La reciente investidura de Donald Trump como el nuevo presidente de Estados Unidos marca el inicio de una nueva era en la competencia tecnológica global, con la inteligencia artificial (IA) como el principal campo de batalla. Mientras Trump promete una "nueva era de éxito nacional" impulsada por la IA, China no se queda atrás, desafiando el liderazgo estadounidense en este sector crítico.
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La velocidad con la que China avanza en IA es sorprendente. A pesar de las sanciones y restricciones impuestas por la administración Biden para frenar el desarrollo tecnológico chino, empresas como Alibaba y DeepSeek han logrado desarrollar modelos de lenguaje grandes (LLM) a un costo significativamente menor que sus contrapartes estadounidenses, de acuerdo con una revisión de La Silla Rota al número del 25 de enero de la revista de origen británico The Economist.
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DeepSeek, por ejemplo, entrenó su modelo con solo 2.000 chips de segunda categoría, en comparación con los 16.000 chips de alta gama utilizados por Meta.
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El costo de entrenamiento de un LLM estadounidense puede ascender a decenas de millones de dólares, mientras que DeepSeek gastó menos de 6 millones.
El modelo "razonador" de DeepSeek, diseñado para competir con OpenAI, fue lanzado el mismo día de la inauguración de Trump, demostrando la capacidad de innovación china.
Los modelos chinos no solo son más económicos, sino que también están adoptando un enfoque de código abierto, permitiendo a otros desarrollar sus propios productos y servicios basados en ellos.
Implicaciones Económicas y Estratégicas
Este avance chino plantea un dilema para Estados Unidos. Si los modelos de IA "suficientemente buenos" se pueden entrenar a bajo costo, la tecnología se propagará rápidamente, permitiendo a más países tener sus propias herramientas de IA. Además, China está innovando para superar obstáculos como la falta de chips de alta calidad, lo que plantea una "competencia asimétrica" para Estados Unidos.
La proliferación de modelos de IA económicos podría llevar a la creación de modelos más especializados y eficientes para tareas específicas.
Si China se acerca a la "superinteligencia", podría obtener una ventaja militar y política significativa.
La adopción generalizada de la IA china podría dar al Partido Comunista Chino (PCCh) una influencia política considerable.
La Respuesta de Estados Unidos y el Proyecto "Stargate"
Frente a este desafío, la administración Trump ha anunciado el proyecto "Stargate", una iniciativa de 500 mil millones de dólares para construir infraestructura de IA en Estados Unidos, con la participación de figuras clave como Sam Altman de OpenAI, Larry Ellison de Oracle y Son Masayoshi de SoftBank. Este proyecto es visto como un esfuerzo para contrarrestar la influencia china en este sector.
El proyecto se iniciará con la construcción de enormes centros de datos en Texas, con el objetivo de mantener el liderazgo estadounidense en IA.
Trump ha dejado claro que la IA es una prioridad estratégica, con el objetivo de superar a China en la "guerra de la IA".
Figuras del sector tecnológico en Estados Unidos abogan por que el gobierno se centre en fomentar la innovación y la competitividad en lugar de imponer restricciones excesivas a las empresas.
Sanciones y Restricciones vs. Innovación
Estados Unidos debe decidir si continúa con la política de restricciones a la exportación de chips y tecnología a China, o si prioriza la innovación interna. La administración Biden ya había implementado prohibiciones de exportación de chips avanzados a China, pero algunos argumentan que estas medidas no han sido efectivas y que incluso podrían haber incentivado a las empresas chinas a buscar soluciones más económicas y eficientes.
Nvidia, un importante fabricante de chips, considera que las restricciones son perjudiciales para la innovación estadounidense.
Algunos expertos en tecnología en Estados Unidos creen que la mejor manera de mantener el liderazgo es fomentar la competencia y evitar la sobre-regulación.
La liberación de modelos más económicos por parte de empresas como DeepSeek sugiere que las sanciones pueden haber llevado a la industria china a ser más eficiente.
El Futuro de la IA y la Competencia Global
La batalla por la IA entre China y Estados Unidos no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas y estratégicas. El desarrollo y la adopción de esta tecnología tendrán un impacto profundo en todos los aspectos de la vida moderna, desde la productividad hasta la seguridad nacional. La administración de Trump ha dado los primeros pasos en esta nueva guerra tecnológica, pero solo el tiempo dirá quién se alzará con la victoria. La competencia entre estos dos gigantes tecnológicos promete ser una de las principales narrativas del siglo XXI.