El demócrata Joe Biden tiene diversos posibles rivales republicanos en la próxima elección presidencial de los Estados Unidos. El actual mandatario empezará la carrera por debajo en las encuestas y con una baja aprobación a su mandato tras la caótica retirada de Afganistán en agosto de 2021, de la cual no ha podido recuperarse hasta hoy en día.
Según una nota publicada por el sitio estadounidense Politico, Jimmy Carter, Ronald Reagan y Donald Trump son los únicos tres presidentes que arrancaron aún peor su lucha por la reelección, dos de ellos perdieron en las urnas.
Politico aseguró que, a pesar de todos los números en contra, el demócrata no será un hueso fácil de roer para los republicanos, ya que durante los últimos 75 años, solo dos demócratas ganaron un porcentaje más alto del voto popular que Joe Biden: Barack Obama en 2008 y Lyndon Johnson en 1964.
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Entre las ventajas de Biden se encuentra el fin de la pandemia de covid-19, una economía que demuestra resiliencia y que al Partido Republicano le esperan elecciones internas para definir a su candidato que podrían resultar en una demolición.
Donald Trump, el rival que está en juicio
Se trata del único presidente desde el advenimiento de las encuestas cuyos índices de aprobación nunca superaron el 50 por ciento. El magnate Donald Trump no corta exactamente el perfil de un retador modelo. Incluso en sus dos carreras presidenciales, su marca más alta en el voto popular fue de poco menos del 47 por ciento. Pero en 2016, demostró que, no obstante, había un camino hacia una victoria en el Colegio Electoral.
Tras comparecer en un tribunal en Nueva York el 4 de abril pasado, el expresidente Donald Trump se declaró "no culpable" de los cargos que le fueron leídos por el juez Juan Merchan en un juzgado de Manhattan.
El republicano fue formalmente acusado de 34 delitos, todos ellos consistentes en distintos tipos de "falsificación de registros mercantiles". Todos ellos son considerados "violaciones del artículo 175.10 del Código Penal" y se definen como "intento de defraudar y de cometer otro delito" y de esconderlo. De estos 34 cargos, 11 están relacionados con facturas emitidas por el entonces abogado de Trump, Michael Cohen, que se ha declarado culpable de pagar en 2016 a la actriz porno Stormy Daniels para que esta no hiciera pública un encuentro sexual que mantuvo con Trump.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis
En opinión de muchos funcionarios republicanos, DeSantis es Trump sin equipaje ni drama. Si se postula, imaginan a un gobernador conservador de un gran estado, recién salido de una reelección aplastante, procesando un caso vigoroso contra un Biden debilitado, un titular que tiene casi el doble de su edad.
Es cierto que DeSantis podría detener la hemorragia en los suburbios tradicionalmente republicanos, particularmente en Sun Belt, mientras mantiene a los otros elementos de la coalición MAGA. Igual de importante, su sólido desempeño entre todos los grupos latinos en Florida en su reelección de 2022 llamó la atención de ambos partidos: superó incluso las ganancias latinas de Trump en 2020.
El ex vicepresidente Mike Pence
Biden demostró que los exvicepresidentes pueden quedarse al margen durante cuatro años y aun así volver a ganar la presidencia. Pero Pence no es un vicepresidente ordinario. Por un lado, su jefe expresó su apoyo para colgarlo en medio de los disturbios del 6 de enero.
Esa tensa relación con Trump ha hecho que Pence, quien dijo el domingo que anunciará su decisión presidencial de 2024 “mucho antes” de fines de junio, sea una posibilidad remota de ganar la nominación. El mejor caso para Pence en una elección general es que es un conservador Reagan cuyo leal servicio a Trump podría cerrar la brecha entre los republicanos tradicionales y el ala MAGA del partido. Como exgobernador del Medio Oeste, está posicionado para competir en los estados industriales cambiantes que cambiaron a Biden en 2020. Los 16 votos electorales de Georgia también parecen estar al alcance de Pence, dada la arquitectura de la exitosa campaña de reelección del gobernador republicano Brian Kemp en 2022.
Ex gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley
Hija de inmigrantes indios, Haley sería una candidata histórica: la primera mujer y la primera persona de color en liderar la candidatura republicana. Ese estado, junto con su edad, es aproximadamente 30 años más joven que Biden, marcaría un marcado contraste en la campaña electoral.
Haley, quien anunció su candidatura en febrero, también ofrece la posibilidad de reducir la brecha de género en las elecciones generales, que fue un enorme 57-42 en 2020. Las encuestas a pie de urna de su reelección de 2014 también mostraron que Haley se mantuvo fuerte en los suburbios y con los independientes, dos grupos adicionales que Trump perdió en 2020.
Senador de Carolina del Sur, Tim Scott
Las formidables habilidades políticas de Scott han estado en exhibición desde que el entonces gobernador. Nikki Haley lo nombró para el Senado en 2013. En un año, había superado tanto a Haley como a la senadora senior Lindsey Graham en la boleta electoral. En 2016, superó a Donald Trump en Carolina del Sur por más de 86,000 votos.
Sin embargo, en sus tres campañas para el Senado, Scott nunca se ha enfrentado a una oposición demócrata seria ni a un intenso escrutinio de los medios. Se mostró en su segundo día de campaña después de anunciar un comité exploratorio presidencial, cuando tropezó gravemente con la pregunta de si respaldaría las restricciones federales al aborto.