Tras el colapso reciente del banco estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) la incertidumbre de si esta quiebra podría repercutir para que se desate una nueva crisis financiera como la ocurrida en 2008, se ha plasmado en la mente de muchas personas, quienes ya comienzan a prepararse ante una posible crisis económica.
Sin embargo, de acuerdo con la opinión de algunos analistas económicos y financieros, el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) está muy lejos de poder representar el inicio de una crisis financiera nacional e internacional, pues según opinan, esta quiebra y la crisis del 2008 guardan diferencias sustancialmente distintas.
Hay que recordar que la crisis financiera de 2008, también conocida como la "Gran Recesión", empezó en los Estados Unidos con la crisis de las "hipotecas basura", y posteriormente se extendió al resto del mundo, por lo que, por lo menos en ese aspecto hay una ligera similitud.
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Además, otra de las cosas que hace pensar que podría suscitarse otra crisis financiera como la de 2008, es que desde aquella crisis hace 15 años, el gobierno estadounidense no ha tenido que rescatar a otra institución bancaria tan grande como SVB.
Sin embargo, pese a ello, los analistas coinciden en que las similitudes entre la situación de aquella crisis de 2008 y la quiebra de SVB son muy diferentes, primero porque el contexto global es diferente, pero principalmente por las características del SVB y las medidas que tomaron las autoridades para tratar de aplacar los temores y evitar el pánico en Wall Street.
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Al respecto, desde el domingo se ha garantizado a los depositantes de SVB que su dinero estaba seguro, e incluso el presidente Joe Biden, les aseguró que “sus depósitos estarán allí cuando los necesiten", con la intención de que la situación se extienda a otros bancos.
Las diferencias entre el colapso de SVB y la crisis de 2008
El tipo de banco que es SVB
De acuerdo con lo informado por el diario BBC, una de las principales diferencias entre la situación actual y la de 2008, es que SVB es un banco enfocado al sector tecnológico, cuyos depósitos provenían mayoritariamente de empresas emergentes conocidas como start-ups.
Esto hace que SVB sea especialmente vulnerable a la situación actual por la que atraviesa el sector tecnológico, el cual está caracterizado por una incertidumbre mundial derivada de una serie de eventos como la pandemia, la guerra en Ucrania y la más rápida subida del costo del crédito desde la década de los 80.
El SVB estaba "excepcionalmente mal preparado para sobrevivir a los agresivos aumentos de tasas de la Reserva Federal", informó el análisis Oxford Economics.
La crisis de SVB se derivó de una serie de decisiones de inversión equivocadas que le significaron pérdidas, lo que sumado al aumento en el costo de los préstamos lo llevó a sufrir por falta de liquidez, o lo que es lo mismo, se quedó sin los fondos suficientes para sus operaciones.
Lo que terminó por hundir al SVB fue que sus clientes e inversores retiraron sus fondos ante la señal de algo estaba pasando, pues el retiro de fondos se desencadenó en cuestión de horas.
Por su parte, la crisis de 2008 ocurrió con la caída en picada de los bancos debido a que transaban hipotecas tóxicas con un masivo grupo de clientes, arrastrando a una gran cantidad de bancos, pues todos tenían demasiados préstamos inmobiliarios considerados de altísimo riesgo.
No hay síntomas de contagio al resto del sector bancario
Otra cosa que diferencia la situación actual con la crisis de 2008 es que cuando colapsó el banco Lehman Brothers, todo el sistema financiero internacional se vio afectado, debido a que el gobierno tuvo que rescatar a todo el sistema bancario, mientras que en esta ocasión el rescate del gobierno únicamente estuvo dirigido a salvaguardar el dinero de los depositantes.
"SVB no es Lehman, y 2023 no es 2008", escribió el premio Nobel de Economía Paul Krugman. "Probablemente no estemos ante una crisis financiera sistémica".
El rescate de los clientes de SVB se financió con el Fondo de Garantía de Depósitos (DIF, por sus siglas en inglés,) que fue creado para situaciones de emergencia, el cual consta del dinero que pagan los bancos trimestrales y de los intereses que generan los bonos del gobierno.
En esta ocasión los afectados por el colapso de SVB no son las personas comunes y corrientes como en 2008, quienes perdieron sus casas y sus negocios.
Las regulaciones bancarias son más estrictas que en 2008
La última diferencia entre las dos situaciones son las regulaciones financieras para los bancos, que desde la crisis de 2008 se han vuelto más estrictas. Ahora, la ley no permite al gobierno rescatar a los inversionistas y propietarios de grandes bancos, como ocurrió hace 15 años.
"Permítanme dejar en claro que durante la crisis financiera hubo inversionistas y propietarios de grandes bancos que fueron rescatados, y las reformas que se implementaron significan que no volveremos a hacer eso", dijo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Ahora la ley establece requisitos mínimos de capital para los bancos, una especie de colchón de fondos para reaccionar cuando hay problemas. Los cuales son aplicables principalmente a los bancos que superan los 250 mil millones de dólares en activos.
Esto hace que la posibilidad de que los bancos más grandes, los que son los más capaces de influir sobre la estabilidad financiera, se vean afectados por la caída de SVB, alejando del umbral una posible crisis financiera como la de 2008.
Por último, para evitar nuevas sorpresas, los reguladores estadounidenses han creado un nuevo programa de préstamos para que los bancos en problemas puedan usar algunos de sus activos financieros como medio para obtener un préstamo de la Reserva Federal.
Este programa actúa esencialmente como un respaldo para garantizar que los bancos puedan satisfacer las necesidades de sus depositantes.
Con información de BBC
VGB