Un cable de la agencia de noticias AP informó que la Agencia Antidrogas en Estados Unidos (DEA) retiró la licencia a una farmacéutica que comercializaba analgésicos altamente adictivos a base de opioides en territorio estadounidense. La DEA reconoció que no detectó miles de pedidos sospechosos durante varios años durante uno de los puntos más álgidos de la crisis de opioides en Estados Unidos.
La AP publicó un reportaje donde reveló que la DEA permitió que la compañía siguiera distribuyendo medicamentos durante casi cuatro años después de que un juez recomendara aplicarle la pena más severa por su “indiferencia negligente” de las reglas destinadas a prevenir el abuso de opioides.
¿Qué farmacéutica es la sancionada?
De acuerdo con AP, la acción es contra la mayorista farmacéutica Morris & Dickson, que siguió distribuyendo medicamentos durante casi cuatro años después de que un juez recomendara aplicarle la pena más severa por su “indiferencia negligente” de las reglas destinadas a prevenir el abuso de opioides.
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La DEA reconoció que el tiempo que tardó en emitir su decisión final fue “más largo de lo normal para la agencia”, pero culpó en parte a Morris & Dickson por retrasar el proceso al buscar demoras debido a la pandemia de la covid-19 y su larga búsqueda de un acuerdo que la agencia dijo que había contemplado. La orden entrará en vigor en 90 días, lo que permitirá más tiempo para negociar un acuerdo.
Las firmas Cardinal Health, AmerisourceBergen y McKesson también acordaron pagar 21 millones de dólares durante 18 años para resolver reclamos como parte de un acuerdo a nivel nacional.
La crisis en años anteriores
Entre 2006 y 2012, compañías farmacéuticas llenaron el mercado de Estados Unidos con 76 mil millones de pastillas de opioides, en medio de la mayor epidemia por drogas en el país, de acuerdo con información de The Washington Post publicada en 2019.
La relación está contenida en una base de datos de la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés) que rastreó los pedidos de opioides con recetas, que causaron alrededor de 100 mil muertes en ese periodo.
De acuerdo con el periódico, el volumen de pastillas se disparó 51% en esos años, de 8 mil 400 millones de pastillas en 2006 a 12 mil 600 millones en 2012; en contraste, las dosis de morfina promediaron poco más de 500 millones de dosis al año.
Según el análisis, seis compañías distribuyeron 75% de las píldoras: McKesson Corp., Walgreens, Cardinal Health, AmerisourceBergen, CVS y Walmart.
Además, tres compañías fabricaron 88% de las drogas: SpecGx, una subsidiaria de Mallinckrodt; Actavis Pharma; y Par Pharmaceutical, una subsidiaria de Endo Pharmaceuticals.
En especial, se acusa a la compañía Purdue Pharma de desatar la epidemia en los años 90, con la introducción de OxyContin, su versión de oxicodona. Entre 2012 y 2016, la empresa ocupó el cuarto lugar entre los fabricantes, con cerca del 3 por ciento del mercado.
De acuerdo con el diario, Purdue pagó a doctores para que recomendaran y prescribieran el opioide como una forma segura de tratar a pacientes con mucho dolor.
Cuando se reveló que el medicamento era mucho más adictivo de lo que se anunciaba, la empresa terminó pagando una multa de 634 millones de dólares a la Administración de Drogas y Alimentos.
Sin embargo, la epidemia ya había iniciado y comenzó un mercado negro de opioides.