Este jueves, Estados Unidos y Reino Unido lanzaron ataques aéreos contra objetivos de los rebeldes hutíes en Yemen, intensificando el conflicto con el grupo que responde a Irán en respuesta a una serie de ataques que han interrumpido la navegación comercial en el mar Rojo.
El episodio fue confirmado por el presidente Joe Biden momentos más tarde e informó que la maniobra “exitosa” contó con el respaldo de diez países y que es una muestra de que no se “tolerarán” más ofensivas de los rebeldes.
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“Estos ataques selectivos son un mensaje claro de que Estados Unidos y nuestros socios no tolerarán ataques contra nuestro personal ni permitirán que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más críticas del mundo. No dudaré en ordenar medidas adicionales para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional según sea necesario”, agregó el mandatario en un comunicado.
La medida fue justificada también a través de un comunicado conjunto de los gobiernos de Australia, Baréin, Canadá, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Reino Unido y Estados Unidos.
“Nuestro objetivo sigue siendo desescalar las tensiones y restaurar la estabilidad en el Mar Rojo, pero que nuestro mensaje sea claro: no dudaremos en defender vidas y proteger la libre circulación del comercio en una de las vías acuáticas más críticas del mundo ante las amenazas continuas”, señala el texto.
Los bombardeos aéreos estaban destinados a golpear en una fuente de los ataques del grupo militante y se produjo después de que la administración Biden advirtió que habría consecuencias para el lanzamiento de aviones no tripulados y misiles anti-buque que habían apuntado a los buques en la vía navegable comercial vital.
Estos tuvieron lugar horas después de que el secretario de Estado, Antony Blinken, concluyera un viaje multinacional por Oriente Próximo que tenía como objetivo, en parte, conseguir apoyos para una acción más agresiva contra los hutíes, ya que insistió en que “tendrá que haber consecuencias” si persistían los ataques en el mar.
Es el 27º ataque por parte de los hutíes
A primera hora de este jueves, los hutíes dispararon un misil balístico en el Golfo de Adén, en lo que, según funcionarios estadounidenses, fue el 27º ataque a la navegación comercial por parte del grupo desde el 19 de noviembre.
El viceministro de Exteriores de los hutíes, Hussein Al-Aziz, escribió en redes sociales que “nuestro país ha sido objeto de una agresión masiva por parte de barcos, submarinos y aviones de combate estadounidenses y británicos, y no hay duda de que Estados Unidos y Gran Bretaña tendrán que estar preparados para pagar un alto precio”.
También amenazó que tanto Washington como Londres “soportarán las terribles consecuencias de esta flagrante agresión”.
En tanto, el miembro del buró político de los hutíes, Ali al Quhom, advirtió que “la batalla será más grande, y más allá de la imaginación y las expectativas de los estadounidenses y los británicos, es una guerra abierta”.
“Se arrepentirán de su agresión. Se atacarán sitios y bases militares estadounidenses y británicos, y el siguiente (paso) es mayor”, concluyó.
Rusia pide reunión urgente con Consejo de Seguridad de la ONU
Ante los ataques, Rusia solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar los ataques en conjunto de los ejércitos de Estados Unidos y Reino Unido contra territorio en Yemen vinculados a los hutíes.
La agencia de noticias rusa RT informó de esta solicitud después de que la Casa Blanca confirmara la autoría de su gobierno y de Reino Unido en el bombardeo de este jueves 11 de enero.