El Papa Francisco narra su vida y cómo ha sido su travesía desde la Segunda Guerra Mundial hasta su elección como pontífice en 2013, así como la nostalgia que tiene por su natal Argentina y las razones por las que, ni sus problemas de salud ni las controversias por autorizar la bendición de parejas homosexuales, han hecho que considere dejar el cargo en el Vaticano.
Y es que, aunque da detalle de muchas personas que lo han marcado como persona, en el libro "Vida. Mi historia en la Historia", publicado por HarperCollins, el pontífice hace un relato político, social y humano de sus 87 años de vida y los eventos que le tocó presenciar: la dictadura en Argentina, el Mundial de 1986, la pandemia de Covid-19 y uno que otro gesto hacia el actual presidente Javier Milei.
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Pero más allá de su camino en la Iglesia Católica, Francisco muestra su parte más humana e, incluso, relata la primera vez que se enamoró y la "novia" adolescente que lo hizo dudar como seminarista, pues ese "pequeño desliz", como él lo llama, le hizo perder la razón, según el texto original de Fabio Marchese, coautor del libro y quien empezó a escribir la biografía en abril de 2023 mediante reuniones, correos electrónicos y llamadas telefónicas con el pontífice.
"Durante una semana tuve su imagen siempre en mi mente y ¡me resultaba difícil rezar! Luego, afortunadamente, se me pasó y me dediqué en cuerpo y alma a mi vocación", relata el argentino en un intento por mostrar que él también fue joven.
La Argentina que conoció y extraña
El libro de Fabio Marchese estará dividido en 14 capítulos donde el Papa Francisco realiza un recuento de los eventos más impactantes que vivió, desde el estallido de la II Guerra Mundial, cuando el pequeño Jorge Mario Bergoglio tenía tres años, hasta la perspectiva de cómo vivió, a distancia, el Holocausto, la Guerra Fría, la llegada del hombre a la Luna o la caída del Muro de Berlín, pero sobre todo, su papel en los momentos más cruciales de Argentina.
Por ejemplo, se menciona un pasaje amplio del golpe de Estado militar en Argentina, el 24 de marzo de 1976, cuando se le acusó de tener relaciones estrechas, como superior de los Jesuitas, con el régimen de la dictadura argentina (1976-1983), periodo que, según Marchese, recuerda con mucha emoción, pues incluso tuvo que oficiar misa ante Videla para interceder por la liberación de dos jesuitas secuestrados y torturados durante meses.
“La dictadura es algo diabólico, lo vi con mis propios ojos (…) ¡Fue un genocidio generacional!”.
“Al final me informaron de que no había nada en mi contra, y me declararon inocente (...) después, algunas personas me confiaron que el Gobierno argentino de entonces había intentado por todos los medios echarme la soga al cuello, pero que al final no encontraron pruebas porque estaba limpio", explica el Papa Francisco.
Entre las cosas que se profundizará se encuentra uno de los hechos que Francisco más lamenta en su vida: el no proteger a la jefa de un laboratorio en el que trabajaba cuando era joven, pues fue torturada y asesinada por el régimen militar. “Quizás no hice lo suficiente por ella”, dice sobre Esther en el pequeño preludio que ha salido a la luz.
No obstante, una constante en todas sus remembranzas es lo mucho que extraña Argentina y el deseo que tiene de volver.
Evoca, por ejemplo, su pasión por el fútbol y el día en que conoció al astro argentino, Diego Maradona, conocido como "Mano de Dios" y a quien no dudó en bromearle tras el triunfo de Argentina en el Mundal de 1986.
"Cuando, hace unos años, lo recibí en el Vaticano, le hice esta broma: 'Entonces, ¿Cuál es la mano culpable?'", cuenta
Por último, en un breve guiño al presidente actual de Argentina, Javier Milei, con quien hace unas semanas se reunió, el Papa Francisco asegura que recibió una invitación del mandatario libertario para viajar a su país natal, algo que, reconoce, le haría mucha ilusión, pero de la que nada está escrito por su estado de salud y las limitantes que ahora tiene para viajar.
"En lo que respecta a mi país, Argentina, el nuevo presidente Javier Milei me ha invitado a un viaje 'en son de paz'".
"La situación allí no es fácil, mucha gente sufre la pobreza y querría llevar mi cercanía. Espero poder ir, me gustaría, aunque para mí ya no sea fácil viajar como hacía antes, sobre todo largas distancias. Ya veremos qué decide el Señor para mí", agrega.