Irán cumplió este 21 de mayo la primera de las jornadas de luto oficial por la muerte del presidente de la República Islámica, Ebrahim Raisí, y el ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, fallecidos el pasado domingo en un accidente de helicóptero, con procesiones en las ciudades de Tabriz y Qom, unos actos que continuarán el miércoles 22, en Teherán.
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Las celebraciones funerarias comenzaron en Tabriz, capital de la noroccidental provincia de Azerbaiyán Oriental y la ciudad más grande cerca del lugar del accidente, ocurrido el domingo en la zona montañosa de Varzeqan, según mostraron las televisiones iraníes.
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Miles de personas se echaron a las calles de Tabriz para ver pasar al camión que transportaba los ataúdes de los ocho fallecidos en el accidente, en una procesión que salió de la plaza Shohada (mártires) y llegó hasta la gran mezquita Mosala.
Las calles de Tabriz eran una marea de turbantes, la prenda de cabeza que lucen los clérigos iraníes, y de fotos de Raisí, el presidente ultraconservador que llegó al poder en 2021 en las elecciones con la participación más baja de la historia de la República Islámica. En la ciudad estaban cerradas las tiendas, colegios y oficinas gubernamentales.
Tras los actos de Tabriz, los ataúdes fueron transportados -vía Teherán- a la ciudad sagrada de Qom, uno de los principales centros del islam chií predominante en el país, donde se repitió el cortejo fúnebre con miles de personas en las calles. En comparación con el fervor de las procesiones gubernamentales en ciudades como Teherán se vivieron jornadas normales, con los cafés llenos de clientes y una aparente falta de interés por los actos funerarios.
Los actos fúnebres se trasladarán el miércoles a Teherán, donde a primera hora de la mañana el líder supremo iraní, Alí Jameneí, dirigirá un rezo en honor de los fallecidos, tras lo cual se celebrará una procesión a lo largo de la capital, informó la agencia estatal IRNA.
Por la tarde, se celebrará una ceremonia en la que se espera que participarán altos cargos extranjeros, pero aún no se ha confirmado quien asistirá a los actos. El jueves, Raisí será enterrado en el Mausoleo del Imán Reza en la ciudad sagrada de Mashad (noroeste de Irán).
El desplome del helicóptero donde viajaba Raisí
El helicóptero en el que viajaban Raisí y sus acompañantes desapareció el domingo cuando regresaba de Tabriz junto con otros dos aparatos -que llegaron a su destino sin problemas- en lo que la agencia oficial IRNA ha calificado de “fallo técnico”. El aparato -‘Bell 212’ estadounidense adquirido en la década de los 70- fue encontrado al día siguiente con los cuerpos sin vida de sus ocupantes.
En el accidente también fallecieron el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malik Rahmati; el líder de los rezos de los viernes de la ciudad de Tabriz, Mohammad Ali Al Hashem, además de dos pilotos de la aeronave, el jefe de seguridad presidencial y un guardia. En un primer momento las autoridades informaron de nueve fallecidos en el accidente, pero ahora hablan de ocho muertos.
¿Cómo fue la presidencia de Raisí?
Durante el mandato de Raisí se intensificó la represión en el país contra críticos, activistas y periodistas, y en especial contra las mujeres por la falta de uso del velo, lo que provocó las mayores protestas contra la República Islámica en años y que se saldaron con 500 muertos.
Raisi, era visto como protegido de Jamenei. Fue elegido presidente en 2021 después de que el Consejo de Guardianes impidiera que cualquier otro candidato se postulara contra él. La participación del electorado fue la más baja en la historia de la República Islámica. Con su llegada a la presidencia sucedió a Hasán Ruhani, quien fue presidente durante los últimos ocho años y derrotó a Raisi en 2017, destacó la agencia AP.
¿Qué sigue en Irán tras la muerte del presidente?
Jameneí aprobó este 20 de mayo que el vicepresidente primero, Mohamad Mojber, fuese nombrado presidente interino del país hasta que se celebren las elecciones presidenciales, anunciadas para el próximo 28 de junio.
La agencia AP señala que es poco probable que la muerte del presidente de Irán conduzca a cambios inmediatos en el sistema de gobierno de Irán o en sus políticas generales, las cuales decide el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Se destaca que una sucesión hereditaria plantearía una potencial crisis de legitimidad para la República Islámica de Irán, que fue establecida como una alternativa a la monarquía.
Las elecciones en Irán se celebran periódicamente para elegir al presidente y al parlamento mediante el sufragio universal. No obstante, es el líder supremo tiene la última palabra sobre todas las políticas importantes, actúa como comandante en jefe de las fuerzas armadas y controla la poderosa Guardia Revolucionaria.
Él también nombra a la mitad del Consejo Guardián de 12 miembros, un organismo clerical que evalúa a los candidatos a presidente, al parlamento y a la Asamblea de Expertos, un cuerpo electo de juristas encargado de elegir al líder supremo.
En teoría, los clérigos supervisan la república para garantizar que cumpla con la ley islámica. En la práctica, el líder supremo gestiona cuidadosamente el sistema gobernante para equilibrar intereses en competencia, promover sus propias prioridades y garantizar que nadie desafíe a la República Islámica o su propia función en la cima de ella.
Es probable que esa votación se gestione cuidadosamente para producir un presidente que mantenga el statu quo.
Esto significa que Irán continuará con la imposición de un cierto grado de régimen islámico y reprimirá la disidencia, enriquecerá uranio, apoyará a grupos armados en todo Oriente Medio y verá a Occidente con profunda sospecha.
Los presidentes de Irán operan bajo la estructura del sistema gobernante. Si se produjera algún cambio importante en Irán, es posible que ocurra después del fallecimiento de Jamenei, cuando se elija a un nuevo líder supremo por segunda vez desde la Revolución Islámica de 1979. Jamenei sucedió al fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhola Jomeini, en 1989.
El próximo líder supremo será elegido por la Asamblea de Expertos de 88 escaños, quienes son elegidos cada ocho años entre candidatos evaluados por el Consejo de Guardianes. En las elecciones más recientes, en marzo, a Ruhaní se le prohibió postularse mientras que Raisi ganó un escaño.
Cualquier discusión sobre la sucesión, o maquinaciones relacionadas con ella, ocurre lejos del ojo público, lo que hace difícil saber quién puede estar en la carrera. Pero las dos personas que los analistas consideran con más probabilidades de suceder a Jamenei son Raisi y el propio hijo del líder supremo, Mojtaba, de 55 años, un clérigo chiíta quien nunca ha ocupado un cargo gubernamental.
¿Cómo sería la vida en Irán?
Los líderes de la República Islámica presentan su sistema como superior no sólo a las democracias de Occidente, sino a las dictaduras militares y monarquías que prevalecen en todo Oriente Medio.
La transferencia de poder del líder supremo a su hijo podría provocar ira, no sólo entre los iraníes que ya critican al gobierno clerical, sino también entre los partidarios del sistema que podrían verlo como antiislámico.
Las sanciones occidentales vinculadas al programa nuclear han devastado la economía de Irán. Y la aplicación del régimen islámico, que se volvió más severa bajo Raisi, ha distanciado aún más a las mujeres y a los jóvenes.
La República Islámica se ha enfrentado a varias oleadas de protestas populares en los últimos años, la más reciente tras la muerte de Mahsa Amini, en 2022, quien fue arrestada por supuestamente no cubrirse el cabello en público con un hiyab. Más de 500 personas murieron y más de 22.000 fueron detenidas en una violenta represión.
La muerte de Raisi podría hacer que la transición hacia un nuevo líder supremo sea más complicada y provocar más disturbios.