El cierre del gobierno de Estados Unidos entra en su segunda semana con un giro político, ya que las encuestas apuntan a que la mayoría de los votantes responsabiliza al presidente Donald Trump y al Partido Republicano por el estancamiento, mientras los demócratas refuerzan su unidad en torno a la defensa de los subsidios del Obamacare y el pago a trabajadores federales suspendidos.
Una encuesta de YouGov reveló que el 45% de los votantes culpa a Trump y a los republicanos, frente al 36% que responsabiliza a los demócratas. Un sondeo de CBS mostró una diferencia similar de nueve puntos porcentuales, es decir, 39% contra 30%.
En medio de las tensiones, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha enviado mensajes contradictorios sobre la protección del pago militar y enfrenta divisiones internas en su bancada por la negativa de Trump a garantizar salarios atrasados a empleados federales.
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“No le corresponde al presidente”, advirtió el senador John Kennedy, republicano por Luisiana. “Su opinión importa, pero el Congreso tiene que asignar el dinero. Lea la Constitución”, agregó.
Republicanos sufren sexto revés en el Senado por gasto federal
En el Senado, los republicanos sufrieron su sexto revés consecutivo al no lograr los 60 votos necesarios para aprobar su resolución de gasto temporal.
El líder demócrata Chuck Schumer reiteró que su partido mantiene una postura coherente. “Los demócratas han sido consecuentes. Nuestra postura sigue siendo la misma, la llevamos diciendo desde hace meses. Los republicanos están paralizando el gobierno porque se niegan a abordar la crisis de la atención médica estadounidense”.
El resultado, 54 a 45, evidenció que ningún nuevo demócrata cambió su voto, lo que impidió al liderazgo republicano generar el impulso político que buscaba.
En la Cámara Baja, los demócratas han criticado la decisión de Johnson de suspender votaciones desde antes del cierre. “A los republicanos les encanta abogar por más requisitos laborales para la gente pobre [...]. Bueno, tengo una idea, pongamos un requisito laboral para que los republicanos se presenten en el Congreso y hagan su maldito trabajo”, dijo el representante Jim McGovern, quien es demócrata por Massachusetts.
Aunque Johnson insiste en que “la Cámara ha terminado” y que “la pelota está en la cancha del Senado”, los sondeos y las fisuras internas sugieren que los republicanos están a la defensiva. Mientras tanto, los demócratas confían en mantener la presión hasta lograr una reapertura del gobierno que preserve los subsidios de salud y el pago a los empleados afectados.
División republicana crece por subsidios del Obamacare
Contexto: Mientras los demócratas mantienen una posición firme, Donald Trump y algunos de sus aliados comienzan a mostrar señales de flexibilidad en medio del cierre del gobierno.
Este miércoles, al ser cuestionado sobre el pago a las tropas, Trump respondió: “Sí, probablemente eso ocurrirá. No tenemos que preocuparnos por eso todavía. Es mucho tiempo. ¿Sabes lo que una semana es para mí? Una eternidad… Nuestras fuerzas armadas siempre estarán bien protegidas”.
El debate sobre la atención médica sigue dividiendo al Partido Republicano, ya que mientras los líderes insisten en que no negociarán sobre los subsidios del Obamacare hasta reabrir el gobierno, varios legisladores moderados, enfrentando elecciones difíciles, piden una extensión temporal. Incluso la representante Marjorie Taylor Greene, aliada de Trump, ha urgido a abordar el tema.
“Los problemas de los subsidios son reales. No es algo que se pueda inventar”, declaró a NewsNation.
“Estoy dispuesto a colaborar con los demócratas en sus fallidas políticas sanitarias"
Por su parte, la Casa Blanca, mantiene que cualquier diálogo sobre salud debe darse después de reabrir el gobierno. Sin embargo, Trump confundió el mensaje al insinuar el lunes que estaba dispuesto a conversar con los demócratas antes del acuerdo, aunque más tarde lo matizó en Truth Social.
“Estoy dispuesto a colaborar con los demócratas en sus fallidas políticas sanitarias, o en cualquier otra cosa, pero primero deben permitir que nuestro gobierno vuelva a abrir”.
Una fuente cercana a la Casa Blanca señaló que, si el cierre se prolonga, el impacto económico podría empujar a Trump a buscar una salida. No obstante, el mismo asesor advirtió que permitir que el país sienta las consecuencias del paro, como retrasos aéreos o impago de salarios militares, podría revertirse en perjuicio de los demócratas.
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