A una semana de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visite Corea del Sur, el régimen norcoreano lanzó este miércoles múltiples misiles balísticos de corto alcance (SRBM), haciendo aumentar el escepticismo hacia una posible cumbre entre el mandatario estadounidense con su homólogo norcoreano, Kim Jong-un.
Corea del Norte efectuó este miércoles el lanzamiento de múltiples misiles balísticos de corto alcance (SRBM), en la primera prueba desde la investidura del presidente surcoreano, Lee Jae-myung, y a una semana de la visita del mandatario estadounidense, Donald Trump, a Corea del Sur.
"El Ejército detectó hoy alrededor de las 08:10 hora local (23:10 GMT del martes) el lanzamiento de varios misiles balísticos de corto alcance desde la zona de Jungwha, en la provincia de Hwanghae del Norte", dijo el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur (JCS) en un comunicado.
También dijo que fueron lanzados hacia el noreste, en aparente dirección al mar de Japón, conocido como mar del Este en las dos Coreas, y agregó que las autoridades surcoreanas y estadounidenses están realizando un análisis de las especificaciones exactas.
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Interpretación de la acción de Pyonyang
"El lanzamiento podría estar relacionado (con la visita de Trump), ya que Corea del Norte ha hecho esto con frecuencia en el pasado: realizar pruebas justo antes o durante la visita de líderes clave a Corea del Sur", dijo a EFE Gabriela Bernal, experta asociada del Centro Europeo para Estudios de Corea del Norte.
Bernal subrayó que este tipo de lanzamientos suelen ser una demostración de "la fuerza y la resistencia" de Pionyang "ante la presión de Estados Unidos y de Corea del Sur", y el de hoy tuvo además lugar antes de la posible cumbre entre Trump y el líder chino, Xi Jinping, al margen de la cumbre de la APEC en Corea del Sur.
Corea del Norte se encuentra en una posición "mucho más fuerte" en la escena internacional debido al fortalecimiento de los lazos bilaterales con Pekín, añadió la experta, tras la presencia de Kim como invitado de honor en un desfile militar en China el mes pasado.
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Señales ante el escepticismo
La visita del mandatario de Estados Unidos a Corea del Sur, prevista para el miércoles de la próxima semana, con posibilidad de pasar una noche, había despertado expectativas de una cumbre entre Washington y Pionyang tras las declaraciones de Trump en agosto de que le gustaría reunirse "este año" con Kim.
Asimismo, el propio líder norcoreano declaró el mes pasado que conserva "buenos recuerdos" de Trump, con quien se reunió tres veces en 2018 y 2019 durante el primer mandato del estadounidense, lo cual fue interpretado como una señal de potencial apertura a un encuentro bilateral.
El ministro de Unificación surcoreano, Chung Dong-young, también dijo la semana pasada que Kim y Trump "están preparados" para un posible encuentro, potencialmente en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que separa a las dos Coreas, durante la gira asiática de Trump.
Además, la decisión de cerrar al público mientras dure la APEC la aldea de Panmunjom en la DMZ, donde se reunieron Trump y Kim en 2019, ha desatado interrogantes sobre los preparativos para un posible contacto. Varios observadores, citados por la agencia de noticias surcoreana Yonhap, han matizado sin embargo que la suspensión podría ser más una medida preventiva ante potenciales provocaciones de Pionyang.
"No creo que una cumbre Trump-Kim sea probable en el futuro cercano por varias razones. En primer lugar, no hubo preparación previa para discutir temas importantes ni mantener conversaciones de trabajo entre Washington y Pionyang, lo que dificultaría una reunión de este tipo sin una agenda clara", dijo Bernal, en consonancia con la opinión de varios expertos citados en medios locales.
Pionyang no ha respondido oficialmente a las reiteradas invitaciones de diálogo de Washington. También ha mantenido su retórica agresiva contra el Sur, pese a la postura conciliatoria de Lee.
La Casa Blanca declaró recientemente que están abiertos a realizar una cumbre sin precondiciones, pero no ha dicho explícitamente que estarían dispuestos a descartar el tema de desnuclearización de las negociaciones, lo cual ha sido demandado por Kim.
"No creo que Kim quiera precipitarse a una cumbre, considerando que ha estado intentando proyectar una imagen de fuerza, de una nueva Corea del Norte a diferencia de la de 2018-2019, que era mucho más vulnerable y necesitaba un acuerdo con Estados Unidos", señaló Bernal.
