El conflicto entre Estados Unidos y Venezuela adquirió una nueva dimensión luego de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, denunciara que ciudadanos de su país murieron durante un bombardeo estadounidense en el Mar Caribe. El hecho ocurrió frente a las costas de Venezuela, donde fuerzas norteamericanas atacaron una embarcación que, según Washington, formaba parte de operaciones de narcotráfico.
Petro declaró que la lancha destruida tenía bandera colombiana y que las personas a bordo eran connacionales. En un mensaje difundido en redes sociales, pidió a las familias de las posibles víctimas presentarse ante las autoridades y denunciar los hechos. El mandatario indicó que su gobierno buscaría confirmar la identidad de los fallecidos.
Choque diplomático con Washington
Las declaraciones de Petro generaron una respuesta inmediata desde la Casa Blanca. Funcionarios estadounidenses calificaron las acusaciones del mandatario como falsas y exigieron una retractación pública. La administración del presidente Donald Trump expresó que esperaba una rectificación para restablecer un diálogo centrado en la cooperación bilateral.
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Ante esta posición, Petro reiteró su denuncia y solicitó al gobierno estadounidense divulgar los nombres y nacionalidades de las personas muertas en el ataque. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, informó que cuatro individuos fallecieron durante el operativo, a quienes describió como “narcoterroristas”, aunque no ofreció más detalles sobre sus identidades.
Operaciones militares en el Caribe
El despliegue militar estadounidense en la región incluye siete buques de guerra, un submarino y aeronaves F-35. Washington sostiene que la misión busca frenar el tráfico de drogas y señala a varios cárteles como organizaciones terroristas. Las autoridades norteamericanas aseguran que los ataques se dirigen contra rutas marítimas empleadas por el crimen organizado.
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Petro ha manifestado su rechazo a estos operativos. Argumenta que las acciones militares no se dirigen contra líderes del narcotráfico, sino contra pobladores de las islas y costas caribeñas. También considera que el uso de misiles contra pequeñas embarcaciones constituye una respuesta desproporcionada frente al supuesto delito.
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Repercusiones regionales
El presidente colombiano advirtió que los ataques podrían generar un nuevo escenario de confrontación en el Caribe. A su juicio, las operaciones no obedecen a una estrategia antidrogas, sino a intereses vinculados con el petróleo. En Colombia, algunos sectores políticos criticaron su postura y la interpretaron como un intento de respaldar al gobierno de Nicolás Maduro.
La situación ocurre en un contexto de alta tensión entre Estados Unidos y Venezuela. Washington acusa a Maduro de colaborar con redes de narcotráfico, mientras Caracas rechaza las acusaciones y denuncia el despliegue militar como una amenaza directa. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, convocó a las fuerzas armadas de su país a una “contraofensiva defensiva” ante la presencia estadounidense.
Deterioro de las Relaciones Bilaterales
El episodio se suma a una serie de fricciones diplomáticas recientes entre Bogotá y Washington. Hace pocas semanas, el gobierno de Estados Unidos retiró la visa a Petro y revocó la certificación de Colombia como país aliado en la lucha contra las drogas. Estos hechos intensificaron las diferencias políticas entre los gobiernos de Donald Trump y Gustavo Petro, en un momento en que la región experimenta un aumento de tensiones geopolíticas en el Caribe.