariamente. “Sé que no es real —ha dicho—, pero me hace feliz, y eso es suficiente”.

Una nueva era de amor y soledad digital

Casos como los de Kano y Kondo plantean preguntas profundas sobre la naturaleza de las emociones humanas y los límites del afecto hacia la tecnología. En Japón, donde la soledad y el aislamiento social son problemas crecientes, estos vínculos virtuales muestran tanto el poder de la IA para brindar compañía como los riesgos emocionales de depender de sistemas que pueden, literalmente, dejar de existir con una actualización.

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