Este sábado, mientras un grupo de la comunidad eritrea, presente en los Países Bajos, celebraba una reunión en el edificio de la Ópera de La Haya, partidarios del gobierno de Eritrea y opositores desencadenaron un violento enfrentamiento que desencadenó en golpes, ladrillazos, vidrios rotos y autos incendiados.
El grupo “Brgedb Nhamedu”, formado por etíopes, migrantes en Países Bajos, atacó a agentes de la policía con ladrillos y piedras mientras se realizaba un evento pacífico dentro del centro cultural.
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Ante los disturbios, el alcalde de La Haya tuvo que declarar un estado de emergencia en las zonas con mayor levantamientos y vandalismo en las últimas semanas, pues este no es el primer enfrentamiento que se suscita entre grupos de Eritrea y las fuerzas del orden público.
Tan sólo este 17 de febrero se registraron múltiples y masivos disturbios en La Haya, protagonizados por presuntos migrantes, a quienes se les grabó en las cercanías al edificio de la Ópera prendiendo fuego a autos estacionados y arrojando todo tipo de enseres.
¿Cómo terminaron los disturbios de La Haya?
De acuerdo con indagatorias de medios internacionales, dentro del edificio de la Ópera se llevaba a cabo una fiesta tardía por el Año Nuevo, pues la comunidad eritrea se reunió después de tres años en los que este tipo de reuniones fueron cesadas; de acuerdo con el portavoz de la Federatie van Eritrese Gemeenschappen en Holanda, un grupo de opositores llegó y comenzó a agredir afuera del edificio a los asistentes, pues están molestos de perder una guerra reciente en la región de Tigray.
Durante el enfrentamiento, varios agentes de la policía y oficiales tácticos salieron heridos, así como algunos vehículos policiales y coches particulares dañados a golpes o incendiados; asimismo, en el centro de conferencias se prendió fuego que logró ser contenido, por lo que Jan van Zanen, alcalde de La Haya, pidió mantenerse alejada a la población de la organización eritrea Brigada Nhamedu, quien, especulan, busca confrontaciones físicas.
Con gases lacrimógenos se logró dispersar a los revoltosos, pero cuatro policías tuvieron que ser atendidos médicamente y el edificio cultural terminó con ventanas rotas y quemaduras de muros.
"Al principio nos informaron de que un coche de policía estaba en llamas. Tuvimos que retirarnos porque la situación no era segura. Más tarde, también se incendió un furgón de policía cerca del recinto de la sala", dijeron bomberos a medios.
Los bomberos también fueron atacados y acorralados durante los incidentes, catalogados por el funcionario como "espantosos e inaceptables".
Este tipo de disturbios no es nuevo en eventos de la comunidad eritrea en los Países Bajos, por lo que ya se movilizó un equipo de investigación para procesar a los responsables.