SEXISMO

¿Características poco femeninas o masculinas? Un vistazo a la visión sexista en la medicina del pasado

El libro "Enfermedades y trastornos de la vida conyugal" separaba a hombres y mujeres según roles de género, perpetuando estereotipos y discriminación

Escrito en MUNDO el

En un pasado no tan lejano, la visión de lo que debían ser las mujeres y hombres en la sociedad y la medicina era marcadamente sexista y discriminatoria. Un claro ejemplo de ello es la publicación del libro "Enfermedades y trastornos de la vida conyugal" en 1961 en Barcelona, el cual perpetuaba roles de género definidos y establecía un supuesto grado de normalidad y anormalidad basado en la distancia de los individuos respecto a estos roles preestablecidos en una sociedad patriarcal. Este enfoque sexista sugería tratamientos médicos, como la hidroterapia o tipos de alimentación sin carne, para aquellos que se alejaban de la "norma establecida".

El libro, escrito por Adrian Van Der Put Vermuden, hijo de Pedro Van Der Put y de Maria Vermuden, nacido el 2 de enero de 1890 en Tilburg de Brabante, Holanda, y fallecido el 6 de julio de 1973 en Garriga, Barcelona, presentaba una división clara entre hombres y mujeres basada en roles de género estereotipados y discriminatorios.

Bajo el pretexto de "características poco femeninas", el libro catalogaba atributos físicos y comportamentales como pechos pequeños, hombros anchos y caderas estrechas, frente amplia con entradas, cejas gruesas, cabello corto, cara angulosa, exceso de vello facial, "matriz infantil", falta de interés en las tareas domésticas, voz algo grave, andar rígido con paso largo, pies y manos grandes, piernas largas, erotismo exagerado, tendencia a mandar y dirigir, e ideas de emancipación. Estas características se presentaban como supuestos trastornos que requerían "tratamientos médicos científicos" para ser curados.

Por otro lado, se señalaban como características femeninas huesos y músculos poco marcados, hombros estrechos, formas redondeadas y caderas anchas, voz aguda, cabello largo, nariz pequeña, falta de vello facial, afición a las tareas del hogar, instinto genésico pasivo, andar gracioso y suave, tendencia a la obediencia, predominio de los sentimientos sobre la razón, interés en cosas concretas y deseos de maternidad.

El libro también hacía referencia a las "características poco varoniles" que se encontraban en los hombres considerados poco varoniles, tales como línea del cabello baja y redondeada, escasez de vello facial, cuello largo y cilíndrico sin nuez marcada, piel blanca y fina, poco desarrollo muscular y abundante grasa bajo la piel, voz aguda, hombros estrechos y redondeados, caderas algo anchas, vanidad, andar suave y blando, timidez, afición a los trabajos del hogar y pechos abultados.

Adrian Van Der Put Vermuden, además de ser el autor de este polémico libro, fue director general del sanatorio de Louis Kuhnne, uno de los fundadores de la Naturopatía, en Leipzig. Tras la Primera Guerra Mundial, se trasladó a Barcelona donde contrajo matrimonio con Rosalia Bergada, oriunda de Lérida, y abrió un consultorio médico que también funcionó como sede de su propia editorial.

Aunque en 1923 el dictador Miguel Primo de Rivera le otorgó una autorización para ejercer la naturopatía durante seis años, se cree que esta concesión estuvo vinculada a que había atendido y aliviado a algún miembro destacado del régimen. Sin embargo, en 1927 Van Der Put Vermuden dejó la práctica médica y se dedicó a escribir y publicar libros para evitar problemas legales derivados de algunas de sus prácticas, como el controvertido "diagnóstico por el iris".

El legado de este enfoque sexista en la medicina del pasado nos recuerda la importancia de reconocer y desafiar los estereotipos de género en la sociedad y en el ámbito de la salud. Es fundamental trabajar hacia una atención médica inclusiva y equitativa, que reconozca la diversidad de las identidades de género y promueva la igualdad de oportunidades para todas las personas, sin importar su sexogénero o expresión de género.