En julio, Patrick Holden, productor lácteo británico, recibió un pedido inesperado: 22 toneladas de su queso cheddar artesanal, Hafod, para una supuesta cadena de supermercados francesa. Este pedido, gestionado a través de Neal’s Yard Dairy -una tienda de quesos de Londres-, parecía ser un sueño hecho realidad, con un valor total cercano a los 378,000 dólares. Sin embargo, resultó ser un elaborado fraude.
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"Era el mayor pedido de nuestro queso que habíamos recibido nunca. Y, como venía de Francia, pensé: por fin, la gente del continente aprecia lo que hacemos", dijo Holden a medios de comunicación.
Era un queso especial, el Hafod, que demandaba dos años de trabajo para su elaboración; envuelto en tela de muselina y sellado con manteca, pasaba 18 meses en maduración, alcanzando un valor al por mayor de 44,000 dólares.
“El robo del queso rallado”
En octubre, un supuesto mensajero recogió el queso y desapareció sin dejar rastro, convirtiéndose el robo, apodado "el robo del queso rallado", en noticia internacional.
Por este robo, un hombre de 63 años fue detenido en Londres, pero quedó en libertad bajo fianza y, desde entonces, no ha habido novedades. "Es ridículo. De todas las cosas que se pueden robar en el mundo, ¿22 toneladas de queso?", dijo otro quesero, Tom Calver.
Los 950 fardos de queso, equivalentes al peso de cuatro elefantes adultos, desaparecieron sin dejar rastro, y la localización del responsable podría tardar. Esto se debe a que, este puede almacenarse hasta dos años y el queso podría seguir apareciendo en las cadenas de suministro durante meses
Holden reconoce que las pérdidas económicas de este robo habrían tenido un impacto devastador en su hacienda. "Un fraude de esta envergadura puede suponer fácilmente el fin de una granja y de la elaboración de quesos".
En este caso, Neal's Yard pagó íntegramente a sus proveedores, describiendo el efecto del fraude en su negocio como "un golpe financiero significativo".
Aumentan los robos de queso artesanal
De acuerdo con la Organización Mundial del Comercio, la industria quesera ha sido víctima de este tipo de delitos, especialmente en el caso de los quesos gourmet durante décadas. Sin embargo, este tipo de robos probablemente aumentará a medida que el queso siga subiendo de precio.
Entre enero de 2022 y enero de 2024, el costo de los alimentos y bebidas no alcohólicas en Reino Unido subió un 25%, según la Oficina de Estadísticas Nacionales. El queso, por su parte, experimentó un aumento similar en solo un año.
Patrick McGuigan, especialista en el sector lácteo, explicó que la fabricación de queso consume mucha energía, ya que requiere calentar la leche y almacenarlo en frigoríficos que también demandan gran cantidad de electricidad. Esto hace que el costo del combustible impacte directamente en el precio.
A pesar de su alto valor, el queso no es fácil de trasladar, especialmente el de granja, que suele ser pesado, voluminoso y necesita ser almacenado a temperaturas específicas. Por eso, su transporte puede ser costoso y complicado, lo que limita el alcance de los delincuentes, a menos que sean parte de una red organizada.
Buscan prevenir futuros fraudes
Ante la creciente circulación de alimentos ilegales, el sector alimentario está adoptando nuevas tecnologías para prevenir fraudes. El Consorcio Parmigiano Reggiano de Italia, cuya variedad de queso es una de las más robadas a nivel mundial, ha señalado que el mercado negro de este producto es "sólido", en parte debido a su alto valor, que genera ventas globales cercanas a los 3,700 millones de dólares al año.
Por ello, en 2022, el consorcio comenzó a implementar chips de seguimiento, los cuales tienen el tamaño de un grano de arroz, como parte de la etiqueta incrustada en la corteza dura del queso. Esta tecnología no solo busca reducir el robo, sino que también facilita la identificación de Parmigiano Reggiano falsificado. Cada chip contiene una identificación digital única que autentifica el queso, permitiendo a los compradores escanearlo para verificar su autenticidad y comprobar si ha sido robado.
Por su parte, Neal's Yard Dairy informó que busca apostar por un enfoque menos tecnológico para evitar futuros fraudes. Su estrategia incluye visitar a los compradores en persona durante grandes pedidos de queso, en lugar de depender únicamente de contratos digitales o correos electrónicos.
