Diez personas perdieron la vida y tres más resultaron heridas en un atentado armado la noche del sábado en la ciudad costera de Guayaquil, según informó la Fiscalía General del Estado el domingo. La investigación previa fue iniciada de oficio por el Ministerio Público a raíz del suceso en las calles Gómez Rendón y la 14, al suroeste de Guayaquil.
En el lugar del ataque, la policía encontró varios indicios, como un arma de fuego tipo fusil y otras de 9 milímetros, entre otras evidencias. Aún no se han realizado detenciones de los presuntos responsables del ataque.
El general William Villarroel, jefe de la Zona 8 de la Policía en la provincia del Guayas, informó en rueda de prensa que varios individuos desconocidos, portando armas largas, llegaron al lugar en una camioneta y abrieron fuego contra los ciudadanos, dejando diez muertos. Algunos de los fallecidos tenían antecedentes penales por delitos relacionados con armas, robos y tráfico de drogas.
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Villarroel indicó que hubo tres heridos, incluida una niña de 5 años que deberá ser sometida a cirugía debido a heridas con esquirlas. Se sospecha que el ataque podría ser producto de una lucha entre grupos delictivos organizados por control territorial y actividades ilícitas, como el tráfico y venta de drogas, amenazas y robo de vehículos.
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Este ataque es el segundo hecho violento en la costa ecuatoriana en el último mes, después del ocurrido el 11 de abril en Esmeraldas, donde un grupo armado abrió fuego contra pescadores, dejando nueve muertos.
El gobierno del presidente Guillermo Lasso ha comenzado a calificar como terrorismo las acciones perpetradas por el crimen organizado en el país. En respuesta a esta ola de violencia, las Fuerzas Armadas ecuatorianas han reforzado sus operaciones tras la declaración del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) de que el terrorismo representa una amenaza para Ecuador.
El ministro de Defensa de Ecuador, Luis Lara, aseguró que las Fuerzas Armadas no dudarán en utilizar toda su capacidad, experiencia y profesionalismo para combatir a los grupos criminales y sus aliados. Lara señaló que el objetivo de estos grupos no solo es mantener sus negocios ilícitos, sino también socavar los fundamentos de la democracia y el Estado de Derecho, con la complicidad de intereses políticos y económicos.
Esta oleada de violencia, concentrada principalmente en las zonas costeras del país, ha generado una profunda preocupación entre la población y parece haber rebasado el control de las fuerzas de seguridad.
Con información de EFE.
DJC