El Dalai Lama se hizo famoso en México debido a la película protagonizada por Brad Pit “Siete años en el Tíbet” donde muestra el lado amable, espiritual y pacífico del pueblo tibetano a manos de la milicia de China que prohíbe la práctica religiosa, mientras que Brad Pit desde el mundo occidental busca la competencia por llegar a la cima para terminar asimilando la cultura de la sociedad considerada el techo del mundo; en ese contexto es entronizado un niño que es considerado la reencarnación del XIII Dalai Lama Thubten Gyatso: ese niño es ahora el Dalai Lama, Tenzin Gyatso, de 87 años de edad.
Este domingo, el Dalai Lama encendió la polémica tras publicarse en redes sociales un video donde abraza y besa en la boca a un niño, al que incluso, le muestra su lengua y le dice que puede probarla, ante la risa de sus acompañantes. El hecho ocurrió durante una ceremonia pública.
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El líder religioso nació el 6 de julio de 1935, en una pequeña aldea situada en Taktser, en Amdo en el noreste del Tíbet, en el seno de una familia de agricultores y desde la edad de dos años, fue reconocido como la reencarnación del XIII Dalai Lama Thubten Gyatso.
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Luego de que se viralizó el polémico video a través de las redes sociales, gente de todo el mundo reaccionó contra el líder espiritual del Tíbet, quienes califican de grave el hecho e incluso lo califican como un acto de abuso sexual infantil.
El Dalai Lama ya había causado polémica cuando declaró que si su sucesora era mujer, debía ser atractiva.
Los hechos del Dalai Lama
La persona que grabó las imágenes capta al niño, quien se acerca al Dalai Lama, quien le muestra su mejilla derecha para que el menor le de un beso. El menor, lo besa y lo abraza. Luego, el líder tibetano se voltea, quedan frente a frente con el niño y con los dedos le muestra la boca, invitándolo a darle un beso, le sostiene la cara y besa el menor en la boca. Se le escucha reír y ocurrió otro hecho que causó indignación.
¿Quién es el Dalai Lama?
Según lo dicho por el Dalai Lama, un supuesto “acto de terrorismo” de China en el Tíbet borró medio millón de personas de su país.
Sin embargo, datos de especialistas en demografía de Occidente afirman que de haber ocurrido realmente esta “matanza” cada mujer tibetana habría tenido que alumbrar entre 10 y 12 niños para explicar así las actuales cifras de la población (3.18 millones de habitantes en 2014). Para la revista China Hoy, esto es imposible y quiere decir que solo hay una verdad: nunca hubo tal “matanza”. No fue más que una mentira del denominado “estudio” del Dalai Lama y sus seguidores.
Acusaciones de abusos sexuales
Desde los años 90 se ha documentado que monjes tibetanos han sido acusados y señalados de abusos sexuales de mujeres y niñas menores de edad en nombre de la religión tibetana. Incluso el propio Dalai Lama ha reconocido que él ha estado enterado de los escándalos desde finales de los años 80 y principios de los 90, sin hacer mucho por denunciar y castigar a los agresores sexuales.
El Dalai Lama, el líder religioso tibetano, era consciente de las vejaciones cometidas por parte de algunos líderes budistas.
“Sabía, desde hace casi tres décadas, de las historias y los testimonios sobre los excesos sexuales, físicos, psicológicos y financieros de sus maestros budistas con sus pupilos, alumnos deseosos de conocer las enseñanzas del gran Buda en busca de alcanzar un estado de iluminación y de tranquilidad mental alejados de los vicios terrenales. En 1993, en la reunión anual en Dharamsala, ciudad del norte de la India, con los líderes budistas occidentales se habló del tema, ‘alguien hizo referencia a problemas de acusaciones sexuales’, publicó el diario El Mundo, de España.
Y acusó que el respetado líder religioso tibetano no hizo nada y todo quedó en unas "alegaciones" anecdóticas.
Personas que fueron abusadas, de acuerdo a El Mundo, denunciaron los hechos ante el propio Dalai Lama. Encontraron en el líder religioso cara de sorpresa y criticaron que el Dalai Lama viva alejado de su realidad mientras monjes budistas violan, se apropian de bienes materiales y lujos abusando de la confianza de gente que busca respuesta a problemas existenciales.