ACCIDENTE AÉREO

Así fue la pesadilla que se vivió durante el vuelo 447 de Air France donde murieron 228 pasajeros

El poco entendimiento entre los pilotos y su falta de comunicación provocó la pérdida de velocidad del avión

Créditos: Pixabay
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El vuelo 447 de Air France fue un vuelo programado de Río de Janeiro, Brasil, a París, Francia, que se estrelló en el océano Atlántico el 1 de junio de 2009.

A bordo del Airbus A330-203 se encontraban 228 personas, incluidos pasajeros y tripulación. La aeronave tenía un bimotor de fuselaje ancho y largo alcance, se trata de uno de los aviones más modernos (y más automatizados) de Airbus.

El accidente fue uno de los más letales en la historia de Air France y del Airbus A330 en ese momento. Después  investigaciones  revelaron una serie de factores que contribuyeron al accidente, incluidos errores humanos, problemas de diseño de la aeronave y dificultades de comunicación.

El piloto al mando era el capitán Marc Dubois, un experimentado piloto de 58 años con casi 11.000 horas de vuelo a sus espaldas. Estaba en la aerolínea desde 1988, por lo que es uno de los más antiguos de Air France. Le acompañaban el primer oficial y copiloto Pierre-Cédric Bonin de tan solo 32 años y con apenas 800 horas de vuelo en este tipo de avión.

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Por ser un vuelo de más de 10 horas, la tripulación incluye un tercer piloto de relevo. Se trata de David Robert, de 37 años. Robert tiene bastante más experiencia que Bonin, el acumula 4.500 horas de vuelo en Airbus A330.

Finalmente  la tripulación  la conforman 9 auxiliares de vuelo, abordo de la aeronave hay 228 personas, los 12 tripulantes y 216 pasajeros de 32 países distintos, entre ellos 2 españoles, aunque la mayoría eran franceses y alemanes.

¿Cómo fueron las horas antes del accidente del Airbus?

El despegue y posterior maniobra de ascenso se completaron con normalidad, la aeronave ya había  alcanzado la altitud de crucero de 35.000 pies (unos 11 kilómetros) y se encuentra sobrevolando el océano Atlántico en una zona sin cobertura de radar. Están solos.

 El capitán Dubois se va a tomar un descanso. Será el piloto de relevo, Robert, quien le sustituirá. Robert se sienta en el sillón del capitán mientras Dubois duerme. Unos minutos más tarde, el avión vuela en piloto automático y entran en la zona de convergencia intertropical, donde se esperan turbulencias. Los pilotos por lo regular rodean las nubes de tormenta, pero la tripulación del vuelo 447 decide atravesarla.

A pesar de estar activado el sistema anti hielo, empiezan a formarse cristales de hielo en los tubos de Pitot, sin que los pilotos se percatarán.  Los tubos de Pitot son unos dispositivos destinados a medir la velocidad del mismo. Esto provoca que el sistema envíe lecturas de velocidad erróneas y que el piloto automático se desconecte, poco después lo hace también el sistema de aceleración automática. El A330 se pone en modo de vuelo manual y el copiloto Bonin toma los controles.

 El avión se inclina un poco a la derecha debido a los fuertes vientos laterales por lo que Bonin procede a corregir la dirección del avión, finalmente, tras varios segundos, consigue estabilizarlo, sin embargo, sin darse cuenta, Bonin cometió un grave error.

El joven piloto ha elevado la nariz del avión varios grados, al aumentar el ángulo de ataque, el Airbus empieza a perder velocidad y así se lo hace ver Robert. Sin embargo, el A330 continúa ascendiendo y ya están a 38.000 pies y la velocidad, debido a la inclinación, se ha reducido hasta los 93 nudos. No lo saben, pero están a punto de entrar en pérdida. Confundidos por la situación, los pilotos llaman al capitán.

La alarma sigue sonando y, finalmente, el avión entra en pérdida y empieza a caer como una piedra, se descubrió que el vuelo se encontró con una severa tormenta eléctrica en la ruta, lo que causó problemas en los sensores de velocidad. Esto llevó a una desconexión del piloto automático y al deterioro de la capacidad de vuelo de la tripulación para mantener el control de la aeronave. A pesar de los intentos de recuperación, el avión se estrelló en el océano Atlántico, matando a todos a bordo.

Después del accidente se dieron varios cambios en la industria de la aviación, incluidas mejoras en la formación de pilotos y en el diseño de los sistemas de control de vuelo. También destacó la importancia de la comunicación efectiva entre la tripulación y el desarrollo de procedimientos para situaciones de emergencia.

Se determinó que el poco entendimiento entre los pilotos y una falta de comunicación entre ellos provocó la entrada en pérdida del avión. Tampoco ayudó que el capitán, en vez de tomar el control, asumiera una actitud totalmente pasiva.

Todo apunta a que, a pesar de las alarmas, los pilotos no se dieron cuenta de que el avión había entrado en pérdida, pues no hicieron ningún comentario ni accionaron para remediarlo hasta que ya fue demasiado tarde. Pero si bien la causa principal del accidente, según el informe oficial, se atribuyó a "error de los pilotos", un accidente aéreo nunca ocurre por un solo motivo, es una concatenación de varios sucesos que por separado pueden tener una relevancia escasa o nula pero que juntos y en gran cantidad pueden provocar una situación catastrófica como aconteció con el vuelo 447.

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A pesar de que las víctimas demandaban responsabilidades a la empresa, los fiscales de París que han llevado el caso han considerado que no se ha podido demostrar la culpabilidad de las dos compañías. La Fiscalía acepta que se cometieron “faltas”,  pero el organismo había pedido la absolución de ambas compañías al considerar “imposible” demostrar su responsabilidad directa. Este se trata del primer juicio  en Francia por homicidio involuntario de una empresa, un delito con una multa máxima de 225.000 euros.

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