Tegucigalpa.- El pasado 20 de junio, en Honduras se vivió una verdadera masacre. Al menos 46 mujeres murieron en un motín en una cárcel a las afueras de Tegucigalpa, presuntamente en una riña luego de que las autoridades penitenciarias difundieran nuevas reglas para el penal.
Este hecho prendió las alertas del país centroamericano y vecino de El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele ha implementado tolerancia cero a las maras y su violencia criminal, lo que ha provocado miles de detenciones y la construcción de una cárcel especial para recluir a las pandillas, donde organismos de derechos humanos han advertido de violaciones, torturas y muertes a manos de los cuerpos de seguridad. Y Honduras quiere repetir la fórmula para apaciguar la violencia en todo el país y también en las prisiones.
De acuerdo con el portal Tendencias V, ese fatídico 20 de junio se reportó un amotinamiento e incendio dentro de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), ubicada en Támara, Francisco Morazán, Honduras. Según los datos oficiales, 23 asesinadas a tiros y con armas blancas, y las otras 23 quemadas en un incendio en el interior de la prisión.
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Una privada de libertad que fue trasladada hasta el Hospital Escuela, reveló que mujeres de la Pandilla 18 ingresaron al módulo de la estructura criminal “Pandilla 13” e iniciaron un enfrentamiento armado.
Intervención estilo Bukele, en El Salvador
La intervención de las cárceles de Honduras, que el lunes inició la Policía Militar de Orden Público (PMOP), se está haciendo con respeto a los derechos humanos de los reclusos, dijo este martes el director la institución, coronel Fernando Muñoz.
Ante opiniones de algunos sectores, incluyendo defensores de derechos humanos, en el sentido de que en la intervención de las prisiones se estarían violentando derechos de los privados de libertad y que la operación es una copia de lo que se está haciendo en El Salvador con los pandilleros presos, Muñoz indicó que todo se está haciendo con "procedimientos normales".
Los prisioneros fueron sentados en el piso bajo una rigurosa vigilancia de policías militares, en una operación algo similar a las ejecutadas en los centros penales de El Salvador, por instrucciones del presidente de ese país, Nayib Bukele. Añadió que en la operación denominada "Fe y Esperanza" no se pueden hacer comparaciones con las medidas aplicadas en El Salvador y le pidió a los defensores de derechos humanos que "dejen trabajar" a la PMOP.
Según Muñoz, este martes se ha continuado con la intervención de las primeras tres cárceles con las que el lunes se inició la operación: la Penitenciaría Nacional, el Centro de Femenino de Adaptación Social, donde el pasado día 20 fueron asesinadas 46 mujeres, ambas cercanas a Tegucigalpa, y la de Morocelí, en el oriente del país.
"Que los derechos humanos hagan lo que tengan que hacer, para eso les pagan, pero permítannos trabajar", recalcó el oficial castrense. Indicó además que la PMOP, en cumplimiento a las instrucciones de la presidenta hondureña, Xiomara Castro, recuperará el control de las 25 cárceles que conforman el sistema penitenciario del país, varias de ellas controladas desde hace muchos años por bandas criminales conocidas como "maras".
Muñoz dijo que no puede precisar en qué tiempo estarán controladas las cárceles y que mientras las "maras" estén operando en ellas, estarán en peligro incluso los mismos pandilleros. También señaló que en los alrededores de las tres cárceles intervenidas hay antenas y otros sistemas de comunicación que serán desmantelados si no lo hacen las empresas que los instalaron.
La intervención de la Penitenciaría Nacional comenzó el lunes con la toma de un módulo de privados de libertad miembros de la "Mara-18" (pandilla), a los que movilizaron a un patio de la prisión esposados, con las manos hacia atrás, en pantalón corto, descalzos y sin camisa. Muñoz dijo el lunes que en el módulo fueron hallados fusiles, pistolas, cargadores, municiones, teléfonos móviles y otros pertrechos.
Los prisioneros fueron sentados en el piso bajo una rigurosa vigilancia de policías militares, en una operación algo similar a las ejecutadas en los centros penales de El Salvador, por instrucciones del presidente de ese país, Nayib Bukele. El director de la PMOP expresó que es de suponer que si en el primer módulo fue hallado un arsenal, también hay más armas en los otros módulos controlados por las pandillas "M-18" y la "M-S" ("Mara Salvatrucha").
Un día después de la masacre en el Cefas, donde perdieron la vida 46 mujeres, 23 asesinadas a tiros y con armas blancas, y las otras 23 quemadas en un incendio en el interior de la prisión, la presidenta del país centroamericano ordenó que la PMOP asuma el control de todas las prisiones, al menos durante año.
En ese tiempo, la PMOP deberá "reclutar, capacitar y formar por lo menos 2.000 nuevos custodios de centros penales, en cumplimiento de la Ley del Instituto Nacional Penitenciario (INP)", dijo Castro el 21 de junio.
CON INFORMACIÓN DE EFE.
AR/DJC